LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 21 DE OCTUBRE. Jeremías 5,6,
Impiedad de Jerusalén y de Judá
5
1Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia, que busque verdad; y yo la perdonaré. 2Aunque digan: Vive Jehová, juran falsamente. 3Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron convertirse.
4Pero yo dije: Ciertamente éstos son pobres, han enloquecido, pues no conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios. 5Iré a los grandes, y les hablaré; porque ellos conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios. Pero ellos también quebraron el yugo, rompieron las coyundas.
6Por tanto, el león de la selva los matará, los destruirá el lobo del desierto, el leopardo acechará sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere será arrebatado; porque sus rebeliones se han multiplicado, se han aumentado sus deslealtades.
7¿Cómo te he de perdonar por esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías. 8Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo. 9¿No había de castigar esto? dijo Jehová. De una nación como esta, ¿no se había de vengar mi alma? 10Escalad sus muros y destruid, pero no del todo; quitad las almenas de sus muros, porque no son de Jehová. 11Porque resueltamente se rebelaron contra mí la casa de Israel y la casa de Judá, dice Jehová. 12Negaron a Jehová, y dijeron: El no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre; 13antes los profetas serán como viento, porque no hay en ellos palabra; así se hará a ellos.
14Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: Porque dijeron esta palabra, he aquí yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá. 15He aquí yo traigo sobre vosotros gente de lejos, oh casa de Israel, dice Jehová; gente robusta, gente antigua, gente cuya lengua ignorarás, y no entenderás lo que hablare. 16Su aljaba como sepulcro abierto, todos valientes. 17Y comerá tu mies y tu pan, comerá a tus hijos y a tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras, y a espada convertirá en nada tus ciudades fortificadas en que confías.
18No obstante, en aquellos días, dice Jehová, no os destruiré del todo. 19Y cuando dijeren: ¿Por qué Jehová el Dios nuestro hizo con nosotros todas estas cosas?, entonces les dirás: De la manera que me dejasteis a mí, y servisteis a dioses ajenos en vuestra tierra, así serviréis a extraños en tierra ajena.
20Anunciad esto en la casa de Jacob, y haced que esto se oiga en Judá, diciendo: 21Oíd ahora esto, pueblo necio y sin corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye: 22¿A mí no me temeréis? dice Jehová. ¿No os amedrentaréis ante mí, que puse arena por término al mar, por ordenación eterna la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán. 23No obstante, este pueblo tiene corazón falso y rebelde; se apartaron y se fueron. 24Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora a Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo, y nos guarda los tiempos establecidos de la siega. 25Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien. 26Porque fueron hallados en mi pueblo impíos; acechaban como quien pone lazos, pusieron trampa para cazar hombres. 27Como jaula llena de pájaros, así están sus casas llenas de engaño; así se hicieron grandes y ricos. 28Se engordaron y se pusieron lustrosos, y sobrepasaron los hechos del malo; no juzgaron la causa, la causa del huérfano; con todo, se hicieron prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron. 29¿No castigaré esto? dice Jehová; ¿y de tal gente no se vengará mi alma?
30Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; 31los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin?
El juicio contra Jerusalén y Judá
6
1Huid, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén, y tocad bocina en Tecoa, y alzad por señal humo sobre Bet-haquerem; porque del norte se ha visto mal, y quebrantamiento grande. 2Destruiré a la bella y delicada hija de Sion. 3Contra ella vendrán pastores y sus rebaños; junto a ella plantarán sus tiendas alrededor; cada uno apacentará en su lugar. 4Anunciad guerra contra ella; levantaos y asaltémosla a mediodía. ¡Ay de nosotros! que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido. 5Levantaos y asaltemos de noche, y destruyamos sus palacios.
6Porque así dijo Jehová de los ejércitos: Cortad árboles, y levantad vallado contra Jerusalén; esta es la ciudad que ha de ser castigada; toda ella está llena de violencia. 7Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así ella nunca cesa de manar su maldad; injusticia y robo se oyen en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida. 8Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti, para que no te convierta en desierto, en tierra inhabitada.
