LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 5 DE Octubre, Isaías 31,32,33,
Los egipcios son hombres y no dioses
31
1¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová! 2Pero él también es sabio, y traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los que hacen iniquidad. 3Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.
4Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado. 5Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando.
6Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel. 7Porque en aquel día arrojará el hombre sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras. 8Entonces caerá Asiria por espada no de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios. 9Y de miedo pasará su fortaleza, y sus príncipes, con pavor, dejarán sus banderas, dice Jehová, cuyo fuego está en Sion, y su horno en Jerusalén.
El Rey justo
32
1He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio. 2Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa. 3No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. 4Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará rápida y claramente. 5El ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido. 6Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento. 7Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre. 8Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.
Advertencia a las mujeres de Jerusalén
9Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón. 10De aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá. 11Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio. 12Golpeándose el pecho lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil. 13Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría. 14Porque los palacios quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada; 15hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque. 16Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia. 17Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. 18Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo. 19Y cuando caiga granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida. 20Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libres al buey y al asno.
Jehová traerá salvación
33
1¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer deslealtad, se hará contra ti.
2Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación. 3Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú. 4Sus despojos serán recogidos como cuando recogen orugas; correrán sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas. 5Será exaltado Jehová, el cual mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia. 6Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de Jehová será su tesoro.
7He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente. 8Las calzadas están deshechas, cesaron los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades, tuvo en nada a los hombres. 9Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos.
10Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido. 11Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo de vuestro fuego os consumirá. 12Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego. 13Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder. 14Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? 15El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; 16éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.
17Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos. 18Tu corazón imaginará el espanto, y dirá: ¿Qué es del escriba? ¿qué del pesador del tributo? ¿qué del que pone en lista las casas más insignes? 19No verás a aquel pueblo orgulloso, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no comprendas. 20Mira a Sion, ciudad de nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota. 21Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera de remos, ni por él pasará gran nave. 22Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará. 23Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela; se repartirá entonces botín de muchos despojos; los cojos arrebatarán el botín. 24No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad. Amen.
LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 5 DE Octubre, Filipenses 1
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS
FILIPENSES
Salutación
1
1Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: 2Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Oración de Pablo por los creyentes
3Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, 4siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, 5por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; 6estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; 7como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. 8Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. 9Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, 10para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, 11llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
Para mí el vivir es Cristo
12Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, 13de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. 14Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.
15Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. 16Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; 17pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. 18¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.
19Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, 20conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. 21Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. 25Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, 26para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.
27Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, 28y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. 29Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, 30teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí. Amen. Rv.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 5 DE Octubre, Isaías 31,32,33,
Capítulo 31
31.1 Judá falló en buscar ayuda militar en otras naciones. (1) Confiaban en el hombre y no en Dios. Judá buscó la protección de los que tenían mucho menos poder que Dios. Tanto Egipto como Judá caerían como resultado de su arrogancia. (2) Servían a sus intereses y no a los de Dios y por lo tanto ni siquiera lo consultaron. Violaron lo estipulado en Deuteronomio 17.16 (3) No quisieron pagar el precio de buscar a Dios y de arrepentirse de su vida pecaminosa. Cuando tenemos problemas, es bueno buscar ayuda, pero nunca deberíamos pasar por alto a Dios ni las instrucciones que nos dio anteriormente.
31.7 Algún día estas personas desecharán sus ídolos, reconociendo que no son nada más que objetos hechos por los hombres. Los ídolos tales como, dinero, fama o éxito son seductores. En vez de contribuir a nuestro desarrollo espiritual, nos roban tiempo, energía y entrega que deberían estar dirigidos a Dios. Al principio parecen atractivos y nos prometen llevar al éxito, pero al final descubriremos que nos hemos convertido en sus esclavos. Necesitamos ahora reconocer su falta de valor, antes de que nos roben nuestra libertad.
Capítulo 32
32.1 Después de sufrir muchas injusticias a manos de gobernantes malvados, muchos en Judá anhelaba un rey fuerte que gobernara con justicia. Este deseo se cumplirá cuando Cristo reine a plenitud. El mal desaparecerá y el Rey gobernará con justicia y equidad. En el futuro inmediato, Judá sería destruida y llevada en cautiverio. Pero algún día el Hijo de Dios, el Rey, a diferencia de cualquier otro rey, reinará con justicia.
