LECTURA DE LA PALABRA A.T. PARA HOY 30 DE DICIEMBRE. Zacarías 13,14
13
1En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.
2Y en aquel día, dice Jehová de los ejércitos, quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia. 3Y acontecerá que cuando alguno profetizare aún, le dirán su padre y su madre que lo engendraron: No vivirás, porque has hablado mentira en el nombre de Jehová; y su padre y su madre que lo engendraron le traspasarán cuando profetizare. 4Y sucederá en aquel tiempo, que todos los profetas se avergonzarán de su visión cuando profetizaren; ni nunca más vestirán el manto velloso para mentir. 5Y dirá: No soy profeta; labrador soy de la tierra, pues he estado en el campo desde mi juventud. 6Y le preguntarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos.
El pastor de Jehová es herido
7Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos. 8Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella. 9Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.
Jerusalén y las naciones
14
1He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. 2Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. 3Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. 4Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. 5Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.
6Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. 7Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz.
8Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. 9Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.
10Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey. 11Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.
12Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca. 13Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero. 14Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia. 15Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos.
16Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. 17Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. 18Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. 19Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.
20En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones del altar. 21Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa de Jehová de los ejércitos. Amen.
LECTURA DE LA PALABRA N.T. PARA HOY 30 DE DICIEMBRE Apocalipsis 21
Cielo nuevo y tierra nueva
21
1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
La nueva Jerusalén
9Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. 10Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. 12Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 13al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. 14Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
15El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. 17Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. 18El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; 19y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. 21Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
22Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. 23La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. 25Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. 26Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. 27No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero. Amen. Rv.
COMENTARIO DE LA PALABRA A.T. PARA HOY 30 DE DICIEMBRE. Zacarías 13,14
Capítulo 13
13.1ss Habrá un suministro eterno de misericordia, de perdón y de poder limpiador de Dios. Esta ilustración es similar a la de la corriente eterna de agua que fluye del templo (Ezequiel 47.1). El manantial se utiliza en las Escrituras para simbolizar el perdón de Dios. Isaías 12.3 dice: «¡Sacaréis con gozo aguas de la fuente de la salvación»; y en Juan 4, Jesús habla de sí como «agua viva» que satisface por completo. ¿Tiene usted sed espiritual? Beba de la fuente, pida a Jesús que lo perdone y que le dé su salvación.
13.2-6 Este capítulo describe los días finales de la tierra como la conocemos. Para que la nueva era de Dios comience, todo mal debe abolirse.
13.7 Antes de su arresto, Jesús citó este versículo refiriéndose a Él y a sus discípulos (Mateo 26.31, 32). Sabía de antemano que sus discípulos se dispersarían cuando lo arrestaran. La «espada» romana era el poder militar que llevó a Cristo a la muerte.
13.9 Un remanente es una pequeña parte de un todo. A lo largo de la historia de Israel, cada vez que toda la nación parecía volverse en contra de Dios, Él decía que un remanente justo continuaba confiando en Él y y le seguía. Estos creyentes se refinaron como la plata y el oro mediante el fuego de sus circunstancias difíciles. Determínese a ser parte del remanente de Dios, esa pequeña parte del todo que es obediente a Él. Obedézcalo sin tener en cuenta lo que haga el resto del mundo. Esto puede significar pruebas y dificultades en ocasiones; pero así como el fuego purifica el oro y la plata, usted será purificado y vendrá a ser más semejante a Cristo.
Capítulo 14
14.1 Muchas veces en la Biblia se nos alienta a esperar el día de Jehová que está cerca. ¿Qué sucedería si usted supiera exactamente la fecha en que llegaría? ¿Viviría de forma diferente? Él puede llegar en cualquier momento. Esté atento a Él al estudiar las Escrituras con cuidado y al asegurarse de que vive como Él lo ha planeado, en obediencia y en disposición espiritual.
14.1–21 Este capítulo describe acontecimientos futuros importantes, pero no está claro su orden cronológico. Muestran que Dios tiene diversas formas de tratar a su pueblo. Todo está bajo su mando y ha proporcionado el medio de purificación a quienes claman a Él (13.7, 8). Ahora, tenemos que esperar (14.1) para ver cómo se desarrollan los hechos y cómo Dios ofrece una salida para su pueblo.
14.4 En el Monte de los Olivos, Jesús habló a sus discípulos acerca del fin de los tiempos (Mateo 24). Cerca de este mismo monte, un ángel prometió que Él regresaría de la misma manera en la que se fue (Hechos 1.11; véase también Ezequiel 11.23).
14.5 Solo el pueblo de Dios escapará del castigo (Mateo 24.16–20). Dios sabrá claramente cuál es su pueblo en este tiempo de confusión.
14.10 A Jerusalén se honra como la ciudad de Dios y el punto central de adoración mundial. La alabanza a Jerusalén es una forma dramática de mostrar la supremacía de Dios.
14.16 Esta Fiesta de los Tabernáculos es la única que tendrá vigencia en el reino del Mesías. La Fiesta de la Pascua se cumplió con la muerte de Cristo, el Día de Expiación en la aceptación de la salvación de Cristo, la Fiesta de las Primicias en su resurrección y Pentecostés con la llegada del Espíritu Santo. Sin embargo, la Fiesta de los Tabernáculos, una fiesta de acción de gracias, celebra la cosecha de almas humanas para el Señor. Quizás Jesús hizo alusión a ella en Juan 4.35.
14.20–21 En el futuro, aun objetos familiares tales como caballos, campanillas y ollas serían santas. Esta visión de una Jerusalén santa y restaurada contrastaba con sus murallas derrumbadas y las difíciles condiciones de vida. Algún día Dios haría realidad el sueño de su pueblo y Jerusalén sería más hermosa de lo que pudieran imaginar. Dios sigue deseando hacer más por nosotros de lo que podemos imaginar (Efesios 3.20). Cuando andemos con Él, lo entenderemos con más intensidad cada día.
