Jaime Anacona Cuellar

 LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 11 DE DICIEMBRE. Oseas 9,10,11

9

1No te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de trigo. 2La era y el lagar no los mantendrán, y les fallará el mosto. 3No quedarán en la tierra de Jehová, sino que volverá Efraín a Egipto y a Asiria, donde comerán vianda inmunda.

4No harán libaciones a Jehová, ni sus sacrificios le serán gratos; como pan de enlutados les serán a ellos; todos los que coman de él serán inmundos. Será, pues, el pan de ellos para sí mismos; ese pan no entrará en la casa de Jehová.

5¿Qué haréis en el día de la solemnidad, y en el día de la fiesta de Jehová? 6Porque he aquí se fueron ellos a causa de la destrucción. Egipto los recogerá, Menfis los enterrará. La ortiga conquistará lo deseable de su plata, y espino crecerá en sus moradas.

7Vinieron los días del castigo, vinieron los días de la retribución; e Israel lo conocerá. Necio es el profeta, insensato es el varón de espíritu, a causa de la multitud de tu maldad, y grande odio. 8Atalaya es Efraín para con mi Dios; el profeta es lazo de cazador en todos sus caminos, odio en la casa de su Dios. 9Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción, como en los días de Gabaa; ahora se acordará de su iniquidad, castigará su pecado.

10Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos acudieron a Baal-peor, se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron. 11La gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni embarazos, ni concepciones. 12Y si llegaren a grandes sus hijos, los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos me aparte! 13Efraín, según veo, es semejante a Tiro, situado en lugar delicioso; pero Efraín sacará sus hijos a la matanza. 14Dales, oh Jehová, lo que les has de dar; dales matriz que aborte, y pechos enjutos.

15Toda la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión; por la perversidad de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más; todos sus príncipes son desleales.

16Efraín fue herido, su raíz está seca, no dará más fruto; aunque engendren, yo mataré lo deseable de su vientre. 17Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones.

10

1Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumentaron sus ídolos. 2Está dividido su corazón. Ahora serán hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos.

3Seguramente dirán ahora: No tenemos rey, porque no temimos a Jehová; ¿y qué haría el rey por nosotros? 4Han hablado palabras jurando en vano al hacer pacto; por tanto, el juicio florecerá como ajenjo en los surcos del campo. 5Por las becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su pueblo lamentará a causa del becerro, y sus sacerdotes que en él se regocijaban por su gloria, la cual será disipada. 6Aun será él llevado a Asiria como presente al rey Jareb; Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su consejo.

7De Samaria fue cortado su rey como espuma sobre la superficie de las aguas. 8Y los lugares altos de Avén serán destruidos, el pecado de Israel; crecerá sobre sus altares espino y cardo. Y dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados: Caed sobre nosotros.

9Desde los días de Gabaa has pecado, oh Israel; allí estuvieron; no los tomó la batalla en Gabaa contra los inicuos. 10Y los castigaré cuando lo desee; y pueblos se juntarán sobre ellos cuando sean atados por su doble crimen. 11Efraín es novilla domada, que le gusta trillar, mas yo pasaré sobre su lozana cerviz; haré llevar yugo a Efraín; arará Judá, quebrará sus terrones Jacob. 12Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.

13Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira, porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes. 14Por tanto, en tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando la madre fue destrozada con los hijos. 15Así hará a vosotros Bet-el, por causa de vuestra gran maldad; a la mañana será del todo cortado el rey de Israel.

 Dios se compadece de su pueblo obstinado

11

1Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. 2Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios.

3Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. 4Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.

5No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir. 6Caerá espada sobre sus ciudades, y consumirá sus aldeas; las consumirá a causa de sus propios consejos. 7Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer.

8¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión. 9No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad.

10En pos de Jehová caminarán; él rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente. 11Como ave acudirán velozmente de Egipto, y de la tierra de Asiria como paloma; y los haré habitar en sus casas, dice Jehová. 12Me rodeó Efraín de mentira, y la casa de Israel de engaño. Judá aún gobierna con Dios, y es fiel con los santos. Amen.

 

LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 11 DE DICIEMBRE Apocalipsis 2

Mensajes a las siete iglesias:

El mensaje a Efeso

2

1Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:

2Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 4Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 6Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. 7El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

 El mensaje a Esmirna

8Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:

9Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. 10No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 11El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.