32.5,6 Cuando venga el Rey justo, los motivos de las personas serán transparentes. Al ruin nunca más le llamarán generoso. Los que se han opuesto a las normas de vida de Dios serán incapaces de seguir con su engaño. A la luz deslumbrante del santo Salvador, el pecado no podrá disfrazarse y parecer bueno. La luz reveladora de Cristo brilla en los rincones oscuros de los corazones, mostrando el pecado tal cual es. Cuando el Rey Jesús reine en su corazón, no habrá lugar para el pecado, por oculto que usted piense que está.
32.9–13 El pueblo le dio las espaldas a Dios y se centró en sus propios placeres. Esta advertencia no solo es para las mujeres de Israel (véase 3.16–4.1), sino para todos los que se sientan cómodos en una tranquilidad negligente, disfrutando de las cosechas, ropa, tierra y ciudades mientras el enemigo se acerca. La riqueza y el lujo dan una falsa seguridad, nos adormece y lleva a pensar que todo marcha bien cuando el desastre está a la vuelta de la esquina. Al abandonar el propósito de Dios para nuestras vidas, también abandonamos su ayuda.
32.15–17 Dios actúa desde arriba para cambiar la condición del hombre aquí en la tierra. Solo cuando el Espíritu de Dios está entre nosotros alcanzamos la paz y la prosperidad verdaderas (Ezequiel 36.22–38; Gálatas 5.22, 23). Esto sucederá al final de los tiempos. También podemos tener el Espíritu de Dios con nosotros ahora, ya que está al alcance de todos los creyentes por medio de Cristo (Juan 15.26). El derramamiento aquí mencionado sucederá en su totalidad cuando se establezca el Reino mundial de Dios para toda la eternidad (Joel 2.28, 29).
Capítulo 33
33.1 «¡Ay de ti, que saqueas!» se refiere a Asiria. Los asirios quebrantaban siempre sus promesas, pero demandaban que los otros cumplieran las suyas. Es muy fácil colocarnos en esa misma posición egoísta, demandando nuestros derechos mientras olvidamos los derechos de los demás. Las promesas incumplidas destrozan la confianza y destruyen las relaciones. Propóngase cumplir sus promesas, a la vez que pida perdón por las promesas pasadas que ha incumplido. Ejercite la misma justicia que demanda para sí de los demás.
33.2 Estas son palabras del remanente justo que esperaba en Dios para ser libres de la opresión.
33.4 Véase 2 Reyes 19.20–37 e Isaías 37.21–38 para una descripción de la victoria sobre Asiria.
33.5 Cuando se establezca el reino de Cristo, Sion (Jerusalén) será la casa de juicio y justicia ya que el Mesías reinará allí. Como una luz para el mundo, la nueva Jerusalén será la santa ciudad (Apocalipsis 21.2).
33.8 Los asirios quebrantaron el tratado de paz (2 Reyes 18.14–17).
33.9 Estos lugares fructíferos y productivos se volverían desiertos. El Líbano se conocía por sus enormes cedros. Sarón era muy fértil. Basán era muy productiva en grano y ganadería. El Carmelo era un monte espeso.
33.14-16 Estos pecadores se dieron cuenta de que no podrían vivir en la presencia del Dios Santo, ya que es un fuego que consume el mal. Solo los que caminan rectamente y hablan lo que es bueno pueden vivir con Dios. Isaías nos da ejemplos de cómo podemos demostrar nuestra justicia y rectitud: rechazar ganancias recibidas por extorsión y sobornos, negarnos a escuchar planes de acciones malas y cerrar nuestros ojos al mal. Si somos justos en nuestras relaciones, moraremos con Dios y Él suplirá nuestras necesidades.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 5 DE Octubre, Filipenses 1
Capítulo 1
1.1 Esta es una carta personal a los filipenses, no pretendía ser una circular como la carta a los efesios. Pablo quería agradecer a los creyentes por haberlo ayudado cuando tuvo necesidad. También deseaba decirles por qué disfrutaba de gozo completo a pesar de su prisión y de su consiguiente juicio. En esta carta, Pablo aconseja a los filipenses acerca de la humildad y la unidad, y les advierte en cuanto a los problemas potenciales.
