LECTURA DE LA PALABRA A.T. PARA HOY 27 DE DICIEMBRE. Zacarías 4,5,6,
El candelabro de oro y los olivos
4
1Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño. 2Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él; 3Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y el otro a su izquierda. 4Proseguí y hablé, diciendo a aquel ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? 5Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío. 6Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. 7¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. 8Vino palabra de Jehová a mí, diciendo: 9Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. 10Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra.
11Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda? 12Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro? 13Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no. 14Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.
El rollo volante
5
1De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba. 2Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de veinte codos de largo, y diez codos de ancho. 3Entonces me dijo: Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que hurta (como está de un lado del rollo) será destruido; y todo aquel que jura falsamente(como está del otro lado del rollo) será destruido. 4Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras.
La mujer en el efa
5Y salió aquel ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos, y mira qué es esto que sale. 6Y dije: ¿Qué es? Y él dijo: Este es un efa que sale. Además dijo: Esta es la iniquidad de ellos en toda la tierra. 7Y he aquí, levantaron la tapa de plomo, y una mujer estaba sentada en medio de aquel efa. 8Y él dijo: Esta es la Maldad; y la echó dentro del efa, y echó la masa de plomo en la boca del efa. 9Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y los cielos. 10Dije al ángel que hablaba conmigo: ¿A dónde llevan el efa? 11Y él me respondió: Para que le sea edificada casa en tierra de Sinar; y cuando esté preparada lo pondrán sobre su base.
Los cuatro carros
6
1De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce. 2En el primer carro había caballos alazanes, en el segundo carro caballos negros, 3en el tercer carro caballos blancos, y en el cuarto carro caballos overos rucios rodados. 4Respondí entonces y dije al ángel que hablaba conmigo: Señor mío, ¿qué es esto? 5Y el ángel me respondió y me dijo: Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra. 6El carro con los caballos negros salía hacia la tierra del norte, y los blancos salieron tras ellos, y los overos salieron hacia la tierra del sur. 7Y los alazanes salieron y se afanaron por ir a recorrer la tierra. Y dijo: Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra. 8Luego me llamó, y me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu en la tierra del norte.
Coronación simbólica de Josué
9Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 10Toma de los del cautiverio a Heldai, a Tobías y a Jedaías, los cuales volvieron de Babilonia; e irás tú en aquel día, y entrarás en casa de Josías hijo de Sofonías. 11Tomarás, pues, plata y oro, y harás coronas, y las pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac. 12Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. 13El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos. 14Las coronas servirán a Helem, a Tobías, a Jedaías y a Hen hijo de Sofonías, como memoria en el templo de Jehová.
15Y los que están lejos vendrán y ayudarán a edificar el templo de Jehová, y conoceréis que Jehová de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Y esto sucederá si oyereis obedientes la voz de Jehová vuestro Dios. Amen.
LECTURA DE LA PALABRA N.T. PARA HOY 27 DE DICIEMBRE Apocalipsis 18
La caída de Babilonia
18
1Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. 2Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. 3Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. 4Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; 5porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. 6Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. 7Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; 8por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.
9Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, 10parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!
11Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; 12mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; 13y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. 14Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás.
15Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, 16y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! 17Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; 18y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? 19Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! 20Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella.
21Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. 22Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. 23Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. 24Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra. Amen. Rv
COMENTARIO DE LA PALABRA A.T. PARA HOY 27 DE DICIEMBRE. Zacarías 4,5,6,
Capítulo 4
4.1 El candelabro de oro con un depósito de aceite y siete lámparas se refiere a una existencia constante de aceite y significa que el poder de Dios se refleja en la luz. El aceite se obtenía al majar aceitunas y se usaba en depósitos con mechas para producir luz. Los dos olivos representan los oficios sacerdotales y reales.
4.6 Muchas personas piensan que para sobrevivir en este mundo deben ser duras, fuertes, inflexibles y rudas. Pero Dios dice: «No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu». Solo a través del Espíritu de Dios se logran cosas de valor duradero. Los cautivos que regresaban eran débiles, acosados por enemigos, cansados, desalentados y pobres. ¡Pero tenían a Dios a su lado! Al vivir para DIos, propóngase no confiar ni en sus fuerzas ni en sus capacidades. Más bien dependa de Dios y actúe con el poder de su Espíritu. (Véase también Oseas 1.7.)
4.9 El templo se terminó en 516 a.C.
4.10 Muchos de los judíos ancianos estaban descorazonados cuando se dieron cuenta de que el nuevo templo no sería tan grande ni tendría el esplendor del anterior, construido en el reinado de Salomón. Sin embargo, lo más grande y hermoso no siempre es lo mejor. Lo que hace para Dios quizás parezca pequeño e insignificante en ocasiones, pero Dios se regocija con lo que es bueno, no necesariamente con lo que es grande. Sea fiel en las pequeñas oportunidades. Comience donde esté, dé lo mejor y deje los resultados a Dios.
4.14 Los dos ungidos quizás sean Josué y Zorobabel, dedicados a esta tarea especial. Note que en Apocalipsis 11.3 se levantan dos testigos para profetizar a la nación en tiempos de tribulación. A estos testigos los asesinarían, pero se levantarían otra vez.
Capítulo 5
5.1–9 El castigo del rollo que volaba se ejecutó en contra de quienes violaron la Ley de Dios, sobre todo al robar y al mentir (5.1–4). La mujer del efa personificaba a la maldad y por lo tanto esta visión mostraba que la maldad no solo se castigaría con severidad (la visión del rollo que vuela), sino que también desaparecería (la visión de la mujer en el efa).