 El mensaje a Pérgamo

12Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto:

13Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. 14Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. 15Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. 16Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. 17El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.

 El mensaje a Tiatira

18Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:

19Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. 20Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. 21Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. 22He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. 23Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. 24Pero a vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga; 25pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. 26Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; 28y le daré la estrella de la mañana. 29El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Amen.

 

COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 1 DE DICIEMBRE. Oseas 9,10,11

Capítulo 9

9.1 Una era es una área plana, a menudo construida en la cima de una colina, en donde los campesinos golpeaban el trigo para separarlo de la cáscara. A menudo los hombres permanecían toda la noche en la era para proteger el grano, así que este era un lugar natural de reunión. Debido a su elevación, las eras comenzaron a usarse como lugares de sacrificio para los dioses falsos.

9.6 Los líderes de Israel oscilaban entre las alianzas con Egipto y las alianzas con Asiria. Oseas estaba diciendo que ambas estaban mal. El romper una alianza con la traidora Asiria y luego correr en busca de ayuda con la igualmente traidora Egipto ocasionaría la destrucción de Israel. Su única esperanza era regresar a Dios.

9.7 Por el tiempo en el que Israel comenzó a experimentar las consecuencias de su pecado, ya no estaba escuchando a los mensajeros de Dios. Al no querer escuchar la verdad de los profetas que hablaban tan claramente de sus pecados, Israel no quiso escuchar las advertencias de Dios acerca de lo que pronto le sucedería. Todos escuchamos y leemos selectivamente. Nos concentramos en lo que parece apoyar nuestro estilo de vida presente, y nos cerramos a todo lo que demande un reordenamiento radical de nuestras prioridades. Al hacer esto, tenemos la probabilidad de no escuchar las advertencias que más necesitamos. Escuche a las personas que piensan que su enfoque es totalmente equivocado. Lea artículos que presenten los puntos de vista que usted probablemente no adopte. Pregúntese: «¿Me está hablando Dios por medio de estos voceros y escritores? ¿Hay algo en que necesito cambiar?»

9.9 Una pareja se había detenido a pasar la noche en Gabaa cuando una banda de pervertidos se reunió alrededor de la casa y le pidieron al hombre que saliera. En vez de eso, el viajero les dio a su mujer. La violaron y abusaron de ella durante toda la noche y luego la dejaron muerta en la puerta (Jueces 19.14–30). Ese acto terrible reveló lo bajo que había caído el pueblo. Gabaa fue destruida por su maldad (Jueces 20.8–48), pero Oseas dijo que la nación entera era ahora tan mala como aquella ciudad. Del mismo modo que la ciudad no pudo escapar del castigo, tampoco lo escaparía la nación.

9.10 Baal-peor era el dios de Peor, una ciudad de Moab. En Números 23, el rey Balac de Moab contrató a Balaam, un profeta independiente, para maldecir a los israelitas cuando cruzaban por su tierra. Los moabitas sedujeron a los jóvenes israelitas para que cometieran pecados sexuales y adoraran a Baal. No pasó mucho tiempo para que se volvieran tan corruptos como los dioses que adoraban. La gente puede adoptar las características del objeto o de la persona que ama. ¿A quién adora usted? ¿Se está volviendo más como Dios, o más como alguien o algo?

9.14 Oseas hizo esta oración cuando previó la destrucción que los pecados de Israel habían traído consigo (2 Reyes 17.7–23). Esta visión del destino terrible de Israel lo movió a orar para que las mujeres no se embarazaran y los niños murieran como infantes para que no experimentaran el tremendo sufrimiento y dolor que les esperaba.

9.15 En Gilgal comenzó tanto el fracaso religioso como el político. Aquí cambiaron a Dios por ídolos y reyes. Saúl, el primer rey de la nación unificada, fue coronado en Gilgal (2 Samuel 11.15). Pero ya para el tiempo de Oseas, la adoración a Baal había florecido allí (4.15, 12.11).

Capítulo 10

10.1 Israel prosperó bajo Jeroboam II, y cobró fuerza militar y económica. Pero mientras más próspero se volvía, más abundaba en sus ídolos. Parece ser que mientras más nos da Dios, más gastamos. Queremos casas más grandes, ropas más finas y una educación más costosa. Pero las cosas finas que el mundo ofrece nos llevan al camino de la destrucción. Cuando prospere, considere a dónde se está dirigiendo su dinero. ¿Lo usa para los propósitos de Dios o lo usa todo en usted mismo?