1.1 En su primer viaje misionero, Pablo visitó pueblos cercanos a su centro de operaciones en Antioquía de Siria. En su segundo y tercer viajes, se extendió aún mucho más. Debido a las grandes distancias entre las congregaciones que fundó, no podía supervisarlas personalmente. Por eso, tuvo que escribirles cartas para enseñar y animar a los creyentes. Por fortuna, Pablo tenía un equipo de voluntarios (que incluía a Timoteo, Marcos y Epafras) que entregaban estas cartas en persona y por lo general permanecían con las congregaciones por un tiempo para enseñarlas y animarlas.
1.1 Para mayor información acerca de Pablo, véase su perfil en Hechos 9. El perfil de Timoteo se encuentra en 1 Timoteo 6.
1.1 La colonia romana de Filipos estaba ubicada al norte de Grecia (llamada Macedonia en los días de Pablo). Felipe II de Macedonia (el padre de Alejandro el Grande) tomó la antigua ciudad de Tracia alrededor de 357 a.C., la engrandeció y fortaleció y le dio su nombre. Este centro comercial próspero se hallaba en el cruce entre Europa y Asia. Por el año 50 d.C., Pablo, Silas, Timoteo y Lucas cruzaron el mar Egeo desde Asia Menor y desembarcaron en Filipos (Hechos 16.11–40). La iglesia en Filipos estaba formada mayormente de gentiles (no judíos). Como no estaban familiarizados con el Antiguo Testamento, Pablo no se refirió específicamente a dicha parte de las Escrituras en esta carta.
1.1 Obispos y diáconos conducían las iglesias cristianas primitivas. Las cualidades y responsabilidades de los obispos son explicadas en detalle en 1 Timoteo 3.1–7 y Tito 1.5–9. Las cualidades y deberes de los diáconos se expresan en 1 Timoteo 3.8–13. Los santos son todos aquellos que creen en Cristo.
1.4 Esta es una de las muchas veces en que Pablo usó la palabra gozo en su carta. Los filipenses eran recordados con gozo y agradecimiento cuando Pablo oraba. Al ayudar a Pablo estaban apoyando la causa de Cristo. Los filipenses estaban dispuestos a ser usados en cualquier tarea que Él tuviera reservada para ellos. Cuando otros piensan en usted, ¿qué viene a la mente de ellos? ¿Animan sus actos de amabilidad a otros?
1.4,5 Los filipenses oyeron el evangelio unos diez años antes, cuando Pablo y sus compañeros visitaron Filipos (durante el segundo viaje misionero de Pablo) y fundaron la iglesia allí.
1.5 Cuando Pablo habló de la comunión en el evangelio de los filipenses, estaba señalando su invalorable contribución a difundir el mensaje de Dios. Contribuyeron en forma práctica cuando Pablo estuvo en Filipos y a través de un sostén económico cuando estuvo en prisión. Cuando ayudamos a nuestros ministros, misioneros y evangelistas, a través de la oración, la hospitalidad y las donaciones, pasamos a ser parte de la comunión en el evangelio.
1.6 El Dios que comenzó la buena obra en nosotros la continuará a través de nuestra vida y la terminará cuando le veamos cara a cara. La obra de Dios por nosotros comenzó cuando Cristo murió en la cruz en nuestro lugar. Su obra en nosotros comenzó cuando creímos en Él. Ahora el Espíritu Santo vive en nosotros, capacitándonos para que cada día seamos más semejantes a Cristo. Pablo describe el proceso de crecimiento y madurez del cristiano que comienza al aceptar a Cristo y seguirá hasta que Cristo vuelva.
1.6 ¿Ha sentido alguna vez que no hay progreso en su vida espiritual? ¡Cuando Dios inicia un proyecto, lo termina! Como en el caso de los filipenses, Dios obrará en usted y le ayudará a crecer en gracia hasta que complete el trabajo en su vida. Cuando esté desanimado, recuerde que Dios no lo abandonará. Él promete terminar la obra que ha comenzado en usted. Cuando se sienta incompleto o afligido por sus faltas, recuerde las promesas y provisiones de Dios. No permita que su condición actual le robe el gozo de conocer a Cristo o le impida crecer más cerca de Él.
