LECTURA DE LA PALABRA A.T. PARA HOY 28 DE DICIEMBRE. Zacarías 7,8,9
El ayuno que Dios reprueba
7
1Aconteció que en el año cuarto del rey Darío vino palabra de Jehová a Zacarías, a los cuatro días del mes noveno, que es Quisleu, 2cuando el pueblo de Bet-el había enviado a Sarezer, con Regem-melec y sus hombres, a implorar el favor de Jehová, 3y a hablar a los sacerdotes que estaban en la casa de Jehová de los ejércitos, y a los profetas, diciendo: ¿Lloraremos en el mes quinto? ¿Haremos abstinencia como hemos hecho ya algunos años? 4Vino, pues, a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: 5Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí? 6Y cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros mismos? 7¿No son estas las palabras que proclamó Jehová por medio de los profetas primeros, cuando Jerusalén estaba habitada y tranquila, y sus ciudades en sus alrededores y el Neguev y la Sefela estaban también habitados?
La desobediencia, causa del cautiverio
8Y vino palabra de Jehová a Zacarías, diciendo: 9Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; 10no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano. 11Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; 12y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos. 13Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos; 14sino que los esparcí con torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues convirtieron en desierto la tierra deseable.
Promesa de la restauración de Jerusalén
8
1Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: 2Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé a Sion con gran celo, y con gran ira la celé. 3Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad. 4Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días. 5Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas. 6Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, ¿también será maravilloso delante de mis ojos? dice Jehová de los ejércitos. 7Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; 8y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia.
9Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Esfuércense vuestras manos, los que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echó el cimiento a la casa de Jehová de los ejércitos, para edificar el templo. 10Porque antes de estos días no ha habido paga de hombre ni paga de bestia, ni hubo paz para el que salía ni para el que entraba, a causa del enemigo; y yo dejé a todos los hombres cada cual contra su compañero. 11Mas ahora no lo haré con el remanente de este pueblo como en aquellos días pasados, dice Jehová de los ejércitos. 12Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto. 13Y sucederá que como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré y seréis bendición. No temáis, mas esfuércense vuestras manos.
14Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Como pensé haceros mal cuando vuestros padres me provocaron a ira, dice Jehová de los ejércitos, y no me arrepentí, 15así al contrario he pensado hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá en estos días; no temáis. 16Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. 17Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová.
18Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: 19Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz.
20Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades; 21y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. 22Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová. 23Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.
Castigo de las naciones vecinas
9
1La profecía de la palabra de Jehová está contra la tierra de Hadrac y sobre Damasco; porque a Jehová deben mirar los ojos de los hombres, y de todas las tribus de Israel. 2También Hamat será comprendida en el territorio de éste; Tiro y Sidón, aunque sean muy sabias. 3Bien que Tiro se edificó fortaleza, y amontonó plata como polvo, y oro como lodo de las calles, 4he aquí, el Señor la empobrecerá, y herirá en el mar su poderío, y ella será consumida de fuego.
5Verá Ascalón, y temerá; Gaza también, y se dolerá en gran manera; asimismo Ecrón, porque su esperanza será confundida; y perecerá el rey de Gaza, y Ascalón no será habitada. 6Habitará en Asdod un extranjero, y pondré fin a la soberbia de los filisteos. 7Quitaré la sangre de su boca, y sus abominaciones de entre sus dientes, y quedará también un remanente para nuestro Dios, y serán como capitanes en Judá, y Ecrón será como el jebuseo. 8Entonces acamparé alrededor de mi casa como un guarda, para que ninguno vaya ni venga, y no pasará más sobre ellos el opresor; porque ahora miraré con mis ojos.
El futuro rey de Sion
9Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. 10Y de Efraín destruiré los carros, y los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra.
11Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua. 12Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble. 13Porque he entesado para mí a Judá como arco, e hice a Efraín su flecha, y despertaré a tus hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como espada de valiente.
14Y Jehová será visto sobre ellos, y su dardo saldrá como relámpago; y Jehová el Señor tocará trompeta, e irá entre torbellinos del austro. 15Jehová de los ejércitos los amparará, y ellos devorarán, y hollarán las piedras de la honda, y beberán, y harán estrépito como tomados de vino; y se llenarán como tazón, o como cuernos del altar. 16Y los salvará en aquel día Jehová su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra. 17Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El trigo alegrará a los jóvenes, y el vino a las doncellas. Amen.
