LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 11 DE DICIEMBRE. Oseas 9,10,11
9
1No
te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pueblos, pues has
fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de
trigo. 2La era y el lagar no los mantendrán, y les fallará el mosto.
3No quedarán en la tierra de Jehová, sino que volverá Efraín a Egipto y a
Asiria, donde comerán vianda inmunda.
4No
harán libaciones a Jehová, ni sus sacrificios le serán gratos; como pan de
enlutados les serán a ellos; todos los que coman de él serán inmundos. Será,
pues, el pan de ellos para sí mismos; ese pan no entrará en la casa de Jehová.
5¿Qué
haréis en el día de la solemnidad, y en el día de la fiesta de Jehová? 6Porque
he aquí se fueron ellos a causa de la destrucción. Egipto los recogerá, Menfis
los enterrará. La ortiga conquistará lo deseable de su plata, y espino crecerá
en sus moradas.
7Vinieron
los días del castigo, vinieron los días de la retribución; e Israel lo
conocerá. Necio es el profeta, insensato es el varón de espíritu, a causa de la
multitud de tu maldad, y grande odio. 8Atalaya es Efraín para con mi
Dios; el profeta es lazo de cazador en todos sus caminos, odio en la casa de su
Dios. 9Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción, como en los días
de Gabaa; ahora se acordará de su iniquidad, castigará su pecado.
10Como
uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su
principio vi a vuestros padres. Ellos acudieron a Baal-peor, se apartaron para
vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron. 11La
gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni
embarazos, ni concepciones. 12Y si llegaren a grandes sus hijos, los
quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos me
aparte! 13Efraín, según veo, es semejante a Tiro, situado en lugar
delicioso; pero Efraín sacará sus hijos a la matanza. 14Dales, oh
Jehová, lo que les has de dar; dales matriz que aborte, y pechos enjutos.
15Toda
la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión; por la
perversidad de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más; todos sus
príncipes son desleales.
16Efraín
fue herido, su raíz está seca, no dará más fruto; aunque engendren, yo mataré
lo deseable de su vientre. 17Mi Dios los desechará, porque ellos no
le oyeron; y andarán errantes entre las naciones.
10
1Israel
es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la
abundancia de su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de
su tierra aumentaron sus ídolos. 2Está dividido su corazón. Ahora
serán hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos.
3Seguramente
dirán ahora: No tenemos rey, porque no temimos a Jehová; ¿y qué haría el rey
por nosotros? 4Han hablado palabras jurando en vano al hacer pacto;
por tanto, el juicio florecerá como ajenjo en los surcos del campo. 5Por
las becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su
pueblo lamentará a causa del becerro, y sus sacerdotes que en él se regocijaban
por su gloria, la cual será disipada. 6Aun será él llevado a Asiria
como presente al rey Jareb; Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de
su consejo.
7De
Samaria fue cortado su rey como espuma sobre la superficie de las aguas. 8Y
los lugares altos de Avén serán destruidos, el pecado de Israel; crecerá sobre
sus altares espino y cardo. Y dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados:
Caed sobre nosotros.
9Desde
los días de Gabaa has pecado, oh Israel; allí estuvieron; no los tomó la
batalla en Gabaa contra los inicuos. 10Y los castigaré cuando lo
desee; y pueblos se juntarán sobre ellos cuando sean atados por su doble
crimen. 11Efraín es novilla domada, que le gusta trillar, mas yo
pasaré sobre su lozana cerviz; haré llevar yugo a Efraín; arará Judá, quebrará
sus terrones Jacob. 12Sembrad para vosotros en justicia, segad para
vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de
buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
13Habéis
arado impiedad, y segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira, porque
confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes. 14Por
tanto, en tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán
destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando la
madre fue destrozada con los hijos. 15Así hará a vosotros Bet-el,
por causa de vuestra gran maldad; a la mañana será del todo cortado el rey de
Israel.
Dios se compadece de su pueblo obstinado
11
1Cuando
Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. 2Cuanto
más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a
los ídolos ofrecían sahumerios.
3Yo
con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no
conoció que yo le cuidaba. 4Con cuerdas humanas los atraje, con
cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su
cerviz, y puse delante de ellos la comida.
5No
volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se
quisieron convertir. 6Caerá espada sobre sus ciudades, y consumirá
sus aldeas; las consumirá a causa de sus propios consejos. 7Entre
tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el
Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer.
8¿Cómo
podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte
como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se
inflama toda mi compasión. 9No ejecutaré el ardor de mi ira, ni
volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio
de ti; y no entraré en la ciudad.