1.7 Cuando dijo: «en mis prisiones», probablemente se refería a su prisión en Filipos, registrada en Hechos 16.22–36. En los versículos 13 y 14, Pablo habla de su prisión en Roma. Dondequiera que estuviera, aun en la cárcel, predicaba las buenas nuevas con fidelidad. Recuerde el ejemplo inspirador de Pablo cuando los obstáculos, pequeños o grandes, desaceleran su trabajo para Dios.
1.7,8 ¿Ha deseado alguna vez ver a un amigo con quien pudiera hablar sobre diferentes experiencias? Pablo tuvo ese anhelo, quería ver a los cristianos en Filipos. Su amor y afecto por ellos se basaba no simplemente en experiencias pasadas sino en la unidad que viene cuando los creyentes son atraídos por el amor de Cristo. Todos los cristianos son parte de la familia de Dios y poseen por igual el poder transformador de su amor. ¿Siente usted un amor profundo por otros cristianos, amigos y extraños de igual manera? Deje que el amor de Cristo lo motive a amar a otros cristianos y que sienta libertad para expresar ese amor en acciones hacia ellos.
1.9 Muchas veces la mejor manera de influenciar a alguien es orar por esa persona. Pablo oró que los filipenses se unieran en amor. El amor de ellos fue el resultado del gran conocimiento de Cristo y de la profunda visión (discernimiento moral). Ese amor no se basaba en sentimientos sino en lo que Cristo había hecho por ellos. En la medida que crezca en el amor de Cristo, su corazón y entendimiento deberán crecer juntos. ¿Están su amor y su visión creciendo?
1.10 Pablo clama por los filipenses «para que aprobéis lo mejor», en otras palabras, que tuvieran la habilidad para diferenciar entre lo correcto y lo erróneo, lo bueno y lo malo, lo vital y lo superficial. Debemos orar por discernimiento moral para que podamos mantener nuestros valores y nuestra moralidad cristiana. Hebreos 5.14 enfatiza la necesidad de discernimiento.
1.10 El «día de Cristo» se refiere al tiempo cuando Dios juzgará al mundo a través de Jesucristo. Deberíamos vivir cada día pensando en que Él podría regresar en cualquier momento.
1.11 Los «frutos de justicia» incluyen todos los rasgos de carácter que fluyen de una correcta relación con Dios. No hay otra manera de conseguir estos frutos de justicia que no sea a través de Cristo. Véase Gálatas 5.22, 23 para los «frutos del Espíritu».
1.12-14 La prisión puede motivar en muchas personas enojo o abandono, pero Pablo la vio como otra oportunidad para difundir las buenas nuevas de Cristo. Pablo concluyó que las circunstancias presentes no eran tan importantes como lo que hizo con ellas. Al cambiar una mala situación en algo bueno, alcanzó a los soldados romanos del pretorio y animó a los cristianos que temían la persecución. No necesitamos estar en prisión, pero podemos tener muchas oportunidades para desanimarnos: tiempo de indecisión, preocupación financiera, conflictos familiares, problemas en la iglesia o pérdida de nuestro trabajo. La forma como actuemos en dichas situaciones reflejará lo que creemos. Como Pablo, busque oportunidades para demostrar su fe aun en situaciones difíciles. Sea o no que la situación mejore, su fe crecerá más sólida.
1.13 ¿Cómo terminó Pablo en una prisión romana? Mientras visitaba Jerusalén, algunos judíos lo arrestaron por predicar el evangelio, pero él apeló al César para que oyera su causa (Hechos 21.15–25.12). Fue escoltado por soldados hasta Roma, donde fue puesto bajo arresto domiciliario, mientras esperaba el juicio; no era un juicio por quebrantar una ley civil, sino por proclamar las buenas nuevas de Cristo. En ese entonces, las autoridades romanas no consideraban esta acusación como seria. Pocos años después, sin embargo, Roma optó por un punto de vista diferente en cuanto al cristianismo y se esforzó por desaparecerlo. El arresto domiciliario de Pablo le permitió cierto grado de libertad. Podía recibir visitas, continuar predicando, y escribir cartas como esta. Un relato breve de la permanencia de Pablo en Roma se halla en Hechos 28.11–31. El «pretorio» se refiere a la guardia del pretorio, un escuadrón élite que se asentaba en el palacio del emperador.
