Jaime Anacona Cuellar

 LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 10 DE Octubre, Isaías 43,44,     

Jehová es el único Redentor

43

1Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. 5No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. 6Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, 7todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

8Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos. 9Congréguense a una todas las naciones, y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan, y digan: Verdad es. 10Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. 11Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. 12Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios. 13Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?

14Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban. 15Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey. 16Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas; 17el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; fenecen, como pábilo quedan apagados. 18No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. 19He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. 20Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido. 21Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.

22Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel. 23No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso. 24No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.

25Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. 26Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte. 27Tu primer padre pecó, y tus enseñadores prevaricaron contra mí. 28Por tanto, yo profané los príncipes del santuario, y puse por anatema a Jacob y por oprobio a Israel.


 Jehová es el único Dios


44

1Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí. 2Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí. 3Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; 4y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. 5Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel.

6Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. 7¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir. 8No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antig:uedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.


 La insensatez de la idolatría


9Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden. 10¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho? 11He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una.

12El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya. 13El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa. 14Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia. 15De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él. 16Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego; 17y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú.

18No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender. 19No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol? 20De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?


 Jehová es el Redentor de Israel


21Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides. 22Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí. 23Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.

24Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; 25que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría. 26Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré; 27que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar; 28que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.




LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 10 DE Octubre, Colosenses 2

1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; 2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, 3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. 5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. 6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; 7 arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. 9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. 11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; 12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. 16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. 18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, 19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. 20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos  21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques  22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? 23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. Amen. Rv.


COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 10 DE Octubre, Isaías 43,44

Capítulo 43

43.1ss El capítulo 42 termina con la tristeza de Dios por la decadencia espiritual de su pueblo. En el capítulo 43, Dios dice al pueblo que, a pesar de su fracaso espiritual, Él les mostrará misericordia, los traerá de regreso del cautiverio y los restaurará. Les derramaría amor y no ira. Entonces el mundo sabría que únicamente Dios había hecho esto.

43.1–4 Dios creó a Israel haciéndolo especial para Él. La redimió y la llamó por su nombre para que fueran de Él. Dios protegió a Israel en tiempos difíciles. Nosotros somos importantes para Dios, ¡también nos llama por nombre y nos da su nombre (43.7)! Cuando llevemos su maravilloso nombre, nunca debemos hacer nada que le avergüence.

43.2 Al pasar por aguas de tribulación quizás lo ahoguen o lo obliguen a crecer más fuerte. Si va con su fuerza, es muy probable que se ahogue. Si invita al Señor a ir con usted, Él lo protegerá.

43.3 Dios entregó a Persia a otras naciones a cambio de dejaran partir a los judíos a su tierra natal. Egipto, Etiopía y partes de Arabia (Seba) atacaron a Persia y fueron derrotados.

43.5,6 Isaías habla sobre todo del regreso de Israel desde Babilonia. Pero hay un significado más amplio: todo el pueblo de Dios se reunirá cuando Cristo venga a gobernar en paz sobre la tierra.

43.10, 11 La tarea de Israel era la de ser testigo (44.8), decir al mundo quién era Dios y lo que había hecho. En la actualidad todos los creyentes tienen la misma responsabilidad de ser testigos de Dios. ¿Sabrá la gente cómo es Dios al ver la forma en que usted habla y actúa? Ellos no pueden ver a Dios directamente, pero lo pueden ver reflejado en usted.

43.15-21 Esta sección describe un nuevo éxodo para un pueblo una vez más oprimido, como lo fueron los israelitas durante el cautiverio en Egipto antes del éxodo. Clamarían a Dios y una vez más los escucharía y liberaría. Un nuevo éxodo se llevaría a cabo por un nuevo desierto. Los milagros pasados no fueron nada en comparación con lo que Dios haría por su pueblo.

43.22-24 La caña aromática quizás era un ingrediente del incienso usado en la adoración. Un sacrificio requería renunciar a un animal valioso y clamar por el perdón de Dios. Pero el pueblo se presentaba ante Dios con pecados en vez de sacrificios. ¿Puede imaginarse llevando lo mejor de sus pecados ante al altar de Dios? Esta ilustración irónica muestra lo bajo que cayó Israel. ¿Qué presenta ante Dios: sus pecados o una súplica para obtener su perdón?

43.25 ¡Cuán tentador resulta recordar a otro una ofensa pasada! Sin embargo, cuando Dios perdona nuestros pecados, los olvida totalmente. Nunca debemos temer que Él nos los recuerde más tarde. Puesto que Dios hizo esto por nosotros, necesitamos hacer lo mismo por los demás.

Capítulo 44

44.2 Jesurún (el recto) es un nombre poético para Israel (Deuteronomio 32.15; 33.5, 26).

44.5 El tiempo vendrá cuando Israel se enorgullecerá de pertenecer a Dios. Si en verdad somos de Él, no debemos avergonzarnos sino gozarnos en permitir que todo el mundo sepa nuestra comunión con Él (44.8).

44.9-20 Aquí Isaías describe cómo el pueblo hizo sus dioses. Qué absurdo resulta hacer un dios del mismo árbol que nos da leña. ¿Creamos nuestros dioses: dinero, fama o poder? Si creamos un dios de nuestra elección, nos engañamos y no podemos esperar que mejore nuestra vida.