10En
pos de Jehová caminarán; él rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán
temblando desde el occidente. 11Como ave acudirán velozmente de
Egipto, y de la tierra de Asiria como paloma; y los haré habitar en sus casas,
dice Jehová. 12Me rodeó Efraín de mentira, y la casa de Israel de
engaño. Judá aún gobierna con Dios, y es fiel con los santos. Amen.
LECTURA DE LA
PALABRA PARA HOY 11 DE DICIEMBRE Apocalipsis 2
Mensajes a las siete iglesias:
El mensaje a Efeso
2
1Escribe
al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su
diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
2Yo
conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a
los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los
has hallado mentirosos; 3y has sufrido, y has tenido paciencia, y
has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 4Pero
tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5Recuerda, por
tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si
no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres
arrepentido. 6Pero tienes esto, que aborreces las obras de los
nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. 7El que tiene oído,
oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer
del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
El mensaje a Esmirna
8Y
escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que
estuvo muerto y vivió, dice esto:
9Yo
conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la
blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de
Satanás. 10No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo
echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis
tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de
la vida. 11El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
El mensaje a Pérgamo
12Y
escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos
filos dice esto:
13Yo
conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes
mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo
fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. 14Pero tengo
unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de
Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer
de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. 15Y
también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo
aborrezco. 16Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti
pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. 17El que
tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré
a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita
escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
El mensaje a Tiatira
18Y
escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos
como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
19Yo
conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras
postreras son más que las primeras. 20Pero tengo unas pocas cosas
contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y
seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
21Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse
de su fornicación. 22He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran
tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de
ella. 23Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán
que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según
vuestras obras. 24Pero a vosotros y a los demás que están en
Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y no han conocido lo que ellos
llaman las profundidades de Satanás, yo os digo: No os impondré otra carga;
25pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. 26Al que
venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las
naciones, 27y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como
vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; 28y le
daré la estrella de la mañana. 29El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias. Amen.
COMENTARIO
DE LA PALABRA PARA HOY 1 DE DICIEMBRE. Oseas 9,10,11
Capítulo 9
9.1 Una era es una área plana, a menudo construida
en la cima de una colina, en donde los campesinos golpeaban el trigo para
separarlo de la cáscara. A menudo los hombres permanecían toda la noche en la
era para proteger el grano, así que este era un lugar natural de reunión.
Debido a su elevación, las eras comenzaron a usarse como lugares de sacrificio
para los dioses falsos.
9.6 Los líderes de Israel oscilaban entre las
alianzas con Egipto y las alianzas con Asiria. Oseas estaba diciendo que ambas
estaban mal. El romper una alianza con la traidora Asiria y luego correr en
busca de ayuda con la igualmente traidora Egipto ocasionaría la destrucción de
Israel. Su única esperanza era regresar a Dios.
9.7 Por el tiempo en el que Israel comenzó a
experimentar las consecuencias de su pecado, ya no estaba escuchando a los
mensajeros de Dios. Al no querer escuchar la verdad de los profetas que
hablaban tan claramente de sus pecados, Israel no quiso escuchar las
advertencias de Dios acerca de lo que pronto le sucedería. Todos escuchamos y
leemos selectivamente. Nos concentramos en lo que parece apoyar nuestro estilo
de vida presente, y nos cerramos a todo lo que demande un reordenamiento
radical de nuestras prioridades. Al hacer esto, tenemos la probabilidad de no
escuchar las advertencias que más necesitamos. Escuche a las personas que
piensan que su enfoque es totalmente equivocado. Lea artículos que presenten
los puntos de vista que usted probablemente no adopte. Pregúntese: «¿Me está
hablando Dios por medio de estos voceros y escritores? ¿Hay algo en que
necesito cambiar?»
9.9 Una pareja se había detenido a pasar la noche
en Gabaa cuando una banda de pervertidos se reunió alrededor de la casa y le
pidieron al hombre que saliera. En vez de eso, el viajero les dio a su mujer.
La violaron y abusaron de ella durante toda la noche y luego la dejaron muerta
en la puerta (Jueces 19.14–30). Ese acto terrible reveló lo bajo que había
caído el pueblo. Gabaa fue destruida por su maldad (Jueces 20.8–48), pero Oseas
dijo que la nación entera era ahora tan mala como aquella ciudad. Del mismo
modo que la ciudad no pudo escapar del castigo, tampoco lo escaparía la nación.
9.10 Baal-peor era el dios de Peor, una ciudad de
Moab. En Números 23, el rey Balac de Moab contrató a Balaam, un profeta
independiente, para maldecir a los israelitas cuando cruzaban por su tierra.
