Jaime Anacona Cuellar

 LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 12 DE OCTUBRE. Isaías 48,49 

Dios reprende la infidelidad de Israel

48

1Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad ni en justicia; 2porque de la santa ciudad se nombran, y en el Dios de Israel confían; su nombre es Jehová de los ejércitos.

3Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad. 4Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, 5te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.

6Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías. 7Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. 8Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre.

9Por amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía la reprimiré para no destruirte. 10He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. 11Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.

12Oyeme, Jacob, y tú, Israel, a quien llamé: Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero. 13Mi mano fundó también la tierra, y mi mano derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, comparecieron juntamente.

14Juntaos todos vosotros, y oíd. ¿Quién hay entre ellos que anuncie estas cosas? Aquel a quien Jehová amó ejecutará su voluntad en Babilonia, y su brazo estará sobre los caldeos. 15Yo, yo hablé, y le llamé y le traje; por tanto, será prosperado su camino. 16Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu.

17Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. 18¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. 19Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia. 20Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo. 21No tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; les hizo brotar agua de la piedra; abrió la peña, y corrieron las aguas. 22No hay paz para los malos, dijo Jehová.

 Israel, siervo de Jehová

49

1Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria. 2Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; 3y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré. 4Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.

5Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza); 6dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.

7Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.

 Dios promete restaurar a Sion

8Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; 9para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. 10No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas. 11Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas. 12He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim.

13Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. 14Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. 15¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. 16He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. 17Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. 18Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.

19Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos. 20Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more. 21Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos?

22Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. 23Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.

24¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? 25Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. 26Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob. Amen.


LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 12 DE OCTUBRE. Colosenses 4

4

1Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.

2Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; 3orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, 4para que lo manifieste como debo hablar.

5Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. 6Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

 Salutaciones finales

7Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor, 8el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones, 9con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo harán saber.

10Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle; 11y Jesús, llamado Justo; que son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y han sido para mí un consuelo. 12Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere. 13Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis. 14Os saluda Lucas el médico amado, y Demas. 15Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. 16Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros. 17Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.

18La salutación de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén. Rv.


COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 12 DE OCTUBRE. Isaías 48,49. 

48.1 El pueblo de Judá se sentía confiado porque vivía en Jerusalén, la ciudad del templo de Dios. Dependieron de su herencia, ciudad y templo, pero esta era una seguridad falsa ya que no dependieron de Dios. ¿Se siente seguro porque asiste a la iglesia o vive en cierto país cristiano? Ni la herencia, los edificios ni las naciones pueden darnos una relación con Dios. Debemos depender verdaderamente de Él en forma personal, con todo nuestro corazón.

48.9-11 No había nada en las acciones, actitudes y logros de Israel que obligaran a Dios a amarlos y salvarlos. Pero por amor a sí mismo, para mostrar quién es Él y lo que puede hacer, los salvó. Dios no nos salva porque seamos buenos, sino porque nos ama y por su naturaleza misericordiosa.

48.14,15 «Aquel a quien Jehová amó» se refiere a Ciro y esto sin duda estremeció a su audiencia. ¿Cómo podía amar el Señor a un rey pagano, un enemigo? Pero era Ciro al que Dios utilizaría para liberar a su pueblo del cautiverio en Babilonia. La misión de Ciro era liberar a Israel al conquistar Babilonia, luego decretar que todos los judíos podían regresar a su tierra natal. ¿Quién sino un profeta podía narrar una historia tan increíble pero verdadera casi doscientos años antes de que sucediera?

48.17,18 Como un padre amoroso, Dios nos enseña y dirige. Debemos escucharlo, porque recibimos paz y justicia cuando obedecemos su Palabra. Negarnos a prestar atención a los mandatos de Dios invita al castigo y amenaza esa paz y justicia.

49.

49.1–7 Antes de que el Siervo, el Mesías, naciera, Dios lo eligió para llevar la luz del evangelio (el mensaje de salvación) al mundo (véase Hechos 13.47). Cristo ofreció salvación a todas las naciones y sus apóstoles comenzaron el movimiento misionero para llevar el evangelio hasta los confines de la tierra. La obra misionera en la actualidad continúa la Gran Comisión de Jesús (Mateo 28.18–20), llevando la luz del evangelio a todas las naciones.

49.24,25 Dios probaría al mundo que Él es Dios al obrar lo imposible: hacer que los guerreros liberaran a sus cautivos e incluso a devolverles el botín que les quitó. Dios lo hizo antes en el éxodo y lo haría una vez más cuando los cautivos volvieran a Israel. Nunca debe dudarse de que Dios cumplirá sus promesas. Él aun hará lo imposible para hacerlas realidad.


COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 12 DE OCTUBRE. Colosenses 4

Capítulo 4

4.1 Los amos debían proveer lo que era justo y recto. De la misma manera hoy, los empleadores deberían pagar salarios dignos y tratar a sus empleados con justicia. Y los líderes deberían cuidar de los que trabajan voluntariamente y no abusar de ellos. Si usted tiene responsabilidad ante otros, asegúrese de hacer lo que es justo y recto, porque deberá dar cuenta a su Amo celestial.

