Jaime Anacona Cuellar

 LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 13 DE OCTUBRE. Isaías 50,51,52. 

Jehová ayuda a quienes confían en él

50

1Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre. 2¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed. 3Visto de oscuridad los cielos, y hago como cilicio su cubierta.

4Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. 5Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás. 6Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.

7Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. 8Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. 9He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla.

10¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. 11He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.

 Palabras de consuelo para Sion

51

1Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados. 2Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué. 3Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto.

4Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos. 5Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los pueblos; a mí me esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su esperanza. 6Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.

7Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes. 8Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos.

9Despiértate, despiértate, vístete de poder, oh brazo de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón? 10¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos? 11Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.

12Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? 13Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige? 14El preso agobiado será libertado pronto; no morirá en la mazmorra, ni le faltará su pan. 15Porque yo Jehová, que agito el mar y hago rugir sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos. 16Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú.

17Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su ira; porque el cáliz de aturdimiento bebiste hasta los sedimentos. 18De todos los hijos que dio a luz, no hay quien la guíe; ni quien la tome de la mano, de todos los hijos que crió. 19Estas dos cosas te han acontecido: asolamiento y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién se dolerá de ti? ¿Quién te consolará? 20Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos en las encrucijadas de todos los caminos, como antílope en la red, llenos de la indignación de Jehová, de la ira del Dios tuyo. 21Oye, pues, ahora esto, afligida, ebria, y no de vino: 22Así dijo Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás. 23Y lo pondré en mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Inclínate, y pasaremos por encima de ti. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que pasaran.

 Dios librará del cautiverio a Sion

52

1Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo. 2Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion.

3Porque así dice Jehová: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados. 4Porque así dijo Jehová el Señor: Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo pasado, para morar allá, y el asirio lo cautivó sin razón. 5Y ahora ¿qué hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día. 6Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente.

7¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina! 8¡Voz de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que Jehová vuelve a traer a Sion. 9Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido. 10Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro.

11Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová. 12Porque no saldréis apresurados, ni iréis huyendo; porque Jehová irá delante de vosotros, y os congregará el Dios de Israel.

 Sufrimientos del Siervo de Jehová

13He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto. 14Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, 15así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído.


LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 13 DE OCTUBRE.1 Tesalonicenses 1

PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS
TESALONICENSES

 Salutación

1

1Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

 Ejemplo de los tesalonicenses

2Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, 3acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. 4Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección; 5pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. 6Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo, 7de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído. 8Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada; 9porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, 10y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.


COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 13 DE OCTUBRE. Isaías 50,51,52. 

Capítulo 50

50.1,2 Dios prometió pelear por Israel, pero este se vendió al pecado causándose sus propios problemas. «¿Se ha acortado mi mano?» significa: «¿No tengo yo poder para ayudarlos?» Israel se olvidó de Dios y confió en la ayuda de otras naciones. Dios no rechazó a Israel, sino que Israel lo rechazó a Él.

50.10,11 Si andamos con nuestra luz y rechazamos la de Dios, nos volvemos autosuficientes y el resultado es tormento. Cuando depositamos nuestra confianza en la inteligencia, apariencia o los logros en lugar de Dios, nos arriesgamos a sufrir en gran manera cuando estos puntos fuertes desaparezcan.

Capítulo 51

51.1,2 El remanente fiel se sintió solo debido a que eran muy pocos. Pero Dios les recordó sus antepasados, la fuente de su herencia espiritual: Abraham y Sara. Abraham era una sola persona, pero a través de él se multiplicaron por su fidelidad. Si los pocos fieles permanecieran fieles, muchos más vendrían a partir de ellos. Si los cristianos, incluso unos pocos fieles, permanecemos como tales, ¡piense en lo que Dios puede hacer a través de nosotros!

51.7 Isaías alentó a los que siguen las leyes de Dios. Les dio esperanza cuando encararan afrentas y ultrajes de la gente a causa de su fe. No debemos temer cuando nos insulten por nuestra fe, ya que Dios está con nosotros y la verdad prevalecerá. Si la gente se burla de usted o deja de agradarles porque cree en Dios, recuerde que no están en su contra en forma personal, sino en contra de Dios. Él se encargará de ellos. Usted debe concentrarse en amarlo y obedecerlo.

51.9, 10 «Rahab» era un término derogatorio usado para Egipto (monstruo femenino de la mitología asociado con el leviatán; véase nota a 27.1; además, Job 9.13; 26.12). Dios obró muchos milagros poderosos al fundar Israel, quizás ninguno fue tan asombroso como la separación del Mar Rojo (Éxodo 14). Nuestro Dios es el mismo que abrió un camino en las profundidades del mar. Sus métodos pueden cambiar, pero su amor y protección no.