Los moabitas sedujeron a los jóvenes israelitas para que cometieran pecados
sexuales y adoraran a Baal. No pasó mucho tiempo para que se volvieran tan
corruptos como los dioses que adoraban. La gente puede adoptar las
características del objeto o de la persona que ama. ¿A quién adora usted? ¿Se
está volviendo más como Dios, o más como alguien o algo?
9.14 Oseas hizo esta oración cuando previó la destrucción que los pecados de Israel habían traído consigo (2 Reyes 17.7–23). Esta visión del destino terrible de Israel lo movió a orar para que las mujeres no se embarazaran y los niños murieran como infantes para que no experimentaran el tremendo sufrimiento y dolor que les esperaba.
9.15 En Gilgal comenzó tanto el fracaso religioso
como el político. Aquí cambiaron a Dios por ídolos y reyes. Saúl, el primer rey
de la nación unificada, fue coronado en Gilgal (2 Samuel 11.15). Pero ya para
el tiempo de Oseas, la adoración a Baal había florecido allí (4.15, 12.11).
Capítulo 10
10.1 Israel prosperó bajo Jeroboam II, y cobró
fuerza militar y económica. Pero mientras más próspero se volvía, más abundaba
en sus ídolos. Parece ser que mientras más nos da Dios, más gastamos. Queremos
casas más grandes, ropas más finas y una educación más costosa. Pero las cosas
finas que el mundo ofrece nos llevan al camino de la destrucción. Cuando
prospere, considere a dónde se está dirigiendo su dinero. ¿Lo usa para los
propósitos de Dios o lo usa todo en usted mismo?
10.5 Bet-avén quiere decir «casa de perversidad», y
se refiere a Bet-el, «casa de Dios», donde se adoraban dioses falsos. Si los
ídolos de los israelitas hubieran sido dioses de verdad, hubieran podido
proteger al pueblo. Cuán irónico resulta el hecho de que el pueblo temiera por
la seguridad de sus dioses. Si desea más información sobre estos dioses en
forma de becerro, véanse las notas a 3.4, 5 y 8.5.
10.9, 10 Si desea más información sobre «los días
de Gabaa», véase la nota a 9.9 o lea Jueces 19 y 20. Gabaa sobresale por su
crueldad y lujuria en Jueces, y por su rebelión en los días de Saúl (Gabaa era
el pueblo de Saúl; véanse 11.4; 10.5).
10.12 Oseas utilizó repetidamente ilustraciones
acerca de los campos y las cosechas. Aquí habla de la tierra que ya está lista
para recibir las semillas: ya no está dura ni llena de piedras, ha sido
preparada cuidadosamente y está disponible. ¿Está su vida lista para que Dios
trabaje en ella? Usted puede arar el suelo duro de su corazón al reconocer sus
pecados y abrir su corazón al perdón de Dios.
10.13 Los israelitas confiaban en la mentira de que
el poder militar podía mantenerlos a salvo. Los creyentes de hoy pueden también
ser embaucados por las mentiras. Los que quieren descarriar a otros a menudo
siguen estas reglas para mentir bien: miente en grande; mantenla simple;
repítela a menudo. Los creyentes pueden evitar caer en las mentiras si se
preguntan: (1) ¿Estoy creyendo en esto porque hay beneficios para mí? (2)
¿Estoy tomando en cuenta todos los datos importantes? (3) ¿Entra en conflicto con
algún mandamiento directo de las Escrituras? (4) ¿Hay algún paralelo bíblico
con la situación que estoy enfrentando que me pueda ayudar a saber en qué
creer?
10.14 Algunos dicen que este Salmán es Salmanasar,
rey de Asiria; otros dicen que se trata de Salmanu, un rey moabita que se
menciona en los anales de Tiglat-pileser. Salmán invadió Galaad alrededor del
año 740 a.C. y destruyó la ciudad de Bet-arbel, matando a mucha gente,
incluyendo a las mujeres y a los niños. No era una crueldad fuera de lo común
en las guerras antiguas. Oseas estaba diciendo que el destino de Israel sería
como el de Bet-arbel.
10.15 Israel depositó su confianza en el poder
militar y no en Dios, como resultado, serían destruidos por el poder militar.
El rey de Israel, quien había llevado al pueblo a la idolatría, sería el
primero en caer. En ocasiones el castigo divino es rápido, pero siempre es
seguro.
