LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 11 DE OCTUBRE. Isaías 45,46,47,
45
1Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: 2Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; 3y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. 4Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste. 5Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, 6para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, 7que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.
Jehová el Creador
8Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado.
9¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces?; o tu obra: ¿No tiene manos? 10¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?! 11Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos. 12Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé. 13Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos.
14Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios. 15Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas. 16Confusos y avergonzados serán todos ellos; irán con afrenta todos los fabricadores de imágenes. 17Israel será salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzaréis ni os afrentaréis, por todos los siglos.
18Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. 19No hablé en secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la descendencia de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud.
Jehová y los ídolos de Babilonia
20Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva. 21Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. 22Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. 23Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.
24Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados. 25En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.
46
1Se postró Bel, se abatió Nebo; sus imágenes fueron puestas sobre bestias, sobre animales de carga; esas cosas que vosotros solíais llevar son alzadas cual carga, sobre las bestias cansadas. 2Fueron humillados, fueron abatidos juntamente; no pudieron escaparse de la carga, sino que tuvieron ellos mismos que ir en cautiverio.
3Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. 4Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.
5¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para que seamos semejantes? 6Sacan oro de la bolsa, y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran. 7Se lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Le gritan, y tampoco responde, ni libra de la tribulación.
8Acordaos de esto, y tened verg:uenza; volved en vosotros, prevaricadores. 9Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, 10que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antig:uedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; 11que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré.
12Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia: 13Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.
Juicio sobre Babilonia
47
1Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada. 2Toma el molino y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos. 3Será tu verg:uenza descubierta, y tu deshonra será vista; haré retribución, y no se librará hombre alguno. 4Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.
5Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán señora de reinos. 6Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad, y los entregué en tu mano; no les tuviste compasión; sobre el anciano agravaste mucho tu yugo. 7Dijiste: Para siempre seré señora; y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería. 8Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad. 9Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechizos y de tus muchos encantamientos.
10Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más. 11Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti.
12Estate ahora en tus encantamientos y en la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te fortalecerás. 13Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.
14He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten. 15Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, los que traficaron contigo desde tu juventud; cada uno irá por su camino, no habrá quien te salve. Amen.
LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 11 DE OCTUBRE. Colosenses 3
3
1Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
La vida antigua y la nueva
5Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; 6cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, 11donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
12Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. 15Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. 17Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Deberes sociales de la nueva vida
18Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. 19Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. 20Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. 21Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. 22Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. 23Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. 25Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas. Amen. Rv 1960.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 11 DE OCTUBRE. Isaías 45,46,47,
Capítulo 45
45.1-8 Este es el único lugar en la Biblia donde se le llama «ungido» a un gobernante gentil. Dios es el poder que está por encima de todos los poderes y Él unge a quien elige para llevar a cabo tareas especiales. El reino de Ciro se extendió a 3,220 kilómetros (el más grande imperio entonces conocido) e incluía los territorios de los Imperios Asirio y Babilónico. ¿Por qué ungió Dios a Ciro? Porque Dios le tenía reservada una tarea especial que debía realizar para Israel. Ciro permitiría que la ciudad de Dios, Jerusalén, se reconstruyera y liberaría a los cautivos sin esperar nada a cambio. Pocos reyes de Israel o de Judá hicieron tanto por el pueblo de Dios como lo haría Ciro.
45.7 Dios gobierna sobre la luz y las tinieblas, sobre la paz y la adversidad. Nuestras vidas están salpicadas de ambas clases de experiencias y las dos hacen falta para crecer espiritualmente. Cuando vengan los tiempos buenos, déle gracias a Dios y utilice su prosperidad para Él. Cuando vengan los tiempos malos, no se resienta, sino pregunte qué puede aprender de esta experiencia purificadora para ser un mejor siervo de Dios.
45.9 El tiesto es una pieza rota de alfarería, básicamente sin valor.
45.14 Los sabeos eran personas de Seba, localizada al sur de Arabia.
45.17 Hasta este momento, Israel contaba con una salvación temporal: Dios los salvaría de sus enemigos. Ahora Isaías habla de la salvación eterna con Dios.
45.18,19 Las promesas de Dios son públicas y su cumplimiento es seguro. Entonces, ¿por qué dudamos muchas veces de Él? Nunca debemos sentirnos inseguros cuando tenemos un Dios de verdad y justicia.