LECTURA DE LA PALABRA N.T. PARA HOY 28 DE DICIEMBRE Apocalipsis 19
Alabanzas en el cielo
19
1Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; 2porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. 3Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. 4Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! 5Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. 6Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 7Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
La cena de las bodas del Cordero
9Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. 10Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
El jinete del caballo blanco
11Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
17Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. 19Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 21Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos. Amen. Rv.
COMENTARIO DE LA PALABRA A.T. PARA HOY 28 DE DICIEMBRE. Zacarías 7,8,9
, Capítulo 7
7.1ss El año 518 a.C. fue el cuarto del reinado de Darío. Durante los setenta años anteriores, el pueblo realizaba un ayuno en agosto para recordar la destrucción de Jerusalén. Ahora que Jerusalén se estaba reconstruyendo, acudieron al templo para preguntar si debían continuar con esta fiesta anual. Dios no respondió su pregunta en forma directa. En vez de eso, les dijo que su conducta era más importante que sus fiestas religiosas. Lo que quería de su pueblo era el juicio según la verdad y que hiciera misericordia y piedad con los débiles.
7.5-7 Los israelitas perdieron su deseo sincero hacia Dios. Zacarías les dijo que celebraban ritos religiosos, tales como el ayuno o las festividades santas, sin la actitud, el arrepentimiento ni la adoración adecuadas. Realizaban estos ritos sin pensar en Dios. Cuando usted asiste a la iglesia, ¿ora o tiene comunión con otros creyentes? ¿Lo hace por un simple hábito o por lo que puede obtener por ello? Dios dice que una actitud de adoración sin un deseo sincero hacia Él lo llevará a usted a la ruina.
7.7 El Neguev era la región sur de Judá.
7.11,12 Zacarías explicó al pueblo que sus antepasados provocaron el gran enojo de Dios sobre ellos mismos al endurecer sus corazones. Cualquier pecado parece más natural la segunda vez que se comete, cuando nos vamos endureciendo, cada repetición es más fácil de realizar. Pasar por alto o rechazar la advertencia de Dios lo endurece más cada vez que hace algo malo. Zacarías comparó las actitudes provocadas por esto con la sustancia más dura que los judíos conocían: el pedernal. Lea la Palabra de Dios y aplíquela a su vida. Identifíquese con la Palabra de Dios y sométase a ella que puede ablandar su corazón y le permite vivir como debe.
Capítulo 8
8.3 Algún día Cristo reinará y todo su pueblo vivirá con Él. Esta verdad nos alienta a anhelar que llegue el reino del Mesías.
8.4, 5 En los tiempos difíciles, los muy ancianos o los muy jóvenes son los primeros en sufrir y morir. Pero ambos grupos abundan en esta visión, llenando las calles con sus actividades cotidianas. Esta es una señal de la paz y la prosperidad completas de la nueva tierra de Dios.
8.6 El remanente era un pequeño grupo de cautivos que regresó de Babilonia para reconstruir Jerusalén y el templo. Al luchar por sobrevivir en la tierra, se desalentaron por la oposición que a menudo enfrentaron de sus vecinos hostiles. Era difícil de creer que algún día Dios mismo reinaría desde esta ciudad, pero «para Dios todo es posible» (Mateo 19.26).
8.13–15 Dios y sus profetas instaron al pueblo por más de quince años para que terminaran la construcción del templo. Una vez más Dios lo alentó con visiones del futuro. Nos vemos tentados a dilatar las cosas por varias razones: la gente no responde; nos sentimos agotados física o emocionalmente; los obreros no cooperan; la obra es desagradable; o muy difícil; o no vale el esfuerzo requerido. Las promesas de Dios acerca del futuro nos deben alentar ahora. Él conoce cuáles serán los resultados de nuestro trabajo y por lo tanto puede darnos una perspectiva que nos ayudará a continuar en su obra.<.5MI>
8.14-17 Dios prometió dar a su pueblo grandes recompensas; y le aseguró que a pesar de los castigos que sufrieron, Él no cambiaría su forma de pensar para bendecirlos. Pero además dijo que tenían una tarea que realizar. Dios será fiel, pero también nosotros tenemos responsabilidades: decir la verdad, ser justos y vivir en paz. Si usted espera que Dios haga su parte, asegúrese de hacer la suya.
8.19–22 Llegará un día en el que el ayuno por los pecados se reemplazará por fiesta y gozo. Las personas de todas las naciones adorarán a Dios y pedirán su bendición y ayuda. Esto también se promete en 2.11, 12.