Capítulo 11
11.1ss En los últimos cuatro capítulos, Oseas
cambia al tema del intenso amor de Dios por Israel. Dios siempre amó a Israel
como un padre ama a su hijo obstinado y por eso no lo libraría de las
consecuencias de su conducta. Los israelitas eran pecadores y se castigarían
como un hijo descarriado que sus padres llevaban ante los ancianos
(Deuteronomio 21.18–21). A lo largo de la triste historia de Israel, Dios
ofreció en repetidas ocasiones restaurarlo si se volvían a Él. Al rechazar
neciamente su invitación, el reino del norte marcó su destino. Se destruiría
para nunca volverse a levantar. Aún así, Israel como nación no estaba acabada.
Un remanente de israelitas fieles regresaría a Jerusalén, en dónde algún día el
Mesías vendría, ofreciendo el perdón y la reconciliación a todos los que lo
siguieran fielmente.
11.3 Dios siempre había suplido las necesidades de
su pueblo, pero no querían reconocerlo, y no mostraban ningún interés en darle
las gracias. La ingratitud es una falla humana común. Por ejemplo, ¿cuándo fue
la última vez que dio las gracias a sus padres por cuidar de usted? ¿Y a su
pastor por el servicio que presta a la iglesia? ¿Y a los maestros de sus hijos
por ocuparse de cada una de las actividades del día? ¿Y a su Padre celestial
por la forma en que lo dirige? Muchas de las bendiciones que disfrutamos son el
resultado de gestos de amor que se hicieron hace mucho. Busque las acciones
ocultas que puedan haberle sido de bendición, y dé gracias por los que con su
amor han hecho que el mundo fuera mejor. Pero comience agradeciendo a Dios por
todas sus bendiciones.
11.4 «Con cuerdas humanas los atraje[...] y puse
delante de ellos la comida».La disciplina de Dios a veces implica orientación y
a veces alimentación. Algunas veces la cuerda está tensa, otras veces está
floja. Siempre es amorosa, y su objetivo es siempre el bienestar de los que
ama. Cuando tenga que disciplinar a otros (niños, estudiantes, empleados o
miembros de la iglesia), no sea rígido. Varíe su método de acuerdo a las metas
que está buscando alcanzar. En cada caso, pregúntese: ¿Necesita dirección esta
persona o alimentación?
11.5 El reino del norte sobrevivió solo dos siglos
después de la ruptura con Jerusalén. Sus líderes políticos y espirituales no
ayudaron al pueblo a aprender el camino de Dios; por lo tanto, como nación
nunca se arrepentieron. Oseas profetizó su caída, la cual ocurrió cuando
Salmanasar de Asiria conquistó Israel en 722 a.C. Judá también sería llevada en
cautiverio, pero un remanente regresaría a su tierra natal.
11.8 Adma y Zeboim eran las ciudades de la llanura
que perecieron junto con Sodoma y Gomorra (Génesis 14.8; Deuteronomio 29.23).
11.9 «Porque Dios soy, y no hombre». Es fácil para
nosotros definir a Dios en términos de nuestras expectativas y comportamiento.
Al hacerlo, lo hacemos solo un poco mayor que nosotros. En realidad, es
infinitamente mayor que nosotros. Debemos buscar parecernos a Él en vez de
intentar volverlo a hacer a nuestra imagen.
11.12 A diferencia de Israel, Judá tuvo varios
reyes bastante buenos:Asa, Josafat, Joás, Amazías, Azarías, Jotam y
especialmente Ezequías y Josías. Bajo el reinado de algunos de estos reyes, la
Ley de Dios volvió a utilizarse y se enseñó al pueblo. Los sacerdotes
continuaron sirviendo a Dios en el templo de Jerusalén, y las fiestas se
estuvieron celebrando al menos durante algún tiempo. Desafortunadamente,
ninguno de los líderes políticos ni religiosos fueron capaces de erradicar la
idolatría y los ritos paganos (a pesar de que Ezequías y Josías estuvieron muy
cerca de hacerlo), los cuales continuaron envenenando hasta que finalmente
infectaron a la nación entera. Aun así, la influencia de los reyes buenos
permitió que Judá sobreviviera casi ciento cincuenta años más que Israel y
surgió un pequeño grupo, un remanente, de gente fiel que algún día regresaría y
restauraría su tierra y templo.
COMENTARIO
DE LA PALABRA PARA HOY 11 DE DICIEMBRE Apocalipsis 2
Capítulo
2
2.1
Éfeso fue la capital de Asia Menor, un centro de comercio de tierra y mar y,
junto a Alejandría y Antioquía en Siria, una de las tres ciudades con mayor
influencia en la parte oriental del imperio Romano. El templo de Diana
(Artemisa), una de las maravillas del mundo antiguo, se hallaba en esta ciudad,
y una importante industria era la creación de imágenes de esta diosa (véase
Hechos 29.21–41). Pablo ministró en Éfeso por tres años y advirtió a los
efesios que falsos maestros tratarían de apartar de la fe a la gente (véase
Hechos 20.29–31). Los falsos maestros llegaron a causar problemas en la iglesia
de Éfeso, pero la iglesia los resistió, como podemos ver en la carta de Pablo
(véase el libro de Efesios). Juan pasó mucho de su ministerio en esta ciudad.