4.2 ¿Se ha cansado alguna vez de orar por alguien o por algo? Pablo dice: «Perseverad en la oración, velando en ella». Nuestra perseverancia demuestra que creemos que Dios contestará nuestras oraciones. La fe no debería morir si las respuestas se tardan en venir, dado que la demora puede ser la manera divina de forjar su voluntad en nuestras vidas. Cuando se canse de orar, tenga presente que Dios está allí, siempre escucha, siempre actúa, quizá no en la forma que usted esperaba, sino en la manera que Él considere que es mejor.

4.3 El «misterio de Cristo» son las buenas nuevas de salvación que nos da Cristo, el evangelio. El aspecto central de la vida de Pablo fue anunciar a otros a Cristo, mediante la explicación y la predicación de este maravilloso misterio.

4.4 Pablo pidió oración para poder proclamar las buenas nuevas de Cristo con claridad, y nosotros podemos pedir oración para hacer lo mismo. No importa que método de evangelización usemos, sea que enfaticemos ejemplo y estilo de vida o discipulado, nunca deberíamos oscurecer el mensaje del evangelio.

4.5 Debemos ser sabios en nuestros contactos con los incrédulos («los de afuera»), sacando el mayor provecho de las oportunidades que tenemos para contarles las buenas nuevas de salvación. ¿Qué oportunidades tiene usted?

4.6 Cuando les hablemos a otros acerca de Cristo, siempre es importante hacerlo con gracia. No importa cuánto sentido tenga el mensaje, perdemos su efectividad si no somos amables. Así como a nosotros nos gusta ser respetados, debemos respetar a los demás si queremos que escuchen lo que tenemos que decirles. «Sazonada con sal» significa que lo que hablamos debería ser sabroso y dejar la puerta abierta para la continuación del diálogo.

4.7 Tíquico era uno de los representantes personales de Pablo y probablemente el portador de las cartas a los Colosenses y los Efesios (véase también Efesios 6.21, 22). Acompañó a Pablo a Jerusalén llevando lo recolectado para la iglesia (Hechos 20.4).

4.10 Aristarco era un tesalonicense que acompañó a Pablo en su tercer viaje misionero. Estuvo con Pablo en el alboroto de Éfeso (Hechos 19.29). Tíquico y él estuvieron con el apóstol en Grecia (Hechos 20.4). Aristarco fue a Roma con Pablo (Hechos 27.2). Marcos partió con Pablo y Bernabé en el primer viaje (Hechos 12.25), pero los dejó en medio del viaje por razones desconocidas (Hechos 13.13). Bernabé y Marcos eran parientes, y cuando Pablo rehusó aceptar la compañía de Marcos en otro viaje, se fueron juntos para predicar el evangelio (Hechos 15.37–41). Marcos también trabajó con Pedro (Hechos 12.12, 13; 1 Pedro 5.13). Más tarde, Marcos y Pablo se reconciliaron (Filemón 24). Marcos escribió el evangelio que lleva su nombre. Su perfil está en Hechos 12.

4.14 Lucas pasó mucho tiempo con Pablo, no solo acompañándolo en gran parte del tercer viaje misionero sino también permaneciendo con él en la prisión en Roma. Lucas escribió su Evangelio y Hechos. Su perfil está en Hechos 17. Demas fue fiel a Pablo por un tiempo, luego lo abandonó «amando este mundo» (2 Timoteo 4.10).

4.15 La iglesia primitiva, con frecuencia, se reunía en los hogares. Los edificios construidos, llamados templos, no fueron conocidos sino hasta el tercer siglo.

4.16 Algunos sugieren que la carta a Laodicea pudo haber sido la epístola a los Efesios. Da la impresión de que hubo una carta especial para los de Laodicea, de la que no tenemos noticias hasta hoy. Pablo escribió varias cartas que se han extraviado (véase, por ejemplo, 2 Corintios 2.3, con su nota respectiva).

4.17 Pablo animó a Arquipo a que se asegurara de realizar el ministerio que había recibido del Señor. Hay muchas maneras de dejar nuestro trabajo incompleto: podemos desviarnos moralmente con facilidad; agotarnos y parar; enojarnos y abandonar o despreocuparnos dejándoselo a otros. Debemos asegurarnos de que acabemos el trabajo que Dios nos asignó y no dejarlo inconcluso.

4.18 Para comprender la carta a los Colosenses, es necesario tomar en cuenta que la iglesia enfrentaba la presión de una herejía que prometía vida espiritual profunda a través del conocimiento secreto (una forma primitiva de gnosticismo). Los falsos maestros destruyeron la fe en Cristo al menoscabar la humanidad y divinidad de Cristo.

Pablo deja en claro que solo Cristo es la fuente de nuestra vida espiritual, la cabeza del cuerpo de creyentes. Cristo es Señor tanto del mundo físico como del espiritual. La senda a una vida espiritual profunda no es a través de deberes religiosos, conocimiento especial o secreto; solo se consigue por medio de una relación clara con el Señor Jesucristo. No debemos permitir que nada se interponga entre nosotros y nuestro Salvador. Comentarios de Biblia del Diario Vivir. 1960.


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