44.21 Dios dijo que debemos servir a nuestro Creador (17.7; 40.28; 43.15; 45.9). Los idólatras hacen lo opuesto: sirven o adoran lo que han creado en vez de adorar o servir al Único que los creó. Nuestro Creador pagó el precio por librarnos de los pecados que cometimos en su contra. Ningún ídolo, sin embargo, creó alguna vez a alguien ni puede redimirnos de nuestros pecados.

44.25,26 Los adivinos eran personas que decían recibir mensajes de los dioses. Los agoreros eran los que inventaban augurios para su beneficio. Porque Dios es verdadero, Él mismo es la norma de toda enseñanza, por lo tanto, podemos confiar en su Palabra como verdad absoluta. Su Palabra es totalmente precisa y podemos usarla como parámetro. Si no está seguro de alguna enseñanza, cotéjela con la Palabra de Dios. Dios condenó a los falsos profetas porque daban consejos contrarios al suyo.

44.28 Isaías, quien vivió aproximadamente del 740–681 a.C., ¡llamó a Ciro por su nombre casi ciento cincuenta años antes de que gobernara (559–530 a.C.)! Historiadores posteriores dijeron que Ciro leyó esta profecía y se conmovió tanto que la llevó a cabo. Además, más de cien años antes de que sucediera, Isaías predijo la caída de Jerusalén (586 a.C.) y la reconstrucción del templo la profetizó aproximadamente doscientos años antes de que ocurriera. Es claro que estas profecías vinieron de un Dios que conoce el futuro.


COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 10 DE Octubre, Colosenses 2

2.1 Laodicea se hallaba a pocos kilómetros al noroeste de Colosas. Como la iglesia de Colosas, la de Laodicea tal vez fue fundada por uno de los convertidos de Pablo mientras este último estuvo en Éfeso (Hechos 19.10). La ciudad era un rico centro comercial, pero más tarde el apóstol Juan criticaría a los creyentes por su tibieza en cuanto a su consagración a Cristo (Apocalipsis 3.14–22). El hecho de que Pablo quisiera que esta carta pasara a la iglesia en Laodicea (4.16) indica que la falsa doctrina había llegado hasta allí. Pablo anhelaba que las iglesias fueran unidas por lazos de amor para enfrentarse a esta herejía y para que se animaran unos a otros a permanecer fieles al plan de salvación de Dios en Cristo. Nuestras iglesias deberían ser comunidades unidas que animen, consagradas a cumplir la obra de Cristo.

2.4ss El problema que Pablo combatía en la iglesia de Colosas era similar al gnosticismo (conocimiento, en griego). Esta herejía (una enseñanza contraria a la doctrina cristiana), atacaba al cristianismo en varias formas: (1) Insistía en que el importante conocimiento secreto estaba escondido para la mayoría de los creyentes; Pablo, en cambio, manifestaba que Cristo nos provee todo el conocimiento que necesitamos. (2) Enseñaba que el cuerpo era maligno; Pablo declaraba que Dios mismo se hizo carne, o sea, se encarnó en Cristo Jesús. (3) Decían que Cristo solo parecía ser humano, pero que no lo era; Pablo insistía en que Jesús es completamente humano y divino.

El gnosticismo se estableció en el segundo siglo. Aun en los días de Pablo, estas ideas fueron atractivas para muchos y la exposición de tales enseñanzas podía seducir a una iglesia que no conocían bien la doctrina de Cristo. Enseñanzas similares aún son un problema. El antídoto para las ideas heréticas es un conocimiento concienzudo de la Palabra de Dios mediante el estudio personal y la enseñanza sana de la Biblia.

2.6, 7 Aceptar a Cristo como Señor de su vida es el comienzo de la vida con Cristo. Pero debe continuar siguiendo a sus líderes para arraigarse, edificarse y fortalecerse en su fe. Cristo desea guiarlo y ayudarlo cada día en sus problemas. Usted puede vivir para Cristo al: (1) dedicar su vida y someterse a su voluntad (Romanos 12.1, 2); (2) buscar aprender de Él, de su vida y de sus enseñanzas (3.16); y (3) reconocer el poder del Espíritu Santo en usted (Hechos 1.8; Gálatas 5.22).

2.7 Pablo usa la ilustración de estar arraigados a Cristo. Así como las plantas reciben nutrición del suelo a través de sus raíces, recibimos fortaleza de Cristo. Cuanto más dependan nuestras vidas de Él, menos serán las posibilidades de que seamos engañados por aquellos que falsamente claman tener respuestas para la vida. Si Cristo es nuestra fortaleza, seremos libres de las regulaciones humanas.

2.8 Pablo escribe contra cualquier filosofía de vida basada solo en ideas humanas. Él mismo era un filósofo dotado, por lo tanto no condenaba la filosofía. Condenaba las enseñanzas que dan mayor crédito a la humanidad, no a Cristo, como la respuesta para los problemas de la vida, al grado que se conviertan en una falsa religión. Hay muchas propuestas del hombre para enfrentar los problemas que no toman en cuenta a Dios. Para resistir la herejía usted debe usar su mente, fijar sus ojos en Cristo y estudiar la Biblia.

2.9 Una vez más Pablo enfatiza la deidad de Cristo. «En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad» significa que la totalidad de Dios estaba en el cuerpo humano de Jesucristo. Cuando tenemos a Cristo tenemos todo lo que necesitamos para salvarnos y vivir correctamente. Comentarios de la Biblia del Diario Vivir. Rv 1960.



No hay comentarios:

Publicar un comentario