45.22 La salvación es para todas las naciones, no solo para los israelitas. Muchas veces parece como si Israel tuviera una ruta interna para la salvación. Pero Dios aclara que los suyos son todos los que lo siguen. Israel tenía que ser el medio para que todo el mundo llegara a conocer a Dios. Jesús, el Mesías, cumplió el papel de Israel y dio a cada persona la oportunidad de seguir a Dios. (Véanse también Romanos 11.11; Gálatas 3.28; Efesios 3.6; Filipenses 2.10.)
Capítulo 46
46.1-4 Ciro llevaría a cabo el juicio de Dios en contra de Babilonia. Bel era la máxima deidad de los babilonios. Nebo era el dios de la ciencia y del aprendizaje. Estos «dioses», sin embargo, necesitaban animales y personas que los transportaran e, incluso, ¡ni siquiera podían salvarse de ser llevados en cautiverio! Después de todo, no tenían ningún poder. En contraste con los dioses que debían acarrearlos las personas, nuestro Dios nos creó y nos cuida. Su amor es tan duradero que nos cuidará a lo largo de nuestra vida e incluso en la muerte.
46.8-11 Israel se sintió tentada a vacilar entre Dios el Señor y los ídolos paganos. Isaías afirmó la soberanía de Dios. Dios es único en el conocimiento y el control del futuro. Su firme propósito es realizar lo que se ha propuesto. Cuando nos sintamos tentados a perseguir algo que promete placer, comodidad, paz o seguridad separados de Dios, recordemos nuestro compromiso con Él.
46.13 Gran parte del libro de Isaías habla de una liberación futura cuando todos viviremos con Dios en perfecta paz. Dios no solo ofrece esta esperanza futura, sino también ayuda para las necesidades presentes. Su justicia está cerca de nosotros y no tenemos que esperar por su salvación.
Capítulo 47
47.1ss Isaías predijo la caída de Babilonia más de ciento cincuenta años antes de que ocurriera. En este tiempo, Babilonia aún no sobresalía como la fuerza más poderosa de la tierra, el imperio orgulloso que destruiría a Judá y Jerusalén. Pero los babilonios, captores de Judá, caerían cautivos en 539 a.C. Dios, no Babilonia, tiene el poder supremo. Utilizó a Babilonia para castigar al pueblo de Dios pecador. Usaría a los medos y a los persas para destruir a Babilonia y liberar a su pueblo.
47.8, 9 Atrapada en la búsqueda de poder y placer, Babilonia creyó en su grandeza y proclamó ser la única potencia sobre la tierra. Babilonia se sintió completamente segura y Nabucodonosor, su rey, se autodenominó «dios», pero el Dios verdadero le enseñó una lección poderosa al quitarle todo lo que poseía (Daniel 4.28–37). Nuestra sociedad es adicta al placer y al poder, pero esto puede acabarse pronto. Analice su vida y pregúntese cómo puede ser más responsable con los talentos y las posesiones que Dios le ha dado. ¿Cómo puede usar su vida para honrar a Dios y no a usted mismo?
47.12-15 El pueblo babilonio buscó el consejo y la ayuda de astrólogos y astrónomos. Pero al igual que los ídolos de madera y oro, ni siquiera se pudieron salvar ellos mismos de lo que vendría de la mano de Dios. ¿Por qué depender de quienes no tienen poder? Los incapaces no pueden ayudarnos. Si usted desea ayuda, búsquela en Dios, quien ha probado su poder en la creación y en la historia.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 11 DE OCTUBRE. Colosenses 3
Capítulo 3
3.1ss En el capítulo 2, Pablo expone las razones erróneas para la autonegación. En el capítulo 3, explica la verdadera conducta cristiana: revestirse con la nueva naturaleza, aceptando a Cristo, y dejando morir la antigua naturaleza. Cambiamos nuestra conducta moral y ética al dejar que Cristo viva en nosotros, de modo que pueda moldearnos hacia lo que debemos ser.
3.1, 2 «Buscar las cosas de arriba» significa luchar por poner las prioridades celestiales en la práctica diaria. «Buscar las cosas de arriba» significa preferir lo eternal antes que lo temporal. Véanse Filipenses 4.9 y Colosenses 3.15 para más detalles acerca de las leyes de Cristo en nuestra mente y corazón.