9Así dijo Jehová de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; vuelve tu mano como vendimiador entre los sarmientos. 10¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman. 11Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado de contenerme; la derramaré sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes igualmente; porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el viejo como el muy anciano. 12Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice Jehová. 13Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. 14Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. 15¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová.
16Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. 17Puse también sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad al sonido de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos. 18Por tanto, oíd, naciones, y entended, oh congregación, lo que sucederá. 19Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley. 20¿Para qué a mí este incienso de Sabá, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan. 21Por tanto, Jehová dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente; el vecino y su compañero perecerán.
22Así ha dicho Jehová: He aquí que viene pueblo de la tierra del norte, y una nación grande se levantará de los confines de la tierra. 23Arco y jabalina empuñarán; crueles son, y no tendrán misericordia; su estruendo brama como el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sion. 24Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto. 25No salgas al campo, ni andes por el camino; porque espada de enemigo y temor hay por todas partes. 26Hija de mi pueblo, cíñete de cilicio, y revuélcate en ceniza; ponte luto como por hijo único, llanto de amarguras; porque pronto vendrá sobre nosotros el destruidor.
27Por fortaleza te he puesto en mi pueblo, por torre; conocerás, pues, y examinarás el camino de ellos. 28Todos ellos son rebeldes, porfiados, andan chismeando; son bronce y hierro; todos ellos son corruptores. 29Se quemó el fuelle, por el fuego se ha consumido el plomo; en vano fundió el fundidor, pues la escoria no se ha arrancado. 30Plata desechada los llamarán, porque Jehová los desechó.
LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 21 DE OCTUBRE. 1Timoteo 1
PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A
TIMOTEO
Salutación
1
1Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza, 2a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.
Advertencia contra falsas doctrinas
3Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, 4ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. 5Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, 6de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, 7queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.
8Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; 9conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, 10para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, 11según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.
El ministerio de Pablo
12Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, 13habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. 14Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. 15Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. 17Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
18Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, 19manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, 20de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 21 DE OCTUBRE. Jeremías 5,6,
Capítulo 5
5.1 Jerusalén era la ciudad capital y el centro de adoración de Judá, sin embargo Dios desafió a cualquiera a encontrar al menos una persona justa y veraz en toda la ciudad. Dios estaba dispuesto a salvar la ciudad si se encontrara una persona así (hizo una declaración similar sobre Sodoma, véase Génesis 18.32). Piense cuán significativo puede ser su testimonio en su ciudad o comunidad. A lo mejor usted es el único testimonio de Dios para mucha gente. ¿Es fiel a esa oportunidad?
5.3 Dios solo acepta la verdad. Cuando oramos, cantamos, hablamos o servimos, nada cierra la puerta a la aceptación de Dios más que la hipocresía, mentiras o jactancia. Dios ve a través nuestro y se niega a escuchar. Para estar cerca de Dios, séale sincero.
5.4,5 Aun los líderes que conocían las leyes de Dios y entendían sus palabras de juicio lo rechazaron. Se suponía que debían enseñar y guiar al pueblo, pero en lugar de eso los guiaron al pecado. Jeremías observó a los pobres y enloquecidos (ignorantes), esos que desconocían los caminos de Dios y se dio cuenta que no aprendían las leyes de Dios de sus líderes. Por lo tanto, la búsqueda de Dios en Jerusalén fue total, no había seguidores verdaderos en ningún nivel de la sociedad.
5.7 Dios responsabilizó a estas personas de los pecados de sus hijos ya que siguieron el ejemplo de sus padres. El pecado de desviar a otros a través de nuestro ejemplo, sobre todo a los hijos, es un pecado por el que Dios nos hará responsables.