10.5 Bet-avén quiere decir «casa de perversidad», y se refiere a Bet-el, «casa de Dios», donde se adoraban dioses falsos. Si los ídolos de los israelitas hubieran sido dioses de verdad, hubieran podido proteger al pueblo. Cuán irónico resulta el hecho de que el pueblo temiera por la seguridad de sus dioses. Si desea más información sobre estos dioses en forma de becerro, véanse las notas a 3.4, 5 y 8.5.

10.9, 10 Si desea más información sobre «los días de Gabaa», véase la nota a 9.9 o lea Jueces 19 y 20. Gabaa sobresale por su crueldad y lujuria en Jueces, y por su rebelión en los días de Saúl (Gabaa era el pueblo de Saúl; véanse 11.4; 10.5).

10.12 Oseas utilizó repetidamente ilustraciones acerca de los campos y las cosechas. Aquí habla de la tierra que ya está lista para recibir las semillas: ya no está dura ni llena de piedras, ha sido preparada cuidadosamente y está disponible. ¿Está su vida lista para que Dios trabaje en ella? Usted puede arar el suelo duro de su corazón al reconocer sus pecados y abrir su corazón al perdón de Dios.

10.13 Los israelitas confiaban en la mentira de que el poder militar podía mantenerlos a salvo. Los creyentes de hoy pueden también ser embaucados por las mentiras. Los que quieren descarriar a otros a menudo siguen estas reglas para mentir bien: miente en grande; mantenla simple; repítela a menudo. Los creyentes pueden evitar caer en las mentiras si se preguntan: (1) ¿Estoy creyendo en esto porque hay beneficios para mí? (2) ¿Estoy tomando en cuenta todos los datos importantes? (3) ¿Entra en conflicto con algún mandamiento directo de las Escrituras? (4) ¿Hay algún paralelo bíblico con la situación que estoy enfrentando que me pueda ayudar a saber en qué creer?

10.14 Algunos dicen que este Salmán es Salmanasar, rey de Asiria; otros dicen que se trata de Salmanu, un rey moabita que se menciona en los anales de Tiglat-pileser. Salmán invadió Galaad alrededor del año 740 a.C. y destruyó la ciudad de Bet-arbel, matando a mucha gente, incluyendo a las mujeres y a los niños. No era una crueldad fuera de lo común en las guerras antiguas. Oseas estaba diciendo que el destino de Israel sería como el de Bet-arbel.

10.15 Israel depositó su confianza en el poder militar y no en Dios, como resultado, serían destruidos por el poder militar. El rey de Israel, quien había llevado al pueblo a la idolatría, sería el primero en caer. En ocasiones el castigo divino es rápido, pero siempre es seguro.

Capítulo 11

11.1ss En los últimos cuatro capítulos, Oseas cambia al tema del intenso amor de Dios por Israel. Dios siempre amó a Israel como un padre ama a su hijo obstinado y por eso no lo libraría de las consecuencias de su conducta. Los israelitas eran pecadores y se castigarían como un hijo descarriado que sus padres llevaban ante los ancianos (Deuteronomio 21.18–21). A lo largo de la triste historia de Israel, Dios ofreció en repetidas ocasiones restaurarlo si se volvían a Él. Al rechazar neciamente su invitación, el reino del norte marcó su destino. Se destruiría para nunca volverse a levantar. Aún así, Israel como nación no estaba acabada. Un remanente de israelitas fieles regresaría a Jerusalén, en dónde algún día el Mesías vendría, ofreciendo el perdón y la reconciliación a todos los que lo siguieran fielmente.

11.3 Dios siempre había suplido las necesidades de su pueblo, pero no querían reconocerlo, y no mostraban ningún interés en darle las gracias. La ingratitud es una falla humana común. Por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que dio las gracias a sus padres por cuidar de usted? ¿Y a su pastor por el servicio que presta a la iglesia? ¿Y a los maestros de sus hijos por ocuparse de cada una de las actividades del día? ¿Y a su Padre celestial por la forma en que lo dirige? Muchas de las bendiciones que disfrutamos son el resultado de gestos de amor que se hicieron hace mucho. Busque las acciones ocultas que puedan haberle sido de bendición, y dé gracias por los que con su amor han hecho que el mundo fuera mejor. Pero comience agradeciendo a Dios por todas sus bendiciones.