2.1
El que «anda en medio de los siete candeleros de oro» es Jesús (1.11–13). Él
«tiene las siete estrellas en su diestra» (mensajeros de las iglesias,
indicando su poder y autoridad sobre las iglesias y sus líderes. La de Éfeso
había llegado a ser una iglesia grande y orgullosa, y el mensaje de Jesús
habría de recordarles que Él es la única cabeza del cuerpo de creyentes.
2.1ss
¿Está Dios interesado en su iglesia? Si está tentado a dudarlo, mire con
cuidado estas siete cartas. El Señor del universo conocía a cada una de estas
iglesias y su situación precisa. Jesús le dijo a Juan que escribiera acerca de
personas, lugares y acontecimientos específicos. Celebró los éxitos de los
creyentes y le explicó cómo corregir sus errores. Así como Jesús cuidaba de
cada una de estas iglesias, cuida de la suya. Quiere que alcance su máximo
potencial. El grupo de creyentes con el cual adora y sirve es un vehículo de
Dios para cambiar el mundo. Mírelo con seriedad, así como lo hace Dios.
2.2
Durante un largo período, la iglesia de Éfeso se había negado a tolerar el
pecado entre sus miembros. Esto no era fácil en una ciudad caracterizada por
sus prácticas sexuales inmorales asociadas con la adoración a la diosa Diana.
Nosotros también vivimos en una etapa en que se halla muy difundido el pecado y
la inmoralidad sexual. Es popular el ser tolerante con diversos pecados,
llamándolos «decisiones personales» o «estilos alternos de vida». Pero cuando
el cuerpo de creyentes empieza a tolerar el pecado en la iglesia, las normas se
reducen y se pone en peligro el testimonio de los creyentes. Recuerde que la
aprobación de Dios es infinitamente más importante que la del mundo.
2.2,
3 Cristo elogia a la iglesia de Éfeso por su (1) arduo trabajo, (2) paciencia,
(3) resistencia al pecado, (4) examen cuidadoso de los falsos apóstoles y (5)
sufrimiento paciente y sin claudicación. Toda iglesia debe tener esas
características. Pero estos buenos esfuerzos deben surgir de nuestro amor a
Jesucristo. Tanto Jesús como Juan recalcaron el amor de los unos a los otros
como una prueba auténtica del evangelio (Juan 13.34; 1 Juan 3.18, 19). En el
esfuerzo por mantener puras la enseñanza, la moral y la doctrina, es posible
perder el espíritu caritativo. Un conflicto que no se resuelve puede debilitar
o acabar nuestra paciencia y nuestro afecto. Al defender la fe, cuídese de no
levantar una estructura de rigidez que debilite el amor.
2.4
Pablo había elogiado a la iglesia de Éfeso por su amor a Dios y a los demás
(Efesios 1.15), pero muchos de los fundadores de la iglesia habían muerto, y la
segunda generación de creyentes había perdido su fervor espiritual. Era una
iglesia muy activa y sus miembros hacían mucho en beneficio propio y de la
comunidad, pero por motivos equivocados. El hacer algo por Dios debe estar
motivado por el amor a Dios, o no perdurará.
2.4,
5 Así como cuando un hombre y una mujer se enamoran, los nuevos creyentes
experimentan entusiasmo cuando se dan cuenta de cuán importante es ser
perdonado. Pero cuando perdemos de vista la seriedad del pecado, empezamos a
perder el entusiasmo por nuestro perdón (véase 2 Pedro 1.9). En los primeros
pasos de su vida cristiana, pudo haber sentido entusiasmo sin conocimiento.
¿Tiene ahora conocimiento sin entusiasmo? Ambos son necesarios si hemos de
mantener el amor a Dios de forma intensa y sin mancha (véase Hebreos 10.32,
35). ¿Ama a Dios con el mismo fervor de cuando se convirtió?
2.5
El que Jesucristo quite «el candelero de su lugar» puede significar el dejar de
ser una iglesia eficiente. Así como los candeleros de siete brazos del templo
daban luz a los sacerdotes, las iglesias debían dar luz a sus comunidades
vecinas. Pero Jesucristo les advirtió que sus luces podrían apagarse. Más aun,
Él mismo podría extinguir cualquier luz que no cumpliera con su propósito. La
iglesia tenía que arrepentirse de sus pecados.
