LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 1 DE Octubre, Isaías 22,23
Capitulo 22
1Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados? 2Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra. 3Todos tus príncipes juntos huyeron del arco, fueron atados; todos los que en ti se hallaron, fueron atados juntamente, aunque habían huido lejos. 4Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme de la destrucción de la hija de mi pueblo.
5Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, de parte del Señor, Jehová de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar al monte. 6Y Elam tomó aljaba, con carros y con jinetes, y Kir sacó el escudo. 7Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta. 8Y desnudó la cubierta de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque. 9Visteis las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de abajo. 10Y contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro. 11Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró.
12Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; 13y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos. 14Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.
Sebna será sustituido por Eliaquim
15Jehová de los ejércitos dice así: Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile: 16¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes aquí, que labraste aquí sepulcro para ti, como el que en lugar alto labra su sepultura, o el que esculpe para sí morada en una peña? 17He aquí que Jehová te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro. 18Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra extensa; allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh vergüenza de la casa de tu señor. 19Y te arrojaré de tu lugar, y de tu puesto te empujaré. 20En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilcías, 21y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá. 22Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá. 23Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre. 24Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros. 25En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado; será quebrado y caerá, y la carga que sobre él se puso se echará a perder; porque Jehová habló.
Profecía sobre Tiro
23
1Profecía sobre Tiro. Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es Tiro hasta no quedar casa, ni a donde entrar; desde la tierra de Quitim les es revelado. 2Callad, moradores de la costa, mercaderes de Sidón, que pasando el mar te abastecían. 3Su provisión procedía de las sementeras que crecen con las muchas aguas del Nilo, de la mies del río. Fue también emporio de las naciones. 4Avergüénzate, Sidón, porque el mar, la fortaleza del mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni di a luz, ni crié jóvenes, ni levanté vírgenes. 5Cuando llegue la noticia a Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro. 6Pasaos a Tarsis; aullad, moradores de la costa. 7¿No era ésta vuestra ciudad alegre, con muchos días de antigüedad? Sus pies la llevarán a morar lejos. 8¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía coronas, cuyos negociantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra? 9Jehová de los ejércitos lo decretó, para envilecer la soberbia de toda gloria, y para abatir a todos los ilustres de la tierra. 10Pasa cual río de tu tierra, oh hija de Tarsis, porque no tendrás ya más poder. 11Extendió su mano sobre el mar, hizo temblar los reinos; Jehová mandó respecto a Canaán, que sus fortalezas sean destruidas. 12Y dijo: No te alegrarás más, oh oprimida virgen hija de Sidón. Levántate para pasar a Quitim, y aun allí no tendrás reposo. 13Mira la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria la fundó para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas. 14Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es vuestra fortaleza. 15Acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera. 16Toma arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada; haz buena melodía, reitera la canción, para que seas recordada. 17Y acontecerá que al fin de los setenta años visitará Jehová a Tiro; y volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra. 18Pero sus negocios y ganancias serán consagrados a Jehová; no se guardarán ni se atesorarán, porque sus ganancias serán para los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta saciarse, y vistan espléndidamente. Amen.
LECTURA DE LA PALABRA EN EL N.T. PARA HOY 1 DE Octubre, Efesios 3
3
1Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles; 2si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; 3que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, 4leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, 5misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 6que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, 7del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder.
8A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, 9y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; 10para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; 13por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.
El amor que excede a todo conocimiento
14Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, 16para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
20Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. Rv 1960.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 1 DE Octubre, Isaías 22,23
Capítulo 22
22.1–13 «El valle de la visión» se refiere a la ciudad de Jerusalén, donde Dios se autorreveló. Atacarían a Jerusalén a menos que el pueblo de Dios regresara a Él. En lugar de eso utilizó todo medio de protección posible, excepto pedir la ayuda de Dios. Quería confiar en su ingenio, en sus armas e incluso en sus vecinos paganos (véase 2 Crónicas 32 para la descripción del sitio de Jerusalén).