5.15 Babilonia era en efecto una nación antigua. El antiguo Imperio Babilónico duró aproximadamente desde 1900 a.C. al 1550 a.C., y los reinos anteriores habitaron su suelo desde 3000 a.C. Babilonia, en los días de Jeremías, pronto se rebelaría en contra del domino asirio, formaría su propio ejército, conquistaría Asiria y llegaría a ser la siguiente potencia mundial dominante.
5.21 ¿Ha hablado a alguien alguna vez solo para darse cuenta de que no ha escuchado ni una palabra de lo que le decía? Jeremías dijo al pueblo que ni sus ojos ni sus oídos les servían de algo debido a que se negaban a ver y escuchar el mensaje de Dios. Los pueblos de Judá e Israel fueron neciamente sordos cuando Dios les prometió bendiciones por su obediencia y destrucción por su desobediencia. Cuando Dios habla mediante su Palabra o sus mensajeros, nos hacemos daño al no prestar atención. El mensaje de Dios nunca nos cambiará a menos que lo escuchemos.
5.22-24 ¿Cuál es su actitud cuando llega a la presencia de Dios? Debemos ir con temor y temblor (esto es asombro y respeto), porque Dios pone límites a los inmensos mares, y establece las lluvias y cosechas. Dios tuvo que quitarles todos los beneficios que Judá e Israel llegaron a respetar más que a Él mismo, con la esperanza de que el pueblo se volviera a Dios. No espere a que Dios le quite los recursos que ama, antes de comprometerse con Él como debería.
5.28,29 Pueblos y naciones que agradan a Dios tratan a sus huérfanos con justicia y se ocupan de los pobres. Los malvados en Israel trataban injustamente a los indefensos, lo que disgustaba a Dios en gran manera. Algunas personas indefensas están a nuestro alcance: huérfanos, pobres, solitarios y desamparados. ¿Qué acciones puede emprender para ayudar al menos a uno de ellos?
Capítulo 6
6.1 El Señor advirtió a la tribu de Benjamín (la tribu de Jeremías) que escapara, no hacia la seguridad de la gran ciudad amurallada de Jerusalén porque estaría bajo sitio, sino hacia Tecoa, un pueblo localizado más o menos a 19 km al sur de Jerusalén. La señal de humo, como advertencia, se encendió en Bet-haquerem, a la mitad del camino entre Jerusalén y Belén.
6.3 Los pastores eran los líderes de los ejércitos babilónicos y los rebaños sus tropas.
6.9 El remanente mencionado aquí no debe confundirse con el remanente santo. Este último son los que quedaron después de la primera ola de destrucción. Como un vendimiador, Babilonia no se satisfaría hasta que cada persona se llevara al cautiverio. Invadió Judá tres veces hasta que logró destruir la nación y su templo por completo (2 Reyes 24, 25).
6.10 El pueblo se enojó y cerró sus oídos. No quiso ningún mandamiento de Dios porque vivir para Él no les pareció emocionante. Como en los días de Jeremías, a la gente de hoy no le agrada la demanda de Dios de una vida disciplinada. Aunque sean inquietantes las respuestas de la gente, debemos continuar anunciando la Palabra de Dios. Nuestra responsabilidad es presentar la Palabra de Dios, la de ellos es aceptarla. No debemos permitir que lo que la gente quiera escuchar establezca el parámetro de lo que decimos.
6.14 «¡Olvídate de eso y quizás desaparezca!» ¿Le suena familiar? Esta fue la respuesta de Jerusalén a las advertencias de Jeremías. Siguieron escuchando las predicciones de paz, porque no les gustaba cómo Jeremías condenaba su pecado. Pero negar la verdad nunca la cambia, lo que Dios dice siempre sucede. El pecado nunca desaparece al negar su existencia. Debemos confesar a Dios que hemos pecado y pedirle que nos perdone.
6.16 El buen camino para vivir es antiguo y Dios lo ha señalado. Pero el pueblo rehusó tomar el sendero de Dios, yendo por su propio camino. Nosotros enfrentamos la misma decisión: andar por el camino de Dios antiguo pero verdadero, o seguir un nuevo sendero a nuestra elección. No se deje engañar. La única manera de hallar paz y «descanso para vuestra alma», es tomar el sendero de Dios.