11.4 «Con cuerdas humanas los atraje[...] y puse delante de ellos la comida».La disciplina de Dios a veces implica orientación y a veces alimentación. Algunas veces la cuerda está tensa, otras veces está floja. Siempre es amorosa, y su objetivo es siempre el bienestar de los que ama. Cuando tenga que disciplinar a otros (niños, estudiantes, empleados o miembros de la iglesia), no sea rígido. Varíe su método de acuerdo a las metas que está buscando alcanzar. En cada caso, pregúntese: ¿Necesita dirección esta persona o alimentación?

11.5 El reino del norte sobrevivió solo dos siglos después de la ruptura con Jerusalén. Sus líderes políticos y espirituales no ayudaron al pueblo a aprender el camino de Dios; por lo tanto, como nación nunca se arrepentieron. Oseas profetizó su caída, la cual ocurrió cuando Salmanasar de Asiria conquistó Israel en 722 a.C. Judá también sería llevada en cautiverio, pero un remanente regresaría a su tierra natal.

11.8 Adma y Zeboim eran las ciudades de la llanura que perecieron junto con Sodoma y Gomorra (Génesis 14.8; Deuteronomio 29.23).

11.9 «Porque Dios soy, y no hombre». Es fácil para nosotros definir a Dios en términos de nuestras expectativas y comportamiento. Al hacerlo, lo hacemos solo un poco mayor que nosotros. En realidad, es infinitamente mayor que nosotros. Debemos buscar parecernos a Él en vez de intentar volverlo a hacer a nuestra imagen.

11.12 A diferencia de Israel, Judá tuvo varios reyes bastante buenos:Asa, Josafat, Joás, Amazías, Azarías, Jotam y especialmente Ezequías y Josías. Bajo el reinado de algunos de estos reyes, la Ley de Dios volvió a utilizarse y se enseñó al pueblo. Los sacerdotes continuaron sirviendo a Dios en el templo de Jerusalén, y las fiestas se estuvieron celebrando al menos durante algún tiempo. Desafortunadamente, ninguno de los líderes políticos ni religiosos fueron capaces de erradicar la idolatría y los ritos paganos (a pesar de que Ezequías y Josías estuvieron muy cerca de hacerlo), los cuales continuaron envenenando hasta que finalmente infectaron a la nación entera. Aun así, la influencia de los reyes buenos permitió que Judá sobreviviera casi ciento cincuenta años más que Israel y surgió un pequeño grupo, un remanente, de gente fiel que algún día regresaría y restauraría su tierra y templo.

 

COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 11 DE DICIEMBRE Apocalipsis 2

Capítulo 2

 

2.1 Éfeso fue la capital de Asia Menor, un centro de comercio de tierra y mar y, junto a Alejandría y Antioquía en Siria, una de las tres ciudades con mayor influencia en la parte oriental del imperio Romano. El templo de Diana (Artemisa), una de las maravillas del mundo antiguo, se hallaba en esta ciudad, y una importante industria era la creación de imágenes de esta diosa (véase Hechos 29.21–41). Pablo ministró en Éfeso por tres años y advirtió a los efesios que falsos maestros tratarían de apartar de la fe a la gente (véase Hechos 20.29–31). Los falsos maestros llegaron a causar problemas en la iglesia de Éfeso, pero la iglesia los resistió, como podemos ver en la carta de Pablo (véase el libro de Efesios). Juan pasó mucho de su ministerio en esta ciudad.

2.1 El que «anda en medio de los siete candeleros de oro» es Jesús (1.11–13). Él «tiene las siete estrellas en su diestra» (mensajeros de las iglesias, indicando su poder y autoridad sobre las iglesias y sus líderes. La de Éfeso había llegado a ser una iglesia grande y orgullosa, y el mensaje de Jesús habría de recordarles que Él es la única cabeza del cuerpo de creyentes.