22.4 Isaías le advirtió a su pueblo, pero no se arrepintieron, así que experimentarían el juicio de Dios. Debido a su desvelo, a Isaías le dolió el castigo y lo lamentó en gran manera. Algunas veces las personas por las que nos preocupamos desconocen nuestros esfuerzos por ayudarlas, por lo tanto sufren las mismas cosas que les queremos evitar. En momentos así sufrimos debido a nuestra preocupación. Dios espera que estemos junto a los demás y esto quizás algunas veces nos haga sufrir junto con ellos.
22.6,7 Los elamitas y los hombres de Kir estaban bajo el gobierno de los asirios. Todo el ejército asirio, incluyendo sus vasallos, se unieron en el ataque contra Jerusalén.
22.8-11 Los líderes hicieron lo que pudieron a fin de prepararse para la guerra: obtuvieron armas, inspeccionaron las murallas y almacenaron agua. Pero todo su trabajo fue inútil debido a que nunca pidieron la ayuda de Dios. Demasiado a menudo nos volvemos a las cosas que, aun cuando son buenas, en verdad no nos darán la ayuda que necesitamos. Debemos conseguir las armas e inspeccionar las murallas, pero Dios debe guiar el trabajo.
22.13, 14 El pueblo dijo «comamos y bebamos» porque sus esperanzas estaban perdidas. Atacados por todas partes (22.7), debieron haberse arrepentido (22.12), pero en su lugar decidieron hacer una comilona. La raíz del problema residía en que Judá no confiaba en el poder y las promesas de Dios (véanse 56.12; 1 Corintios 15.32). Cuando usted enfrente dificultades, vuélvase a Dios. En la actualidad también vemos gente que ha perdido toda esperanza. Existen dos respuestas comunes hacia la impotencia: desesperación y desenfreno. Pero esta vida no es todo lo que existe, así que no debemos actuar como si no hubiera esperanza. La respuesta adecuada es volverse a Dios y confiar en su promesa de un futuro perfecto y justo en el nuevo mundo que Él creará.
22.15–25 Sebna, mayordomo del palacio u oficial del mismo, era materialista como el resto de la gente de Jerusalén (22.13). Quizás perteneció al grupo que apoyaba la alianza con los extranjeros, pasando así por alto el consejo de Isaías. El Señor reveló que Sebna perdería su posición y Eliaquim lo reemplazaría (22.21). Este sería el «clavo» que hincarían «en lugar firme» (22.23). Es lamentable, pero Eliaquim también caería (22.25).
Capítulo 23
23.1ss Las profecías de Isaías en contra de otras naciones comenzaron en el este con Babilonia (capítulo 13) y terminaron en el oeste con Tiro, en Fenicia. Tiro era una de las ciudades más famosas del mundo antiguo, un importante centro de comercio con un gran puerto marítimo. Era una ciudad rica y muy perversa. A Tiro la reprendieron Jeremías (Jeremías 25.22, 27; 47.4), Ezequiel (Ezequiel 26–28), Joel (Joel 3.4–8), Amós (Amós 1.9, 10) y Zacarías (Zacarías 9.3, 4). Esta es otra advertencia en contra de las alianzas políticas con vecinos tambaleantes.
23.5 ¿Por qué Egipto se entristecería cuando Tiro cayera? Egipto dependía de la experiencia en navegación de Tiro para promover y transportar sus productos por todo el mundo. Egipto perdería un importante socio comercial con la caída de Tiro.
23.9 Dios destruiría a Tiro porque aborrecía la soberbia de su pueblo. La soberbia separa a la gente de Dios y Él no la tolerará. Debemos examinar nuestras vidas y recordar que cada verdadero logro viene de Dios, nuestro Creador. No tenemos razón alguna para vanagloriarnos.