COMENTARIO DE LA PALABRA N.T. PARA HOY 30 DE DICIEMBRE Apocalipsis 21
Capítulo 21
21.1 La tierra tal como la conocemos no permanecerá para siempre, pero luego del gran juicio de Dios, Él creará una nueva tierra (Romanos 8.18–21; 2 Pedro 3.7–13). También Dios le había prometido a Isaías que crearía una tierra nueva y eterna (Isaías 65.17; 66.22). Se veía el mar en la época de Juan como peligroso y cambiante. Era también el lugar de procedencia de la bestia (13.1). No sabemos qué apariencia tendrá o dónde estará, pero Dios y sus seguidores, aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida, se unirán para vivir allí por siempre. ¿Estará usted allí?
21.2, 3 La nueva Jerusalén es donde Dios mora entre su pueblo. En lugar de que subamos para encontrarnos con Dios, Él bajará para estar con nosotros, al igual que cuando Dios se hizo hombre en Jesucristo y vivió entre nosotros (Juan 1.14). Dondequiera que Dios reina, hay paz, seguridad y amor.
21.3,4 ¿Se ha preguntado cómo será semejante la eternidad? Se describe la ciudad santa, la «nueva Jerusalén», como el lugar donde Dios «enjugará toda lágrima de los ojos de ellos». Más aun, no habrá muerte, dolor, tristeza ni llanto. ¡Qué verdad más hermosa! Sin que importe lo que esté pasando, esta no es la última palabra, Dios ha escrito el capítulo final y tiene que ver con la satisfacción legítima y el gozo eterno de quienes lo aman. No sabemos todo cuanto quisiéramos, pero es suficiente saber que la eternidad con Dios será más hermosa de lo que jamás hayamos imaginado.
21.5 Dios es el Creador. La Biblia empieza con la historia majestuosa de su creación del universo y concluye con su creación de un cielo y tierra nuevos. Esta es una esperanza maravillosa y es aliento para el creyente. Cuando estemos con Él, con nuestros pecados perdonados y nuestro futuro asegurado, seremos como Cristo. Seremos perfectos como Él.
21.6 Así como Dios terminó la obra de la creación (Génesis 2.1–3) y Jesucristo acabó la obra de redención (Juan 19.30), la Trinidad también terminará la totalidad del plan de la salvación al invitar a los redimidos a entrar en la nueva creación.
21.7, 8 Los «cobardes» no son los pusilánimes en su fe ni los que algunas veces dudan, sino los que se apartan de Dios y ya no lo siguen. No son lo bastante valientes para luchar por Cristo; no son lo bastante humildes para aceptar su autoridad sobre sus vidas. Se ponen en la misma lista con los incrédulos, abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los mentirosos y los idólatras. Los vencedores son los que perseveran hasta el fin (Marcos 13.13). Ellos recibirán las bendiciones que Dios ha prometido: (1) comer del árbol de la vida (2.7), (2) escapar del lago de fuego (la «segunda muerte», 2.11), (3) tener un nombre especial (2.17), (4) tener poder sobre las naciones (2.26), (5) ser incluidos en el libro de la vida (3.5), (6) ser una columna en el templo espiritual de Dios (3.12), y (7) sentarse con Cristo en su trono (3.21). Los que soportan la prueba del mal y permanecen fieles serán premiados por Dios.
21.8 La muerte segunda es muerte espiritual y significa tormento eterno o destrucción. En uno u otro caso, es separación permanente de Dios.
21.10ss El resto del capítulo es una descripción imponente de la nueva ciudad de Dios. La visión es simbólica y nos muestra que nuestro nuevo hogar con Dios está más allá de toda descripción. No seremos defraudados de ninguna manera.
21.12–14 La nueva Jerusalén es una figura del futuro hogar de Dios para su pueblo. Es probable que las doce tribus de Israel (21.12) representen a todos los fieles del Antiguo Testamento y que los doce apóstoles (21.14) representen la Iglesia. De modo que los creyentes gentiles y judíos que han sido fieles a Dios vivirán juntos en la nueva tierra.
21.15–17 Las medidas de la ciudad simbolizan un lugar que albergará a todo el pueblo de Dios. Expresadas en codos, estas medidas son múltiplos de doce. Doce es el número para el pueblo de Dios: hubo doce tribus en Israel y doce apóstoles que dieron comienzo a la Iglesia. El muro tiene un espesor de 144 (12 x 12) codos (64 m), hay 12 capas en el muro, y doce puertas en la ciudad; y la altura, longitud y anchura son todas las mismas: 12,000 estadios (2,200 km). La nueva Jerusalén es un cubo perfecto, la misma forma del Lugar Santísimo en el templo (1 Reyes 6.20). Estas medidas revelan que este nuevo hogar será perfecto para nosotros.
21.18-21 La descripción del muro hecho de joyas muestra que la nueva Jerusalén será un lugar de pureza y durabilidad, y perdurará por siempre.
21.22-24 El templo, centro de la presencia de Dios entre su pueblo, fue el primer lugar de adoración. Sin embargo, no es necesario el templo en la ciudad nueva porque la presencia de Dios estará en todas partes. Será adorado en toda la ciudad, y nada podrá impedirnos que estemos con Él.
21.25–27 No todos serán admitidos en la nueva Jerusalén, «solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero» No piense que usted entrará allí por su origen, personalidad ni buena conducta. La vida eterna está a su disposición solo por lo que ha hecho Jesucristo, el Cordero. Confíe en Él hoy para asegurar su ciudadanía en su nueva creación. Comentarios de la Biblia del diario vivir. Rv 1960.

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