2.1ss ¿Está Dios interesado en su iglesia? Si está tentado a dudarlo, mire con cuidado estas siete cartas. El Señor del universo conocía a cada una de estas iglesias y su situación precisa. Jesús le dijo a Juan que escribiera acerca de personas, lugares y acontecimientos específicos. Celebró los éxitos de los creyentes y le explicó cómo corregir sus errores. Así como Jesús cuidaba de cada una de estas iglesias, cuida de la suya. Quiere que alcance su máximo potencial. El grupo de creyentes con el cual adora y sirve es un vehículo de Dios para cambiar el mundo. Mírelo con seriedad, así como lo hace Dios.

2.2 Durante un largo período, la iglesia de Éfeso se había negado a tolerar el pecado entre sus miembros. Esto no era fácil en una ciudad caracterizada por sus prácticas sexuales inmorales asociadas con la adoración a la diosa Diana. Nosotros también vivimos en una etapa en que se halla muy difundido el pecado y la inmoralidad sexual. Es popular el ser tolerante con diversos pecados, llamándolos «decisiones personales» o «estilos alternos de vida». Pero cuando el cuerpo de creyentes empieza a tolerar el pecado en la iglesia, las normas se reducen y se pone en peligro el testimonio de los creyentes. Recuerde que la aprobación de Dios es infinitamente más importante que la del mundo.

2.2, 3 Cristo elogia a la iglesia de Éfeso por su (1) arduo trabajo, (2) paciencia, (3) resistencia al pecado, (4) examen cuidadoso de los falsos apóstoles y (5) sufrimiento paciente y sin claudicación. Toda iglesia debe tener esas características. Pero estos buenos esfuerzos deben surgir de nuestro amor a Jesucristo. Tanto Jesús como Juan recalcaron el amor de los unos a los otros como una prueba auténtica del evangelio (Juan 13.34; 1 Juan 3.18, 19). En el esfuerzo por mantener puras la enseñanza, la moral y la doctrina, es posible perder el espíritu caritativo. Un conflicto que no se resuelve puede debilitar o acabar nuestra paciencia y nuestro afecto. Al defender la fe, cuídese de no levantar una estructura de rigidez que debilite el amor.

2.4 Pablo había elogiado a la iglesia de Éfeso por su amor a Dios y a los demás (Efesios 1.15), pero muchos de los fundadores de la iglesia habían muerto, y la segunda generación de creyentes había perdido su fervor espiritual. Era una iglesia muy activa y sus miembros hacían mucho en beneficio propio y de la comunidad, pero por motivos equivocados. El hacer algo por Dios debe estar motivado por el amor a Dios, o no perdurará.

2.4, 5 Así como cuando un hombre y una mujer se enamoran, los nuevos creyentes experimentan entusiasmo cuando se dan cuenta de cuán importante es ser perdonado. Pero cuando perdemos de vista la seriedad del pecado, empezamos a perder el entusiasmo por nuestro perdón (véase 2 Pedro 1.9). En los primeros pasos de su vida cristiana, pudo haber sentido entusiasmo sin conocimiento. ¿Tiene ahora conocimiento sin entusiasmo? Ambos son necesarios si hemos de mantener el amor a Dios de forma intensa y sin mancha (véase Hebreos 10.32, 35). ¿Ama a Dios con el mismo fervor de cuando se convirtió?

2.5 El que Jesucristo quite «el candelero de su lugar» puede significar el dejar de ser una iglesia eficiente. Así como los candeleros de siete brazos del templo daban luz a los sacerdotes, las iglesias debían dar luz a sus comunidades vecinas. Pero Jesucristo les advirtió que sus luces podrían apagarse. Más aun, Él mismo podría extinguir cualquier luz que no cumpliera con su propósito. La iglesia tenía que arrepentirse de sus pecados.

2.6 Los nicolaítas eran creyentes que habían acomodado su fe a fin de disfrutar de algunas de las prácticas pecaminosas de la sociedad efesia. Algunos creen que el nombre nicolaítas es el equivalente griego de la palabra hebrea que significaba «balaamitas». Balaam fue un profeta que indujo a los israelitas a seguir sus deseos pecaminosos (véanse 2.14 y Números 31.15, 16). Cuando vamos a participar en algo que sabemos que es malo, a menudo usamos excusas para justificar nuestra conducta. Decimos que no es tan malo como parece o que no dañará nuestra fe. Cristo emplea palabras muy duras para los que buscan excusas para pecar.