23.15, 16 Algunos eruditos creen que estos setenta años son literales. Algunos dicen que simbolizan un largo período. Si es literal, esto quizás ocurrió entre 700 al 630 a.C. durante el cautiverio asirio de Israel, o a lo mejor fue durante los setenta años de cautiverio de los judíos en Babilonia (605–536 a.C.). En estos setenta años los judíos se olvidarían de Tiro, pero cuando regresaran del cautiverio una vez más comerciarían con él.
24–27 A estos cuatro capítulos se les llama a menudo «el Apocalipsis de Isaías». Hablan acerca del juicio de Dios por el pecado del mundo. En un principio, las profecías de Isaías iban dirigidas a Judá, luego a Israel, después a las naciones vecinas y por último al mundo entero. Estos capítulos describen los últimos días cuando Dios juzgará al mundo entero, cuando al fin, Él quitará el mal de manera permanente.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 1 DE Octubre, Efesios 3
Capítulo 3
3.1 Pablo se hallaba bajo arresto domiciliario en Roma por haber predicado acerca de Cristo. Los líderes religiosos en Jerusalén, se sentían amenazados por las enseñanzas de Cristo y no creían que era el Mesías. Presionaban a los romanos para que arrestaran a Pablo y lo enjuiciaran por traición y por originar una rebelión entre los judíos. Pablo apeló para que su caso lo considerara el Emperador y estaba en espera del juicio (véase Hechos 28.16–31). A pesar de que se hallaba bajo arresto, Pablo mantenía firme su creencia en que Dios tenía el control de todo lo que le sucediera. ¿Permite usted que las circunstancias lo convenzan de que Dios ha perdido el control de este mundo? Como Pablo, recuerde que no importa lo que suceda, Dios dirige los acontecimientos mundiales.
3.2, 3 «La administración de la gracia de Dios» significa la mayordomía especial o el compromiso asignado a Pablo. A él se le encomendó el trabajo especial de predicar las buenas nuevas a los gentiles, el gran plan que Dios le había revelado. «Como antes lo he escrito brevemente», quizás se refiera a una carta previa, la cual no conservó la iglesia, o podría referirse a la primera parte de esta carta (sobre todo 1.9ss; 2.11ss).
3.5, 6 El plan de Dios no se dio a conocer a las generaciones anteriores, no porque Dios quisiera privar a su pueblo de algo, sino porque se les revelaría a todos a su debido tiempo. Dios planeó tener a judíos y gentiles formando un cuerpo, la Iglesia. Se sabía en el Antiguo Testamento que los gentiles recibirían salvación (Isaías 49.6), pero nunca se reveló que todos los gentiles y los judíos creyentes vendrían a ser iguales en el cuerpo de Cristo. Esta igualdad se materializó cuando Jesús derribó la «pared intermedia de separación» y creó «un solo y nuevo hombre» (2.14, 15).
3.7 Cuando Pablo se convirtió en ministro, Dios le dio la capacidad de predicar con eficacia el evangelio de Cristo. No es necesario que usted sea un apóstol ni siquiera un evangelista para que Dios le dé la oportunidad de decir a otros lo que Cristo es para usted. Y con la oportunidad, Él le proveerá la habilidad, el valor y el poder. En cualquier lugar en el que se presente la ocasión, esté listo delante de Dios. Al centrar su atención en la otra persona y su necesidad, Dios le comunicará su actitud solícita y sus palabras serán naturales, amorosas y adecuadas.
3.8 Cuando Pablo se describe como «menos que el más pequeño de todos los santos», con estas palabras quiere expresar que sin la ayuda de Dios, jamás podrá cumplir la obra de Dios. A pesar de esto, Dios lo escogió para anunciar el evangelio a los gentiles y le dio el poder para hacerlo. Si sentimos que nuestro rol es menor, podemos estar en lo cierto, excepto que hemos olvidado lo vital que Dios puede hacer. ¿Cómo puede Dios usarlo? Haga su parte y cumpla fielmente el papel especial que juega en el plan de Dios.
3.9 «La dispensación del misterio» se refiere a la vía del gran plan de Dios de llevar a cabo a través de la iglesia y el trabajo de Pablo en demostrar y enseñar el gran propósito de Dios en Cristo (véase 3.2).