1.14 Cuando hablamos de Cristo sin temor o somos fieles a Él en las situaciones difíciles, animamos a otros a que hagan lo mismo. Anime con la manera en que vive.
1.15-18 Pablo tenía una maravillosa actitud generosa. Sabía que algunos predicaban para fundamentar su propia reputación, aprovechándose de la prisión de Pablo para hacerse famosos. El apóstol se alegraba de que el evangelio fuera predicado, pese a las motivaciones de esos predicadores. Algunos cristianos sirven por razones equivocadas. Pablo no los condona ni Dios pasa por alto sus motivos, pero debiéramos alegrarnos si Dios usa su mensaje, sin tomar en cuenta su motivación.
1.19-21 Este no fue su último encarcelamiento en Roma, pero él no lo sabía. Le esperaba un juicio, en el que sabía podría ser liberado o ejecutado. Sin embargo, confió que Cristo obraría para su liberación. El ruego de Pablo era que cuando enfrentara el juicio pudiera hablar de Cristo con valor y no fuera tímido ni se avergonzara. Sea que viviera o que muriera, deseaba exaltar a Cristo. Al fin fue liberado de su prisión, pero dos o tres años después volvió a ser arrestado. Solo la fe en Cristo podía sustentar a Pablo en tal adversidad.
1.20, 21 Para los que no creen en Dios, la vida en la tierra es todo lo que hay, por lo tanto es natural para ellos empeñarse en los valores mundanos: dinero, popularidad, poder, placer y prestigio. Para Pablo, sin embargo, la vida significa desarrollar valores eternos y hablar a otros acerca de Cristo, que es el único que puede ayudarnos a ver la vida desde una perspectiva eterna. Lo máximo en la vida de Pablo era hablar con denuedo en favor de Cristo y ser semejante a Él. Por eso Pablo pudo decir con total confianza que morir sería mejor que vivir, porque al morir se libraría de las inquietudes del mundo y vería a Cristo cara a cara (1 Juan 3.2, 3). Si usted no está listo para morir, tampoco lo está para vivir. Asegúrese de su destino eterno, y será libre para servir, entregado a lo que realmente vale, sin temor a la muerte.
1.24 Pablo tenía un propósito para vivir cuando servía a los filipenses y a los demás. Nosotros también necesitamos una meta que vaya más allá de nuestras necesidades físicas. ¿Usted, a quién sirve o ayuda? ¿Cuál es el propósito de su vida?
1.27 Pablo animó a los creyentes a estar unidos, a estar «firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe». ¡Qué triste que se pierda tanto tiempo y esfuerzo en algunas iglesias peleando unos contra otros, en lugar de unirse contra la verdadera oposición! Hace falta una iglesia con valor para resistir en la lucha y mantener el propósito común de servir a Cristo.
1.29 Pablo consideró un privilegio sufrir por Cristo. Por naturaleza, no consideramos el sufrimiento como un privilegio. Pero cuando sufrimos por representar con fidelidad a Cristo, nuestro mensaje y nuestro ejemplo nos afectan a nosotros y a otros para bien (véase Hechos 5.41). El sufrimiento tiene estos beneficios adicionales: (1) desvía nuestros ojos de las comodidades terrenales; (2) desarraiga a los creyentes superficiales; (3) fortalece la fe de aquellos que persisten; (4) sirve de ejemplo a aquellos que puedan seguirnos. Cuando sufrimos por nuestra fe no significa que hemos hecho algo equivocado. Es más, lo contrario con frecuencia es cierto, verifica que hemos sido fieles. Permita que el sufrimiento construya su carácter. No se resienta ni se desanime.
1.30 Pablo sufrió, a lo largo de su vida, por difundir las buenas nuevas. Como los filipenses, nuestra lucha es contra las fuerzas de maldad que tratan de desacreditar el mensaje salvador de Cristo. Todos los creyentes verdaderos están juntos en esta lucha, unidos en contra del mismo enemigo y por la misma causa. Comentarios de la Biblia del Diario Vivir. Rv 1960.
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