2.6 Por medio de Juan, Jesucristo elogia a la iglesia de Éfeso por aborrecer las obras perversas de los nicolaítas. Nótese que no aborrecen a las personas sino solo su conducta pecaminosa. Acepte y ame a todos y niéguese a tolerar todo lo malo. Dios no puede tolerar el pecado y espera que nosotros nos opongamos a él. El mundo necesita cristianos que defiendan la verdad de Dios y que conduzcan a la gente hacia la vida recta.

2.7 Vencer significa ser victoriosos al creer en Cristo, perseverar, permanecer fiel y vivir como uno que sigue a Cristo. El vivir así trae consigo grandes recompensas (21.7).

2.7 En el huerto del Edén había dos árboles: el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal (véase Génesis 2.9). El comer del árbol de la vida daba vida eterna con Dios. El comer del árbol de la ciencia del bien y del mal deparaba conocimiento de lo bueno y lo malo. Adán y Eva comieron del árbol de la ciencia del bien y del mal y desobedecieron el mandato de Dios. Por lo tanto, fueron expulsados del Edén y se les prohibió que comieran del árbol de la vida. Al fin será destruido el mal y los creyentes serán conducidos a un paraíso restaurado. En la tierra nueva, todos comerán del árbol de la vida y vivirán para siempre.

2.8 La ciudad de Esmirna quedaba a unos cuarenta kilómetros al norte de Éfeso. Se le llamaba «Puerto de Asia» porque tenía un puerto excelente sobre el Mar Egeo. La iglesia de esa ciudad luchaba contra dos fuerzas enemigas: una población judía muy opuesta al cristianismo, y una población no judía que era leal a Roma y apoyaba la adoración del Emperador. La persecución y el sufrimiento eran inevitables en un ambiente así.

2.9, 10 La persecución viene de Satanás, no de parte de Dios. Satanás, el diablo, hará que los creyentes sean encarcelados e incluso asesinados. Pero los creyentes no deben temer a la muerte porque su resultado solo será la obtención de la corona de la vida. Satanás podrá dañar sus cuerpos mortales, pero no puede causar ningún daño espiritual. La «sinagoga de Satanás» significa que esos judíos, cuando se juntaban a adorar, servían a los propósitos de Satanás, no a los de Dios. «Diez días» significa que, aunque la persecución puede ser intensa, será relativamente breve. Tiene su comienzo definido y su fin también, y Dios se mantendrá en absoluto control de la situación.

2.9–11 El dolor es parte de la vida, pero nunca es agradable sufrir, sin que importe cuál sea la causa. Jesucristo elogió a la iglesia de Esmirna por su fe en medio del sufrimiento. Luego los anima a tener en mente que no tienen por qué temer al futuro si permanecen fieles. Si para por tiempos difíciles, no permita que lo aparten de Dios. Más bien procure que fortalezcan su fidelidad. Confíe en Él y recuerde su recompensa celestial (véase también 22.12–14).

2.10 Esmirna fue famosa por sus competencias deportivas. Una corona era el laurel de la victoria, el trofeo para el campeón de la contienda. Si hemos permanecido fieles, recibiremos el premio de la victoria: la vida eterna (Santiago 1.12). El mensaje a la iglesia de Esmirna es que debe permanecer fiel a pesar de su sufrimiento porque Dios está en control de la situación y sus promesas son confiables. Jesucristo nunca ha dicho que al serle fiel evitaremos problemas, sufrimiento y persecución. Más bien, debemos ser fieles a Él en nuestros sufrimientos. Solo entonces nuestra fe resultará genuina. Permanecemos fieles cuando mantenemos la mirada en Cristo y en sus promesas presentes y futuras (véanse Filipenses 3.13, 14; 2 Timoteo 4.8).

2.11 Creyentes y no creyentes experimentarán la muerte física. Todos resucitarán, pero los creyentes resucitarán para vida eterna con Dios mientras que los incrédulos resucitarán para ser castigados con la muerte segunda y la separación eterna de Dios (véanse también 20.14; 21.8, 27; 22.15).