8.23 En el pasado, Jerusalén a menudo fue centro de burlas crueles de otras naciones. La ciudad no se respetaba, sus ciudadanos pecaron tanto, que Dios les permitió a sus enemigos que los maltrataran. Pero a la larga, dice Zacarías, Jerusalén será un lugar santo, respetado en gran manera en todo el mundo debido a que su pueblo cambiará su corazón hacia Dios. La gente de otras naciones verá cómo Dios recompensa a su pueblo por su fidelidad y querrá que la incluya en sus grandes bendiciones.
9.1–17 Una profecía es un mensaje de Dios. Hadrac quizás era una ciudad al norte de Siria. Los seis capítulos finales del libro son dos mensajes dados en los últimos días de Zacarías que señalan hacia el Mesías y su Segunda Venida. Algunas de estas profecías se cumplieron antes de que llegara el Mesías, quizás por Alejandro Magno; otras se cumplieron durante la vida del Mesías en la tierra; y otras se cumplirán cuando Él vuelva. Los que oprimieron a Jerusalén, Siria, Filistea, Fenicia, serían aplastados. El Rey prometido vendría, primero como un siervo en un pollino, luego como un gobernante y juez poderoso.
Capítulo 9
9.5-7 Zacarías menciona cuatro ciudades clave en Filistea: destruirían a Ascalón, Gaza y Ecrón y a Asdod la tomarían extranjeros. Esto se debía a su gran maldad e idolatría. Pero los que permanecieran en la tierra, Israel los adoptaría, como sucedió a los jebuseos. (Cuando David conquistó a Jerusalén, no destruyó a los jebuseos, sino que los absorbió dentro de Judá.)
9.8 Algunos siglos después de los días de Zacarías, Antíoco IV Epífanes invadiría Israel; y en 70 d.C., Tito, un general romano, destruiría por completo el templo. Esta promesa, por lo tanto, pudo haber sido condicional de acuerdo con la obediencia del pueblo. Sin embargo, vendría un día cuando el pueblo de Dios nunca más tendría que preocuparse por enemigos invasores (Joel 3.17).
9.9 La entrada triunfal de Jesús cabalgando en Jerusalén (Mateo 21.1–11) se predice aquí, quinientos años antes de que ocurriera. Así como se cumplió esta profecía cuando Jesús vino a la tierra, sin duda se cumplirán las profecías de su Segunda Venida. Tenemos que estar preparados para su regreso porque Él viene.
9.10 Efraín es otro nombre del reino del norte o Israel. Cuando vemos dos montañas distantes, parecen estar muy cerca, quizás hasta parezcan tocarse entre sí. Pero a medida que nos acercamos, vemos que en realidad están muy lejos, incluso hasta separadas por un gran valle. Esta es la situación de muchas de las profecías del Antiguo Testamento. El versículo 9 se cumple claramente en la primera venida de Cristo, pero el versículo 10 ahora puede verse que hace referencia a su Segunda Venida. En ese tiempo todas las naciones se sujetarán a Cristo. Su reino abarcará toda la tierra. En Filipenses 2.9, 10 se nos dice que toda rodilla se doblará ante Cristo y toda lengua confesará que Él es el Señor.
9.11 Los pactos en los tiempos del Antiguo Testamento se sellaban o confirmaban con sangre, de la misma forma que firmaríamos un contrato. El antiguo pacto se sellaba con la sangre de los sacrificios, señalando al futuro cuando la sangre de Cristo se derramaría en el Calvario como «su firma» para confirmar el nuevo pacto de Dios con su pueblo. Porque Él estableció este pacto con ellos, los liberó de la «cisterna en que no hay agua»: el cautiverio.
9.14–17 Después del reinado de Salomón, el reino se dividió en el reino del norte (llamado Israel o Efraín) y el reino del sur (llamado Judá). Esta profecía dice que todo Israel, norte y sur, algún día se reunirá. La primera parte de este capítulo nos dice cómo Dios ayudará a su pueblo a evitar la guerra; ahora Dios explica que ayudará a su pueblo cuando la guerra sea inevitable. Los versículos 14 al 17 explican cómo los judíos vencerían a los griegos. Sin embargo, también es una figura que ilustra la futura victoria final sobre el mal del pueblo de Dios
COMENTARIO DE LA PALABRA N.T. PARA HOY 28 DE DICIEMBRE Apocalipsis 19
Capítulo 19
19.1ss La alabanza es la respuesta sincera a Dios ofrecida por quienes lo aman. Cuanto más lo conozca usted y tome en cuenta lo que ha hecho, tanto mayor será su alabanza. La alabanza es el corazón de la adoración verdadera. Deje que su alabanza a Dios fluya de su reconocimiento de quién es Él y de lo mucho que lo ama.