6.20 Sabá, localizada en el sudoeste de Arabia, era un centro de intercambio comercial en incienso y especias usados en rituales religiosos paganos.
6.29-30 El metal se purificaba mediante el fuego. Conforme se calienta, se queman las impurezas y solo permanece el metal puro. Cuando Dios probó al pueblo de Judá, sin embargo, no encontró pureza en sus vidas. Siguieron en sus caminos de maldad. ¿Ve usted impurezas en su vida que deben quemarse? Confiéselas a Dios y permítale que lo purifique como Él tenga a bien hacerlo. Dedique tiempo ahora para meditar en las esferas de su vida que Él ya ha refinado, luego agradézcale lo que está haciendo.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 21 DE OCTUBRE. 1Timoteo 1
Capítulo 1
1.1 Esta carta fue escrita a Timoteo en los años 64 ó 65 d.C., después del primer encarcelamiento de Pablo en Roma (Hechos 28.16–31). Aparentemente, Pablo había estado fuera de la prisión por varios años, y durante ese tiempo volvió a visitar muchas iglesias en Asia y Macedonia. Cuando él y Timoteo regresaron a Éfeso, hallaron falsa enseñanza difundida en la iglesia. Pablo había advertido a los ancianos en Éfeso para que estuvieran alerta en contra de los falsos maestros que inevitablemente vendrían luego de que él saliera (Hechos 20.17–31). Pablo envió a Timoteo para que dirigiera la iglesia en Éfeso mientras él se trasladaba a Macedonia. De allí escribió esta carta de aliento e instrucción para ayudar a Timoteo a enfrentar la difícil situación de la iglesia de Éfeso. Más tarde, Pablo fue arrestado nuevamente y llevado de vuelta a la cárcel en Roma.
1.1 Pablo se llama a sí mismo apóstol, o sea uno que es enviado. Él fue enviado por Jesucristo para llevar el mensaje de salvación a los gentiles (Hechos 9.1–20). Para mayor información sobre Pablo, véase su perfil en Hechos 9.
1.1 ¿Cómo llegó Pablo a ser un apóstol por «mandato de Dios»? En Hechos 13.2, el Espíritu Santo dijo a través de los profetas: «Apartadme a Bernabé y Saulo [Pablo] para la obra a que los he llamado». Por Romanos 16.25, 26 y Tito 1.3 es obvio que Pablo recibió la comisión directamente de Dios.
1.3, 4 Pablo visitó por primera vez Éfeso en su segundo viaje misionero (Hechos 18.19–21). Más tarde, en su tercer viaje misionero, permaneció allí por casi tres años (Hechos 19; 20). Éfeso, juntamente con Roma, Corinto, Antioquía y Alejandría, era una de las ciudades más grandes en el Imperio Romano. Era un centro para el comercio, la política, y las religiones de Asia Menor, y el lugar en que el templo dedicado a la diosa Artemisa (Diana) estaba localizado.
1.3, 4 La iglesia de Éfeso probablemente estaba plagada de la misma herejía que estaba amenazando a la iglesia en Colosas, la enseñanza que para ser aceptado por Dios, una persona tenía que descubrir cierto conocimiento escondido y tenía que adorar a los ángeles (Colosenses 2.8, 18). Pensando que eso les ayudaría en su salvación, algunos efesios construyeron historias míticas basadas en la historia o las genealogías del Antiguo Testamento. Los falsos maestros estaban motivados por sus intereses propios y no por los de Cristo. Enredaron a la iglesia en interminables e irrelevantes disputas y controversias, restando tiempo para el estudio de la verdad. Hoy en día también podríamos entrar en discusiones sin valor e irrelevantes, pero tales disputas rápidamente excluyen el mensaje transformador de Cristo. Manténgase alejado de especulaciones religiosas y de argumentos teológicos sin sentido. Al comienzo pueden parecer inocentes, pero tienen la intención de desviarnos del mensaje central del evangelio: la persona y obra de Jesucristo. Y ellos consumen tiempo que deberíamos usar para anunciar el evangelio a otros. Usted debería apartarse de todo lo que le impida hacer la obra de Dios.