3.2, 3 «Porque habéis muerto» significa que nuestro deseo por este mundo debería ser como el de una persona muerta: insignificante. El verdadero hogar de los cristianos es donde Cristo vive (Juan 14.2, 3). Esta verdad nos da una perspectiva diferente en nuestras vidas aquí en la tierra. «Poner la mira en las cosas de arriba» significa mirar la vida desde la perspectiva de Dios y hacer lo que a Él le agrada. Este es el antídoto para el materialismo. Obtenemos la perspectiva apropiada de los bienes materiales cuando los vemos de la misma manera en que Dios los ve. Cuanto más consideremos al mundo a nuestro alrededor de la manera en que Dios lo hace, tanto más viviremos en armonía con Él. No debemos apegarnos demasiado a aquello que es solo temporal.
3.3 ¿Qué significa que la vida del creyente está «escondida con Cristo en Dios»? Escondida significa oculta y segura. No es sólo un deseo futuro sino un factor ya consumado. Nuestro servicio y conducta no ganan nuestra salvación, pero son consecuencia de ella. Esté tranquilo que su salvación es segura y viva cada día para Cristo.
3.4 Cristo nos da poder para ayudarnos a vivir por Él ahora, y nos da esperanza para el futuro: Él vendrá otra vez. En lo que queda de este capítulo, Pablo explica cómo deberían vivir los cristianos ahora a fin de estar preparados para el regreso de Cristo.
3.5 Debiéramos considerarnos muertos e insensibles a la fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia. Así como las ramas enfermas de un árbol, estas prácticas deben ser cortadas antes de que nos destruyan. Debemos hacer cada día una decisión concienzuda para quitar cualquier cosa que sostenga o alimente estos deseos y depender del poder del Espíritu Santo.
3.6 «La ira de Dios» se refiere al juicio divino por esta conducta, que terminará con el castigo de la maldad. Cuando sea tentado a pecar recuerde, un día deberá estar frente a Dios.
3.8-10 Debemos quitar de nosotros toda práctica de maldad e inmoralidad. Luego podremos encomendarnos a nosotros mismos lo que Cristo enseña. Pablo apelaba al compromiso hecho por los creyentes y los instaba a permanecer fieles a su confesión de fe. Debían despojarse de la vieja vida y revestirse de la nueva forma de vivir que Cristo les daba y dejarse guiar por el Espíritu Santo. Si ha establecido tal compromiso, ¿se mantiene usted fiel a Él?
3.9 Mentir los unos a los otros interrumpe la unidad y destruye la confianza. Echa abajo las relaciones y puede conducir a serios conflictos en una iglesia. Por eso no exagere ni haga correr un rumor o chisme, o diga algo para edificar su propia imagen. Comprométase a decir la verdad.
3.10 ¿Qué significa «revestido del nuevo»? Significa que su conducta debería estar acorde con su fe. Si usted es cristiano debería actuar en forma coherente. Ser cristiano es más que hacer buenas decisiones y tener buenas intenciones, significa tomar el camino correcto. Este es un paso sencillo, tan simple como ponerse su ropa.
3.10 El cristiano está en un programa de educación continua. Cuanto más conocemos de Cristo y de su obra, mayor será el cambio en nuestras vidas para ser semejantes a Él. Ya que este proceso es de por vida, nunca deberíamos dejar de aprender y obedecer. No hay justificación para quedarse atrás, sino más bien, una motivación para enriquecernos al crecer en Él. Esto requiere práctica, revisión, paciencia y concentración para mantenernos en concordancia con su voluntad.
3.11 La iglesia cristiana no debería tener barreras de nacionalidad, raza, educación, nivel social, riqueza, sexo y poder. Cristo derribó todas las barreras y acepta a toda persona que viene a Él. Nada debiera impedir que hablemos de Cristo o que aceptemos a alguien en nuestra comunidad (Efesios 2.14, 15). Los cristianos deberían abocarse a la tarea de construir puentes y no muros.
3.12–17 Pablo nos ofrece una estrategia para ayudarnos a vivir para Dios cada día: (1) imitar el espíritu perdonador y misericordioso de Cristo (3.12, 13); (2) dejar que el amor guíe nuestra vida (3.14); (3) permitir que la paz de Cristo gobierne nuestro corazón (3.15); (4) ser siempre agradecidos (3.15); (5) tomar en cuenta la Palabra de Dios siempre (3.16); (6) vivir como representantes de Cristo (3.17).