51.12-16 El pueblo de Dios temía a Babilonia, pero no a Dios. Tenía razones para temer a Babilonia debido al daño que esta quería hacerle, pero también debió haberse dado cuenta de que el poder de Dios es mucho más grande que el de Babilonia. A esta le interesaba llevarse cautivo al pueblo. A Dios le interesaba liberarlos. El pueblo se equivocó al depositar en otro su temor y su amor. Jerusalén debió temer el poder de Dios y amar su misericordia.

51.17–52.10 Jerusalén era la ciudad santa de Dios, la ciudad donde estaba el templo. Pero el pueblo de Judá experimentó desolación en vez de prosperidad, destrucción en vez de libertad. El pueblo sufrió debido a su pecado. Pero Dios prometió restaurar a Jerusalén como una nación santa donde no entrarán los pecadores. «Desnudó su santo brazo» (52.10) significa que Dios reveló su santo poder y justicia. Dios reina. Él tiene el control.

Capítulo 52

52.7 Dios dice que son «hermosos» los pies del que trae buenas nuevas. Es un precioso privilegio anunciar las buenas nuevas a otros: noticias de redención, salvación y paz. ¿A quién necesita anunciarle las buenas nuevas?

52.12 El pueblo no salió huyendo temeroso debido a que Ciro, el ungido de Dios (45.1), decretó que los cautivos judíos podían regresar sanos y salvos a Jerusalén (Esdras 1.1–4). Tenían la aprobación del rey, su protección garantizada. Aún más importante, el Señor iría adelante para señalar el camino y atrás para protegerlos.

52.13 El «siervo», como se usa el término aquí, es el Mesías, nuestro Señor Jesús. Sería grandemente exaltado debido a su sacrificio, descrito en el capítulo 53.

52.14, 15 Este Siervo, Cristo, sería «desfigurado de los hombres su parecer»; pero mediante su sufrimiento, purificaría a las naciones (Hebreos 10.14; 1 Pedro 1.2).


COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 13 DE OCTUBRE. 1 Tesalonicenses 1

Capítulo 1

1.1 Pablo y sus acompañantes, probablemente llegaron a Tesalónica a comienzos del verano del año 50 d.C. Establecieron la primera iglesia cristiana en dicha ciudad, pero tuvieron que salir apresuradamente porque sus vidas estaban amenazadas (Hechos 17.1–10). En la primera oportunidad que tuvo, tal vez cuando se detuvo en Corinto, Pablo envió a Timoteo de regreso a Tesalónica para ver cómo estaban los nuevos creyentes. Timoteo volvió a Pablo con muy buenas noticias: los cristianos en Tesalónica se mantenían firmes en la fe y estaban unidos. Pero tenían algunas preguntas relacionadas con su nueva fe. Pablo no había tenido tiempo para contestarlas todas durante su breve visita y, mientras tanto, habían surgido otras. Por lo tanto, escribió esta carta para responder a sus interrogantes y para alabarlos por su fidelidad a Cristo.
1.3 Los creyentes de Tesalónica se mantuvieron firmes cuando fueron perseguidos (1.6; 3.1–4, 7, 8). Pablo felicita a estos nuevos cristianos por su obra producida por la fe, su trabajo impulsado por el amor y su paciencia inspirada por la esperanza. Estas características son la marca de cristianos efectivos en cualquiera época.

1.5 El evangelio vino «con poder», y tuvo un efecto poderoso en los tesalonicenses. ¡Dondequiera que la Biblia es oída y obedecida, las vidas son cambiadas! El cristianismo, más que una colección de hechos interesantes, es el poder de Dios a todo aquel que cree. ¿Qué ha hecho el poder de Dios en su vida desde el primer momento en que creyó?

1.6 Aunque los tesalonicenses recibieron el mensaje de salvación con gran gozo, les trajo serios sufrimientos porque desató la persecución, tanto de los judíos como de los gentiles (3.2–4; Hechos 17.5). Habiendo creído el mensaje del evangelio y aceptado la nueva vida en Cristo, Aparentemente muchos tesalonicenses creyeron que serían protegidos de la muerte hasta el retorno de Cristo. Luego cuando los creyentes empezaron a morir bajo la persecución, algunos cristianos tesalonicenses empezaron a cuestionar su fe. Muchos de los comentarios de Pablo en esta carta están dirigidos a estas personas, explicándoles lo que sucede cuando los creyentes mueren (véase 4.13ss).

1.9,10 Todos nosotros debiéramos responder a las Buenas Nuevas como lo hicieron los creyentes de Tesalónica: volvernos a Dios, servir a Dios y esperar por el regreso de su Hijo, Cristo. Deberíamos volvernos del pecado a Dios porque Cristo viene a juzgar la tierra. Deberíamos ser fervientes en nuestro servicio porque disponemos de poco tiempo antes de que Cristo vuelva. Debiéramos estar preparados para el regreso de Cristo porque no sabemos cuándo vendrá. Comentarios de la Biblia del Diario Vivir.


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