2.6
Los nicolaítas eran creyentes que habían acomodado su fe a fin de disfrutar de
algunas de las prácticas pecaminosas de la sociedad efesia. Algunos creen que
el nombre nicolaítas es el equivalente griego de la palabra hebrea que
significaba «balaamitas». Balaam fue un profeta que indujo a los israelitas a
seguir sus deseos pecaminosos (véanse 2.14 y Números 31.15, 16). Cuando vamos a
participar en algo que sabemos que es malo, a menudo usamos excusas para
justificar nuestra conducta. Decimos que no es tan malo como parece o que no
dañará nuestra fe. Cristo emplea palabras muy duras para los que buscan excusas
para pecar.
2.6
Por medio de Juan, Jesucristo elogia a la iglesia de Éfeso por aborrecer las
obras perversas de los nicolaítas. Nótese que no aborrecen a las personas sino
solo su conducta pecaminosa. Acepte y ame a todos y niéguese a tolerar todo lo
malo. Dios no puede tolerar el pecado y espera que nosotros nos opongamos a él.
El mundo necesita cristianos que defiendan la verdad de Dios y que conduzcan a
la gente hacia la vida recta.
2.7
Vencer significa ser victoriosos al creer en Cristo, perseverar, permanecer
fiel y vivir como uno que sigue a Cristo. El vivir así trae consigo grandes
recompensas (21.7).
2.7
En el huerto del Edén había dos árboles: el árbol de la vida y el árbol de la
ciencia del bien y del mal (véase Génesis 2.9). El comer del árbol de la vida
daba vida eterna con Dios. El comer del árbol de la ciencia del bien y del mal
deparaba conocimiento de lo bueno y lo malo. Adán y Eva comieron del árbol de
la ciencia del bien y del mal y desobedecieron el mandato de Dios. Por lo
tanto, fueron expulsados del Edén y se les prohibió que comieran del árbol de
la vida. Al fin será destruido el mal y los creyentes serán conducidos a un
paraíso restaurado. En la tierra nueva, todos comerán del árbol de la vida y
vivirán para siempre.
2.8
La ciudad de Esmirna quedaba a unos cuarenta kilómetros al norte de Éfeso. Se
le llamaba «Puerto de Asia» porque tenía un puerto excelente sobre el Mar Egeo.
La iglesia de esa ciudad luchaba contra dos fuerzas enemigas: una población
judía muy opuesta al cristianismo, y una población no judía que era leal a Roma
y apoyaba la adoración del Emperador. La persecución y el sufrimiento eran
inevitables en un ambiente así.
2.9,
10 La persecución viene de Satanás, no de parte de Dios. Satanás, el diablo,
hará que los creyentes sean encarcelados e incluso asesinados. Pero los
creyentes no deben temer a la muerte porque su resultado solo será la obtención
de la corona de la vida. Satanás podrá dañar sus cuerpos mortales, pero no
puede causar ningún daño espiritual. La «sinagoga de Satanás» significa que
esos judíos, cuando se juntaban a adorar, servían a los propósitos de Satanás,
no a los de Dios. «Diez días» significa que, aunque la persecución puede ser
intensa, será relativamente breve. Tiene su comienzo definido y su fin también,
y Dios se mantendrá en absoluto control de la situación.
2.9–11
El dolor es parte de la vida, pero nunca es agradable sufrir, sin que importe
cuál sea la causa. Jesucristo elogió a la iglesia de Esmirna por su fe en medio
del sufrimiento. Luego los anima a tener en mente que no tienen por qué temer
al futuro si permanecen fieles. Si para por tiempos difíciles, no permita que
lo aparten de Dios. Más bien procure que fortalezcan su fidelidad. Confíe en Él
y recuerde su recompensa celestial (véase también 22.12–14).
2.10
Esmirna fue famosa por sus competencias deportivas. Una corona era el laurel de
la victoria, el trofeo para el campeón de la contienda. Si hemos permanecido
fieles, recibiremos el premio de la victoria: la vida eterna (Santiago 1.12).
El mensaje a la iglesia de Esmirna es que debe permanecer fiel a pesar de su
sufrimiento porque Dios está en control de la situación y sus promesas son
confiables. Jesucristo nunca ha dicho que al serle fiel evitaremos problemas,
sufrimiento y persecución. Más bien, debemos ser fieles a Él en nuestros
sufrimientos. Solo entonces nuestra fe resultará genuina. Permanecemos fieles
cuando mantenemos la mirada en Cristo y en sus promesas presentes y futuras
(véanse Filipenses 3.13, 14; 2 Timoteo 4.8).