3.10 «Principados y potestades en los lugares celestiales» pueden ser tanto los ángeles testigos de estos acontecimientos (véase 1 Pedro 1.12), o quizá fuerzas hostiles opuestas a Dios (2.2; 6.12).
3.12 Es un impresionante privilegio acercarnos a Dios con seguridad y acceso con confianza. La mayoría nos mostraríamos recelosos en la presencia de un gobernante poderoso, pero gracias a Cristo, podemos entrar directamente a la presencia de Dios mediante la oración. Sabemos que nos recibirán con los brazos abiertos porque somos los hijos de Dios a través de nuestra unión con Cristo. No tema a Dios. Háblele acerca de cualquier cosa. Está esperando oírle.
3.13 ¿Por qué las tribulaciones de Pablo hacen que los efesios se sientan honrados («las cuales son vuestra gloria»)? Si Pablo no hubiera predicado el evangelio, no estaría en la cárcel, por lo tanto, los efesios no habrían oído las buenas nuevas ni tampoco se hubieran convertido. Como una madre que sufre los dolores de parto a fin de traer una nueva vida al mundo, Pablo soportó la persecución a fin de traer nuevos creyentes a Cristo. Obedecer a Cristo no siempre es fácil. Él lo llama a tomar su cruz y seguirle (Mateo 16.24), o sea, estar dispuestos a tolerar el dolor al grado que el mensaje de Dios de salvación llegue a todo el mundo. Debemos sentirnos honrados de que otros sufrieran y se sacrificaran por nosotros para que recibiéramos bendición.
3.14, 15 La gran familia de Dios incluye a todos los que han creído en Él en el pasado, los que lo han hecho en el presente y los que lo harán en el futuro. Todos somos una familia porque tenemos a un mismo Padre. Él es la fuente de toda la creación, el dueño legítimo de cada cosa. Dios promete su amor y poder a su familia, la Iglesia (3.16–21); si queremos recibir sus bendiciones, es importante que nos mantengamos en contacto con otros creyentes en el cuerpo de Cristo. Quienes se aíslan de la familia de Dios y tratan de seguir solos, se privan del poder de Dios.
3.17–19 El amor de Dios es total, dice Pablo. Llega hasta los últimos rincones de nuestra experiencia. La anchura del amor de Dios continúa a través de toda nuestra vida y llega a todo el mundo. La longitud del amor de Dios nos sigue a través de nuestras vidas. La profundidad del amor de Dios llega a lo más profundo del desaliento, la desesperación y aun la muerte. La altura del amor de Dios se eleva a la cumbre de nuestra aclamación y júbilo. Cuando se sienta excluido o aislado, recuerde que nada lo apartará del amor de Dios. Para otra oración del amor inconmensurable de Dios, véase las palabras de Pablo en Romanos 8.38, 39.
3.19 «La plenitud de Dios» se expresa completa y solamente en Cristo (Colosenses 2.9, 10). Estamos completos por nuestra unión con Cristo y la capacitación que el Espíritu Santo nos ha dado. Tenemos por entero a Dios a nuestra disposición, pero debemos apropiárnoslo por la fe y las oraciones, cada día, al vivir para Él. La oración de Pablo por los efesios es también para usted. Puede pedir que el Espíritu Santo llene al máximo cada aspecto de su vida.
3.20, 21 Esta doxología, himno de alabanza a Dios, pone fin a la primera parte de Efesios. En la primera sección, Pablo describe el papel eterno de la Iglesia. En la segunda parte (capítulos 4–6), explicará cómo los miembros de la Iglesia deben vivir a fin de lograr la unidad que Dios anhela. Como en la mayoría de sus cartas, Pablo primero establece el fundamento doctrinal, luego presenta aplicaciones prácticas de las verdades que ha detallado. Comentarios de la Biblia del Diario Vivir. Rv 1960.
No hay comentarios:
Publicar un comentario