1.3–11 Hay muchos líderes y autoridades hoy que demandan lealtad, muchos de los cuales nos apartarían de Cristo con tal de que los siguiéramos. Aunque aparentan conocer la Biblia, su influencia puede ser peligrosamente sutil. ¿Cómo puede usted reconocer las enseñanzas falsas? (1) Promueven controversias en lugar de ayudar a la gente a venir a Jesús (1.4). (2) Con frecuencia, son promovidas por aquellos cuya motivación es hacerse de un nombre (1.7). (3) Son contrarias a la verdadera enseñanza de las Escrituras (1.6, 7; 4.1–3). Para protegerse del engaño de los falsos maestros, usted debería saber lo que la Biblia enseña y mantenerse firme en su fe depositada sólo en Cristo.
1.5 Los falsos maestros estaban motivados por un espíritu de curiosidad, y un deseo de ganar poder y prestigio. Al revés, los maestros cristianos genuinos están motivados por una fe sincera y por el deseo de hacer lo recto. Puede ser excitante impresionar a la gente con nuestro gran conocimiento pero, un gran prestigio basado en la falsedad es, al fin y al cabo, vacío.
1.6 Argumentar sobre detalles de la Biblia puede conducirnos por interesantes pero irrelevantes rutas secundarias y hacernos perder la verdadera intención del evangelio. Los falsos maestros de Éfeso construyeron vastos sistemas especulativos y luego argumentaron acerca de detalles insignificantes de sus ideas imaginarias. No debemos permitir que nada nos distraiga de las buenas nuevas de Jesucristo, el punto principal de las Sagradas Escrituras. Necesitamos saber lo que la Biblia dice, aplicarla cada día a nuestras vidas y enseñarla a otros. Cuando hagamos esto, estaremos en condiciones de evaluar todas las enseñanzas a la luz de la verdad central acerca de Jesús. No invierta demasiado tiempo en detalles superficiales de las Escrituras al grado que excluya el asunto principal de lo que Dios le está enseñando.
1.7 Pablo escribió en contra de aquellos que estaban enredándose en especulaciones filosóficas basadas en el Pentateuco (los cinco primeros libros del Antiguo Testamento escritos por Moisés).
1.7–11 Los falsos maestros querían ser famosos como maestros de la ley de Dios, pero ellos ni siquiera entendían el propósito de la ley. La ley no tenía como objetivo dar a los creyentes una lista de mandamientos para cada ocasión, sino mostrar a los no creyentes su pecado y conducirlos a Dios. Para mayores detalles de lo que Pablo enseñó acerca de nuestra relación con la ley, véase Romanos 5.20, 21; 13.9, 10; Gálatas 3.24–29.
1.10 «Sodomitas» se refiere a los homosexuales. Existen los que quieren legitimar la homosexualidad como un estilo de vida alternativo aceptable. Inclusive algunos cristianos dicen que la gente tiene el derecho de elegir su preferencia sexual. Pero la Biblia específicamente llama a la homosexualidad conducta pecaminosa (véanse Levítico 18.22; Romanos 1.18–32; 1 Corintios 6.9–11). Debemos tener cuidado, sin embargo, de condenar sólo la práctica y no a las personas. Los que cometen actos homosexuales no deben ser temidos, ridiculizados u odiados. Pueden ser perdonadas y sus vidas transformadas. La iglesia debiera ser un refugio de perdón y sanidad para los homosexuales arrepentidos, sin comprometer su posición en contra de la conducta homosexual. Para mayores detalles véase la nota sobre Romanos 1.26, 27.