2.11
Creyentes y no creyentes experimentarán la muerte física. Todos resucitarán,
pero los creyentes resucitarán para vida eterna con Dios mientras que los
incrédulos resucitarán para ser castigados con la muerte segunda y la
separación eterna de Dios (véanse también 20.14; 21.8, 27; 22.15).
2.12
La ciudad de Pérgamo estaba construida sobre una colina de unos 330 metros de
altura sobre la región circunvecina, creando una fortaleza natural. Era una
ciudad moderna, un centro de la cultura griega y la educación, con una
biblioteca que contaba con 200,000 volúmenes. Pero también era el centro de
cuatro sectas y rivalizaba con Éfeso en su adoración de ídolos. El dios
principal de la ciudad estaba simbolizado por una serpiente, y a ese dios se le
consideraba el dios de la sanidad. La gente de todas partes iba a Pérgamo en
busca de sanidad de parte de ese dios.
2.12 Así como los romanos usaban la espada como señal de autoridad y juicio,
Jesucristo muestra su espada aguda de dos filos (1.16) que representa la
suprema autoridad de Dios y su juicio. También puede representar la separación
futura de los creyentes e incrédulos. Los incrédulos no pueden experimentar la
recompensa eterna de vivir en el reino de Dios.
2.13
Como el centro de cuatro sectas idolátricas (Zeus, Dionisio, Asclepio y Atena),
a Pérgamo se le llamaba «la ciudad donde Satanás tiene su trono». Rodeada del
culto a Satanás y al emperador romano como dios, la iglesia de Pérgamo no
estuvo dispuesta a negar a Cristo, aun cuando los adoradores de Satanás
martirizaron a uno de sus miembros. Nunca es fácil permanecer firmes en contra
de las fuertes presiones y tentaciones de nuestra sociedad, pero la alternativa
es mortal (2.11).
2.13–15 No era fácil ser cristiano en Pérgamo. Los creyentes sufrían gran
presión para acomodar o abandonar su fe. (Para información sobre los
nicolaítas, véase la primera nota en 2.6.) Nada se sabe de Antipas, salvo que
no se transigió con la idolatría. Fue fiel y murió por su fe. Pero por lo
visto, algunos en la iglesia toleraban a quienes enseñaban o practicaban lo que
Cristo había rechazado. El acomodarse puede definirse como «mezclar cualidades
de dos cosas diferentes» o «una concesión de principios». Coopere con la gente
tanto como pueda, pero rechace toda lealtad, compañerismo o participación que
le pudiera conducir a prácticas inmorales.
2.14
Es posible que haya discrepancias de opinión entre los cristianos en algunas
cuestiones, pero no hay lugar para la herejía y la inmoralidad. Tal vez su
ciudad no participe en fiestas idolátricas, pero es posible que permita la
pornografía, el pecado sexual, el chisme, el engaño y la mentira. No tolere
pecado bajo la presión de ser una persona de mente abierta.
2.14–16 Balac fue un rey temido por muchos israelitas que viajaban a través de
su país, y contrató a Balaam para maldecirlos. Balaam al principio se negó,
pero ante una oferta de dinero cambió de parecer (Números 22–24). Más tarde
Balaam influyó en los israelitas para que adoraran ídolos (Números 31.16;
véanse también 2 Pedro 2.15; Judas 11). Aquí Cristo reprendió a la iglesia por
tolerar a quienes, como Balaam, apartan a su pueblo de Dios.
2.16
Esta espada es el juicio de Dios en contra de las naciones rebeldes (19.15, 21)
y de toda forma de pecado. Véanse también la nota en 1.16 y la segunda nota en
2.12.
2.17
El «maná escondido» sugiere el alimento espiritual que recibirán los creyentes
fieles. Dios proveyó maná de los cielos para los israelitas que viajaban a la
tierra prometida para su sostenimiento físico (Éxodo 16.13–18). Jesucristo como
«el pan vivo» (Juan 6.51) da el alimento espiritual que satisface nuestra
hambre profunda.
2.17
No está muy claro lo que es la piedra blanca o cuál será exactamente el nombre
que habrá en cada una de ellas. Como están relacionadas con el maná escondido,
pudiera simbolizar el alimento eterno del creyente o la vida eterna. Las
piedras son significativas porque cada una de ellas llevará el nombre de cada
persona que cree en Cristo. Son la evidencia de que una persona ha sido
aceptada por Dios y declarada apta para recibir la vida eterna. El nombre de
una persona representa su carácter. Dios nos dará un nuevo nombre y un nuevo
corazón.