2.12 La ciudad de Pérgamo estaba construida sobre una colina de unos 330 metros de altura sobre la región circunvecina, creando una fortaleza natural. Era una ciudad moderna, un centro de la cultura griega y la educación, con una biblioteca que contaba con 200,000 volúmenes. Pero también era el centro de cuatro sectas y rivalizaba con Éfeso en su adoración de ídolos. El dios principal de la ciudad estaba simbolizado por una serpiente, y a ese dios se le consideraba el dios de la sanidad. La gente de todas partes iba a Pérgamo en busca de sanidad de parte de ese dios.
2.12 Así como los romanos usaban la espada como señal de autoridad y juicio, Jesucristo muestra su espada aguda de dos filos (1.16) que representa la suprema autoridad de Dios y su juicio. También puede representar la separación futura de los creyentes e incrédulos. Los incrédulos no pueden experimentar la recompensa eterna de vivir en el reino de Dios.

2.13 Como el centro de cuatro sectas idolátricas (Zeus, Dionisio, Asclepio y Atena), a Pérgamo se le llamaba «la ciudad donde Satanás tiene su trono». Rodeada del culto a Satanás y al emperador romano como dios, la iglesia de Pérgamo no estuvo dispuesta a negar a Cristo, aun cuando los adoradores de Satanás martirizaron a uno de sus miembros. Nunca es fácil permanecer firmes en contra de las fuertes presiones y tentaciones de nuestra sociedad, pero la alternativa es mortal (2.11).
2.13–15 No era fácil ser cristiano en Pérgamo. Los creyentes sufrían gran presión para acomodar o abandonar su fe. (Para información sobre los nicolaítas, véase la primera nota en 2.6.) Nada se sabe de Antipas, salvo que no se transigió con la idolatría. Fue fiel y murió por su fe. Pero por lo visto, algunos en la iglesia toleraban a quienes enseñaban o practicaban lo que Cristo había rechazado. El acomodarse puede definirse como «mezclar cualidades de dos cosas diferentes» o «una concesión de principios». Coopere con la gente tanto como pueda, pero rechace toda lealtad, compañerismo o participación que le pudiera conducir a prácticas inmorales.

2.14 Es posible que haya discrepancias de opinión entre los cristianos en algunas cuestiones, pero no hay lugar para la herejía y la inmoralidad. Tal vez su ciudad no participe en fiestas idolátricas, pero es posible que permita la pornografía, el pecado sexual, el chisme, el engaño y la mentira. No tolere pecado bajo la presión de ser una persona de mente abierta.
2.14–16 Balac fue un rey temido por muchos israelitas que viajaban a través de su país, y contrató a Balaam para maldecirlos. Balaam al principio se negó, pero ante una oferta de dinero cambió de parecer (Números 22–24). Más tarde Balaam influyó en los israelitas para que adoraran ídolos (Números 31.16; véanse también 2 Pedro 2.15; Judas 11). Aquí Cristo reprendió a la iglesia por tolerar a quienes, como Balaam, apartan a su pueblo de Dios.

2.16 Esta espada es el juicio de Dios en contra de las naciones rebeldes (19.15, 21) y de toda forma de pecado. Véanse también la nota en 1.16 y la segunda nota en 2.12.

2.17 El «maná escondido» sugiere el alimento espiritual que recibirán los creyentes fieles. Dios proveyó maná de los cielos para los israelitas que viajaban a la tierra prometida para su sostenimiento físico (Éxodo 16.13–18). Jesucristo como «el pan vivo» (Juan 6.51) da el alimento espiritual que satisface nuestra hambre profunda.

2.17 No está muy claro lo que es la piedra blanca o cuál será exactamente el nombre que habrá en cada una de ellas. Como están relacionadas con el maná escondido, pudiera simbolizar el alimento eterno del creyente o la vida eterna. Las piedras son significativas porque cada una de ellas llevará el nombre de cada persona que cree en Cristo. Son la evidencia de que una persona ha sido aceptada por Dios y declarada apta para recibir la vida eterna. El nombre de una persona representa su carácter. Dios nos dará un nuevo nombre y un nuevo corazón.

2.18 Tiatira era un centro laboral, con muchos gremios que se dedicaban a la confección de ropa, tintorería y alfarería. Lidia, la primera convertida de Pablo en Filipos, era una mercader de Tiatira (Hechos 16.14). La ciudad era esencialmente secular, sin preferencia por religión alguna.