5.9-11 La maldad y el pecado (como los representa la mujer) se llevaron lejos, «en tierra de Sinar». Algún día el pecado se eliminaría de la faz de la tierra. Cuando Jesucristo reine, se quitará todo pecado y la gente vivirá segura y en paz. Cuando Cristo murió, apartó el poder y el castigo del pecado. Cuando confiamos en Él para el perdón, Él elimina el castigo del pecado y nos da el poder de superar el pecado de nuestra vida. Cuando Él vuelva, acabará con el pecado de la tierra.
Capítulo 6
6.1-8 Los cuatro carros eran similares a los cuatro jinetes de la primera visión. Estos carros representan los cuatro ángeles del juicio de Dios sobre la tierra.
6.8 El carro con los caballos negros que salió hacia el norte ejecutó el castigo de Dios en la región norteña del país. Dios estaba airado por el pecado y los impíos (Salmo 7.11) y su ira se manifiesta en juicio. Aunque mucho nos guste concentrarnos en el amor y la misericordia de Dios, la ira y el juicio también son parte de su carácter justo. Si tiene pecados inconfesados o comunes en su vida, confiéselos y abandónelos. La confesión motiva la misericordia de Dios, pero la falta de arrepentimiento provoca su castigo.
6.9-15 Esta visión es acerca del Mesías, el Rey y Sacerdote. En los días de los reyes y durante el cautiverio, el gobierno de Judá lo llevaban a cabo dos personas distintas: el rey, que gobernaba la vida política de la nación, y el sumo sacerdote, que gobernaba su vida religiosa. A menudo, tanto reyes como sacerdotes eran corruptos. Dios le decía a Zacarías que vendría alguien que gobernaría como Rey y Sacerdote; una combinación imposible en esos días. Este Rey y Sacerdote, el Mesías, gobernaría sobre su pueblo y en los corazones de quienes creyeran en Él.
6.15 Algunas de las promesas de Dios son condicionales: debemos obedecerlo para recibirlas. La reconstrucción del templo requería una obediencia fiel. Dios protegería al pueblo mientras que lo obedeciera. La obediencia casual u ocasional es el resultado de un corazón poco sincero o de un compromiso dividido y no los llevaría hacia la bendición. Muchas de las bendiciones de Dios nos llegan como resultado de una obediencia diligente. La obediencia inconstante no produce una bendición constante.
COMENTARIO DE LA PALABRA N.T. PARA HOY 27 DE DICIEMBRE Apocalipsis 18
Capítulo 18
18.1ss Este capítulo muestra la destrucción completa de Babilonia, nombre metafórico que emplea Juan para referirse al poder mundial del maligno y todo lo que este representa. Todo lo que trata de impedir los propósitos de Dios llegará a tener un fin violento. Para mayor información de cómo el libro de Apocalipsis emplea el nombre Babilonia,
18.2,3 Los comerciantes del Imperio Romano se enriquecieron explotando los placeres pecaminosos de su sociedad. Muchos comerciantes hacen lo mismo hoy. A menudo el comercio y el gobierno se basan en la avaricia, el dinero y el poder. Mucha gente brillante es motivada a sacar ventaja de un sistema maligno para enriquecerse. Se exhorta a los cristianos a mantenerse libres del encantamiento del dinero, la figuración social y la «buena vida». Debemos vivir de acuerdo con los valores que Cristo vivió mediante el servicio, la entrega, la abnegación, la obediencia y la verdad.
18.4-8 El pueblo de Babilonia ha vivido en derroches y deleites. Ella alardeó «Yo estoy sentada como reina[...] no veré llanto». La gente pudiente y poderosa en este mundo es susceptible a esa misma actitud. Una persona que disfruta de holgura económica con frecuencia se siente invulnerable, segura y en control de la situación; siente que no necesita de Dios ni de nadie más. Esa actitud desafía a Dios, y es duro el juicio en su contra. Se nos ha dicho que debemos evitar el pecado de Babilonia. Si usted tiene seguridad económica, no se sienta satisfecho de sí mismo ni se engañe por el mito de la autosuficiencia. Use sus recursos para ayudar a otros y fomente el reino de Dios.
18.9, 10 Los que están atados al sistema del mundo lo perderán todo cuando este se derrumbe. Se destruirá en una hora lo que se esforzaron por construir toda la vida. Los que trabajan procurando solo recompensa material no llegarán a tener nada cuando mueran o cuando desaparezcan sus bienes. ¿Qué podemos llevar a la tierra nueva? Nuestra fe, nuestro carácter cristiano y nuestra relación con otros creyentes. Eso es más importante que cualquier cantidad de dinero, poder o placer.
18.9–19 Los que controlan varios sectores del sistema económico gemirán con la caída de Babilonia. Los líderes políticos gemirán porque fueron los supervisores de la riqueza de Babilonia y pudieron enriquecerse abundantemente. Los mercaderes gemirán porque desapareció Babilonia, el mayor cliente de sus productos. Los navegantes ya no hallarán lugar al que llevar sus productos porque los mercaderes no tendrán a quién venderlos. La caída del mundo impío afectará a todo el que disfrutó y dependió de su sistema. Nadie quedará sin ser afectado por la caída de Babilonia.
18.11–13 Esta lista de mercadería ilustra el materialismo extremo de esta sociedad. Pocos de estos productos son necesarios; mayormente tienen que ver con el lujo. La sociedad se había desenfrenado hasta el punto de que la gente estuvo dispuesta a emplear sus medios impíos para satisfacer sus deseos. Aun la gente se convirtió en producto. Las «almas de hombres», los esclavos, se vendieron a Babilonia.
18.11–19 El pueblo de Dios no debe vivir para el dinero, ya que este no tendrá valor en la eternidad. Debe mantenerse siempre en guardia en contra de la avaricia, un pecado que se halla al acecho. Comentarios de la Biblia el diario vivir. Rv 1960.

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