2.18
Tiatira era un centro laboral, con muchos gremios que se dedicaban a la
confección de ropa, tintorería y alfarería. Lidia, la primera convertida de
Pablo en Filipos, era una mercader de Tiatira (Hechos 16.14). La ciudad era
esencialmente secular, sin preferencia por religión alguna.
2.19
Los creyentes de Tiatira fueron felicitados por sus buenas obras. No debemos
sentirnos satisfechos cuando nuestra iglesia solo se regocija en la salvación
de sus miembros o disfruta de la adoración conjunta. Debemos crecer en amor, fe
y obras de servicio. Como los tiempos son difíciles, debemos invertir nuestro
tiempo con sabiduría y fidelidad.
2.20
Una mujer de la iglesia de Tiatira estaba enseñando que la inmoralidad no era
un asunto serio para los creyentes. Su nombre pudo haber sido Jezabel, o tal
vez Juan empleara el nombre Jezabel para simbolizar el tipo de error que ella
estaba fomentando. Jezabel, una reina pagana de Israel, fue considerada como la
mujer más diabólica que jamás haya vivido (véanse 1 Reyes 19.1, 2; 21.1–15, 2
Reyes 9.7–10, 30–37; y su perfil se halla en 1 Reyes 21).
2.20
¿Por qué es un pecado serio la inmoralidad sexual? Las relaciones sexuales
fuera del matrimonio siempre hieren a alguien. Hieren a Dios porque muestran
que preferimos satisfacer nuestros deseos a nuestro antojo en lugar de seguir
las instrucciones de la Palabra de Dios, o satisfacer nuestro deseo ahora en
lugar de esperar su tiempo oportuno. Hieren a otros porque violan el compromiso
tan necesario para una relación. Nos hieren a nosotros porque con frecuencia
traen consigo enfermedades a nuestro cuerpo y afectan en forma adversa nuestra
personalidad. La inmoralidad sexual tiene un tremendo poder para destruir
familias, iglesias y comunidades porque destruye la integridad sobre la cual se
basan esas instituciones. Dios quiere protegernos y proteger a los demás; por
lo tanto, no debemos participar en la inmoralidad sexual, aunque nuestra
cultura lo acepte.
2.20
En los templos paganos, a menudo se ofrecía carne a los ídolos. Luego la carne
que no se quemaba se vendía en el mercado del templo. Usar la carne ofrecida a
los ídolos no era malo en sí, pero podía violar el principio de sensibilidad
hacia los hermanos débiles que podían confundirse con eso (véanse 1 Corintios 8
y la nota en Romanos 14.2). Es obvio que Jezabel estaba más interesada en su
propio placer egoísta y libertad que en las necesidades y preocupaciones de los
demás creyentes.
2.21
Jezabel no tenía deseos de arrepentirse. «Arrepentirse» significa cambiar de
actitud, dejar de hacer lo que uno quiere para hacer la voluntad de Dios,
abandonar el pecado y sus consecuencias desastrosas para la vida eterna. En su
misericordia, Dios nos ha dado un tiempo para que decidamos seguirlo. Solo
nuestra obstinación se interpone en el camino.
2.23
No podemos escondernos de Cristo. Él sabe lo que hay en nuestro corazón y
nuestra mente, y todavía nos ama. Se deben confesar los pecados que procuramos
esconder.
2.24,25
«Las profundidades de Satanás» eran las enseñanzas falsas que impartían los
herejes o la perspectiva secreta de los llamados creyentes que «garantizaban»
una vida espiritual profunda. Debemos aferrarnos al fundamento de nuestra fe
cristiana y analizar con cautela y consejo cualquier enseñanza nueva que nos
aparte de la Biblia, de la comunión de los hermanos o de nuestra confesión
fundamental de fe.
2.26,
27 Cristo dice que los vencedores (los que se mantienen fieles hasta el fin y
siguen agradándole) gobernarán sobre sus enemigos y reinarán con Él cuando
juzgue al maligno (véanse también Salmo 2.8, 9; Isaías 30.14, Jeremías 19.11, 1
Corintios 6.2, 3; Apocalipsis 12.5; 19.15; 20.3, 4 para mayores detalles
relacionados con el juicio de Dios).
2.28
A Cristo se le llama «estrella de la mañana» o «lucero» 2.28, 22.16 y 2 Pedro
1.19. Una estrella de la mañana aparece antes del amanecer, cuando la noche
está muy fría y oscura. Cuando el mundo esté en su punto más sombrío, Cristo
entrará en escena, poniendo al descubierto al malvado con su luz de verdad y
trayendo su recompensa prometida. Comentarios de la Biblia del Diario Vivir. Rv
1960

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