2.19 Los creyentes de Tiatira fueron felicitados por sus buenas obras. No debemos sentirnos satisfechos cuando nuestra iglesia solo se regocija en la salvación de sus miembros o disfruta de la adoración conjunta. Debemos crecer en amor, fe y obras de servicio. Como los tiempos son difíciles, debemos invertir nuestro tiempo con sabiduría y fidelidad.

2.20 Una mujer de la iglesia de Tiatira estaba enseñando que la inmoralidad no era un asunto serio para los creyentes. Su nombre pudo haber sido Jezabel, o tal vez Juan empleara el nombre Jezabel para simbolizar el tipo de error que ella estaba fomentando. Jezabel, una reina pagana de Israel, fue considerada como la mujer más diabólica que jamás haya vivido (véanse 1 Reyes 19.1, 2; 21.1–15, 2 Reyes 9.7–10, 30–37; y su perfil se halla en 1 Reyes 21).

2.20 ¿Por qué es un pecado serio la inmoralidad sexual? Las relaciones sexuales fuera del matrimonio siempre hieren a alguien. Hieren a Dios porque muestran que preferimos satisfacer nuestros deseos a nuestro antojo en lugar de seguir las instrucciones de la Palabra de Dios, o satisfacer nuestro deseo ahora en lugar de esperar su tiempo oportuno. Hieren a otros porque violan el compromiso tan necesario para una relación. Nos hieren a nosotros porque con frecuencia traen consigo enfermedades a nuestro cuerpo y afectan en forma adversa nuestra personalidad. La inmoralidad sexual tiene un tremendo poder para destruir familias, iglesias y comunidades porque destruye la integridad sobre la cual se basan esas instituciones. Dios quiere protegernos y proteger a los demás; por lo tanto, no debemos participar en la inmoralidad sexual, aunque nuestra cultura lo acepte.

2.20 En los templos paganos, a menudo se ofrecía carne a los ídolos. Luego la carne que no se quemaba se vendía en el mercado del templo. Usar la carne ofrecida a los ídolos no era malo en sí, pero podía violar el principio de sensibilidad hacia los hermanos débiles que podían confundirse con eso (véanse 1 Corintios 8 y la nota en Romanos 14.2). Es obvio que Jezabel estaba más interesada en su propio placer egoísta y libertad que en las necesidades y preocupaciones de los demás creyentes.

2.21 Jezabel no tenía deseos de arrepentirse. «Arrepentirse» significa cambiar de actitud, dejar de hacer lo que uno quiere para hacer la voluntad de Dios, abandonar el pecado y sus consecuencias desastrosas para la vida eterna. En su misericordia, Dios nos ha dado un tiempo para que decidamos seguirlo. Solo nuestra obstinación se interpone en el camino.

2.23 No podemos escondernos de Cristo. Él sabe lo que hay en nuestro corazón y nuestra mente, y todavía nos ama. Se deben confesar los pecados que procuramos esconder.

2.24,25 «Las profundidades de Satanás» eran las enseñanzas falsas que impartían los herejes o la perspectiva secreta de los llamados creyentes que «garantizaban» una vida espiritual profunda. Debemos aferrarnos al fundamento de nuestra fe cristiana y analizar con cautela y consejo cualquier enseñanza nueva que nos aparte de la Biblia, de la comunión de los hermanos o de nuestra confesión fundamental de fe.

2.26, 27 Cristo dice que los vencedores (los que se mantienen fieles hasta el fin y siguen agradándole) gobernarán sobre sus enemigos y reinarán con Él cuando juzgue al maligno (véanse también Salmo 2.8, 9; Isaías 30.14, Jeremías 19.11, 1 Corintios 6.2, 3; Apocalipsis 12.5; 19.15; 20.3, 4 para mayores detalles relacionados con el juicio de Dios).

2.28 A Cristo se le llama «estrella de la mañana» o «lucero» 2.28, 22.16 y 2 Pedro 1.19. Una estrella de la mañana aparece antes del amanecer, cuando la noche está muy fría y oscura. Cuando el mundo esté en su punto más sombrío, Cristo entrará en escena, poniendo al descubierto al malvado con su luz de verdad y trayendo su recompensa prometida. Comentarios de la Biblia del Diario Vivir. Rv 1960

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