3.13 La clave para perdonar a otros es recordar lo mucho que Dios nos perdonó. ¿Le es difícil perdonar a alguien que se ha equivocado un poco, cuando Dios le ha perdonado tanto? Pensar en el perdón y el amor infinito de Dios puede ayudarnos a amar y perdonar a otros.
3.14 Todas las virtudes que Pablo nos anima a desarrollar se vinculan perfectamente entre sí por amor. En la medida que nos revestimos de ellas, la última prenda que debemos ponernos es el amor, el cual mantiene a todas las demás en su lugar. Practicar una lista de virtudes sin practicar el amor, nos puede conducir a una distorsión, fragmentación y estancamiento (1 Corintios 13.3).
3.14, 15 Los cristianos debieran vivir en perfecta armonía. Esto no significa que no deban existir opiniones distintas sino que los cristianos debieran trabajar juntos en amor, más allá de sus diferencias. Dicho amor no es un sentimiento sino una decisión de satisfacer las necesidades de los otros (véase 1 Corintios 13). Esto conduce a la paz entre los individuos y entre los miembros del cuerpo de creyentes. Los conflictos en su relación con otros cristianos, ¿motivan conflictos públicos o silencio mutuo? Considere qué puede hacer para sanar dichas relaciones en amor.
3.15 La palabra gobernar proviene del lenguaje que emplean los atletas. Pablo nos dice que debemos dejar que la paz de Cristo sea el árbitro en nuestros corazones. Nuestros corazones son el centro de conflicto porque allí nuestros sentimientos y deseos se oponen: nuestros temores y esperanzas, nuestro recelo y confianza, nuestro celo y amor. ¿Cómo podemos enfrentar estos conflictos constantes y vivir en la forma que Dios quiere? Pablo explica que debemos decidir entre elementos conflictivos en base a la paz: ¿qué elección promoverá paz en nuestras almas y en nuestras iglesias? Para más detalles acerca de la paz de Cristo, véase Filipenses 4.9.
3.16 Aunque los cristianos primitivos tuvieron acceso al Antiguo Testamento y lo usaron con libertad, no tenían a su alcance el Nuevo Testamento ni ningún otro libro cristiano para estudiar. Sus historias y enseñanzas acerca de Cristo fueron memorizadas y transmitidas de persona a persona. Algunas veces se le puso música, por lo que esta vino a ser una parte importante en la adoración y educación cristianas.
3.17 «Hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús» significa dar honor a Cristo en cada aspecto y actividad de nuestro diario vivir. Como cristiano, usted representa a Cristo siempre: dondequiera que vaya o en lo que diga. ¿Qué impresión tiene la gente de Cristo cuando lo ven o hablan con usted?
3.18–4.1 Pablo describe tres relaciones: (1) esposos y esposas, (2) padres e hijos, y (3) amos y siervos. En cada caso hay responsabilidad mutua para someterse y amar, para obedecer y estimular, para trabajar arduamente y ser justo. Examine la relación que existe en su familia y en su trabajo. ¿Se relaciona usted con los demás como Dios lo intenta? Véase Efesios 5.21–6.9 para instrucciones similares.
3.19 El matrimonio cristiano involucra sumisión mutua, subordinación de nuestros deseos personales al bien del ser amado y someternos nosotros mismos a Cristo como Señor.
3.20,21 Los hijos deben ser tratados con cuidado. Ellos necesitan disciplina firme administrada en amor. No los aparte mediante rezongos, burlas o destrucción de su autoestima a tal punto que se desalienten.
3.22–4.1 Aquí Pablo no condena ni condona la esclavitud, sino que explica que Cristo va más allá de las divisiones humanas. A los siervos se les dice que deben trabajar duro como si su amo fuera Cristo mismo (3.22–25); pero los amos deben de ser justos y rectos (4.1). Quizá Pablo estaba pensando específicamente en Onésimo y Filemón: el esclavo y el amo cuyo conflicto se expone en la epístola a este último. Filemón era dueño de esclavos en la iglesia de Colosas y Onésimo había sido su esclavo (4.9).
3.23 Desde la creación, Dios nos ha dado trabajo para hacer. Si pudiéramos considerar nuestro trabajo como un acto de alabanza o servicio a Dios, entonces eliminaríamos la sensación de aburrimiento y abulia que a veces sentimos en nuestra rutina diaria. Si pudiéramos tratar nuestros problemas laborales como el costo del discipulado, podríamos trabajar sin queja ni resentimiento. Comentarios de la Biblia del Diario Vivir. Rv 1960.
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