1.12–17 La gente puede sentirse tan culpable por su pasado que podrían llegar a pensar que Dios jamás podría perdonarlos y aceptarlos. Pero considere el pasado de Pablo. Él se había burlado de las enseñanzas de Jesús («antes blasfemo») y persiguió y asesinó al pueblo de Dios («perseguidor e injuriador») antes de llegar a Cristo por fe (Hechos 9.1–9). Dios perdonó a Pablo y lo usó poderosamente para su Reino. No importa cuán avergonzado estés por tu pasado, Dios puede perdonarte y usarte.
1.14 Con frecuencia podemos sentir que nuestra fe en Dios y nuestro amor por Jesús y hacia otros es inadecuado. Pero podemos estar seguros de que Cristo ayudará a nuestra fe y amor a crecer en la medida que nuestra relación con Él se profundice.
1.15 Aquí Pablo resume las buenas nuevas: Jesús vino al mundo para salvar pecadores, y ningún pecador está excluido de su poder salvador. (Para entender el propósito de Jesús al vivir en la tierra, véase Lucas 5.32.) Jesús no vino meramente para mostrarnos cómo vivir una mejor vida o para desafiarnos a ser mejores personas. Él vino para ofrecernos salvación que nos lleve a la vida eterna. ¿Has aceptado su ofrecimiento?
1.15 Pablo se llama a sí mismo el peor, o «el primero» de los pecadores. Consideramos a Pablo un gran héroe de la fe, pero él nunca se vio a sí mismo de esa manera porque se acordaba de su vida antes de conocer a Cristo. Mientras más comprendía la gracia de Dios, más consciente era de su propia pecaminosidad. La vida de cada cristiano debería estar marcada por humildad y gratitud. Nunca olvides que tú también eres un pecador salvado por gracia.
1.18 Pablo dio un alto valor al don de la profecía (1 Corintios 14.1). A través de la profecía vinieron a la iglesia importantes mensajes de advertencia y aliento. Así como hoy día los pastores son ordenados y apartados para ministrar en la iglesia, Timoteo había sido separado para el ministerio cuando los ancianos pusieron sus manos sobre él (véase 4.14). Al parecer, en esta ceremonia varios creyentes profetizaron en relación con los dones y habilidades de Timoteo. Estas palabras del Señor debieron ser de estímulo a través de su ministerio.
1.19 ¿Cómo puede usted mantener su conciencia limpia? Atesore su fe en Cristo más que cualquier otra cosa y haga lo que sabe que es correcto. Cada vez que deliberadamente ignore su conciencia, estará endureciendo su corazón. Muy pronto su capacidad para diferenciar entre lo correcto e incorrecto disminuirá. Pero al caminar con Dios, Él le hablará por medio de su conciencia, dándole a conocer la diferencia entre lo bueno y lo malo. Asegúrese de actuar motivado por esos impulsos internos, de manera que haga lo que es correcto, así su conciencia permanecerá limpia.
1.20 No sabemos quién fue Alejandro. Quizás haya sido un colaborador de Himeneo. El error de Himeneo se explica en 2 Timoteo 2.17, 18. Él debilitó la fe de la gente enseñando que la resurrección ya había tenido lugar. Pablo dice en 1 Timoteo 1.20 que lo entregó a Satanás, privándolo de la comunión de la iglesia. Esto lo hizo con el propósito de que Himeneo pudiera ver su error y se arrepintiera. El propósito final de este castigo era la corrección. La iglesia de hoy es con frecuencia muy débil en disciplinar a los cristianos que pecan deliberadamente. La desobediencia deliberada debería ser tratada de inmediato para evitar que toda la congregación se vea afectada. Pero la disciplina se debe aplicar de tal manera que el ofensor vuelva al Señor y sea recibido en la comunión amorosa de la iglesia. La definición de disciplina incluye estas palabras: fortalecimiento, purificación, entrenamiento, corrección, perfeccionamiento. Por lo tanto, condenación, sospecha, alejamiento, o exilio permanente no deberían ser parte de la disciplina de la iglesia. Comentarios de la Biblia del Diario Vivir. Rv 1960.
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