19.1–8 Una multitud inmensa inicia el coro de alabanza a Dios por su victoria (19.1–3). Luego los veinticuatro ancianos se unen al coro (19.4). Por último, el gran coro del cielo una vez más alaba a Dios. Ha llegado la boda del Cordero (19.6–8). Véase Mateo 25.1–13, donde Cristo compara la venida de su reino con una boda para la que debemos estar preparados.
19.7, 8 Esta es la culminación de la historia humana, el juicio de los impíos y la celebración de las bodas del Cordero y su esposa, la Iglesia. La Iglesia está formada por todos los creyentes fieles de todos los tiempos. La pureza del atavío de la esposa se presenta en contraste con la impureza del vestido de la gran ramera de 17.4 y 18.16. El atavío de la esposa es la justicia de los santos. Estas obras de justicia no son actividades religiosas en que los creyentes participan a fin de alcanzar mérito, sino que reflejan la obra de Cristo al salvarnos (7.9, 14).
19.10 El ángel no acepta el homenaje y la adoración de Juan porque solo Dios es digno de adoración. Al igual que Juan, sería fácil para nosotros sentirnos abrumados por este espectáculo profético. Pero Jesucristo es el mensaje principal de la revelación de Dios y su plan de redención (tal como fue anunciado por los profetas). Al leer el libro de Apocalipsis, no se estanque en todos los detalles de las visiones terribles. Tome en cuenta que el tema sobresaliente en todas las visiones es la victoria final de Jesucristo sobre el maligno.
19.11 El nombre «Fiel y Verdadero» contrasta con la infidelidad y falsedad de la Babilonia descrita en el capítulo 18.
19.11–21 La visión de Juan cambia otra vez. Se abren los cielos y aparece Jesucristo, esta vez no como Cordero sino como guerrero montado en un caballo blanco (símbolo de victoria). Jesucristo vino primero como Cordero para ser inmolado por el pecado, pero volverá como vencedor y Rey para llevar a cabo el juicio (2 Tesalonicenses 1.7–10). Su primera venida trajo perdón, su Segunda Venida traerá juicio. La línea de batalla ha sido marcada entre Dios y el maligno, y el mundo está esperando que el Rey cabalgue hacia el lugar de la batalla.
19.12 Aunque a Jesucristo se le llama «Fiel y Verdadero» (19.11) el «Verbo de Dios» (19.13) y el «REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES» (19.16), este versículo afirma que ningún nombre le puede hacer justicia. Él es más grande que cualquier descripción o expresión que la mente humana pudiera idear para Él.
19.13 Para mayor información sobre el simbolismo de la ropa de Jesucristo teñida en sangre,
19.16 Este título indica la soberanía de Dios. Gran parte del mundo está adorando al anticristo, el que creen que tiene todo el poder y autoridad. Luego Cristo viene del cielo cabalgando con su ejército de ángeles: el «REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES». Su entrada marca el final de los poderes falsos.
19.17 Esta «gran cena de Dios» es un horrendo contraste con las bodas del Cordero (19.7). Una es celebración; la otra, devastación.
19.19–21 Se ha marcado la línea de batalla y está a punto de empezar la mayor confrontación en la historia del mundo. La bestia, el anticristo y el falso profeta han reunido a los gobernantes y ejércitos de la tierra bajo la dirección del anticristo. Ellos creen haber venido por su propia voluntad; en realidad, Dios los ha citado para la batalla a fin de derrotarlos. El hecho de que hayan tenido la presunción de pelear contra Dios demuestra que su orgullo y rebeldía ha pervertido su pensamiento. Sin embargo, no hay una lucha, porque la victoria fue ganada cuando Jesucristo murió en la cruz por el pecado y resucitó de entre los muertos. Así los líderes malignos son apresados de inmediato y enviados a su castigo, y se aniquilan todas las fuerzas del mal.
19.20 El lago de fuego es el destino final del impío. Es diferente del pozo del abismo al que se refiere en 9.1. El anticristo y el falso profeta son arrojados en el lago de fuego. Luego su líder, Satanás, es lanzado allí (20.10) y, por último, la muerte y el Hades (20.14). En otras palabras, todo aquel cuyo nombre no esté registrado en el libro de la vida será enviado al mismo destino (20.15). Comentarios de la Biblia del diario vivir. Rv 1960.

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