LECTURA DE LA PALABRA EN EL NUEVO Y ANTIGUO TESTAMENTO PARA HOY 29 DE OCTUBRE. JEREMIAS 25, 26.
Setenta años de desolación
25
1Palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de Judá en el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, el cual era el año primero de Nabucodonosor rey de Babilonia; 2la cual habló el profeta Jeremías a todo el pueblo de Judá y a todos los moradores de Jerusalén, diciendo: 3Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, que son veintitrés años, ha venido a mí palabra de Jehová, y he hablado desde temprano y sin cesar; pero no oísteis. 4Y envió Jehová a vosotros todos sus siervos los profetas, enviándoles desde temprano y sin cesar; pero no oísteis, ni inclinasteis vuestro oído para escuchar 5cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y moraréis en la tierra que os dio Jehová a vosotros y a vuestros padres para siempre; 6y no vayáis en pos de dioses ajenos, sirviéndoles y adorándoles, ni me provoquéis a ira con la obra de vuestras manos; y no os haré mal. 7Pero no me habéis oído, dice Jehová, para provocarme a ira con la obra de vuestras manos para mal vuestro.
8Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: Por cuanto no habéis oído mis palabras, 9he aquí enviaré y tomaré a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus moradores, y contra todas estas naciones en derredor; y los destruiré, y los pondré por escarnio y por burla y en desolación perpetua. 10Y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara. 11Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años. 12Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre. 13Y traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado contra ella, con todo lo que está escrito en este libro, profetizado por Jeremías contra todas las naciones. 14Porque también ellas serán sojuzgadas por muchas naciones y grandes reyes; y yo les pagaré conforme a sus hechos, y conforme a la obra de sus manos.
La copa de ira para las naciones
15Porque así me dijo Jehová Dios de Israel: Toma de mi mano la copa del vino de este furor, y da a beber de él a todas las naciones a las cuales yo te envío. 16Y beberán, y temblarán y enloquecerán, a causa de la espada que yo envío entre ellas.
17Y tomé la copa de la mano de Jehová, y di de beber a todas las naciones, a las cuales me envió Jehová: 18a Jerusalén, a las ciudades de Judá y a sus reyes, y a sus príncipes, para ponerlos en ruinas, en escarnio y en burla y en maldición, como hasta hoy; 19a Faraón rey de Egipto, a sus siervos, a sus príncipes y a todo su pueblo; 20y a toda la mezcla de naciones, a todos los reyes de tierra de Uz, y a todos los reyes de la tierra de Filistea, a Ascalón, a Gaza, a Ecrón y al remanente de Asdod; 21a Edom, a Moab y a los hijos de Amón; 22a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón, a los reyes de las costas que están de ese lado del mar; 23a Dedán, a Tema y a Buz, y a todos los que se rapan las sienes; 24a todos los reyes de Arabia, a todos los reyes de pueblos mezclados que habitan en el desierto; 25a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam, a todos los reyes de Media; 26a todos los reyes del norte, los de cerca y los de lejos, los unos con los otros, y a todos los reinos del mundo que están sobre la faz de la tierra; y el rey de Babilonia beberá después de ellos.
27Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Bebed, y embriagaos, y vomitad, y caed, y no os levantéis, a causa de la espada que yo envío entre vosotros. 28Y si no quieren tomar la copa de tu mano para beber, les dirás tú: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tenéis que beber. 29Porque he aquí que a la ciudad en la cual es invocado mi nombre yo comienzo a hacer mal; ¿y vosotros seréis absueltos? No seréis absueltos; porque espada traigo sobre todos los moradores de la tierra, dice Jehová de los ejércitos.
30Tú, pues, profetizarás contra ellos todas estas palabras y les dirás: Jehová rugirá desde lo alto, y desde su morada santa dará su voz; rugirá fuertemente contra su morada; canción de lagareros cantará contra todos los moradores de la tierra. 31Llegará el estruendo hasta el fin de la tierra, porque Jehová tiene juicio contra las naciones; él es el Juez de toda carne; entregará los impíos a espada, dice Jehová.
32Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que el mal irá de nación en nación, y grande tempestad se levantará de los fines de la tierra. 33Y yacerán los muertos de Jehová en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el otro; no se endecharán ni se recogerán ni serán enterrados; como estiércol quedarán sobre la faz de la tierra. 34Aullad, pastores, y clamad; revolcaos en el polvo, mayorales del rebaño; porque cumplidos son vuestros días para que seáis degollados y esparcidos, y caeréis como vaso precioso. 35Y se acabará la huida de los pastores, y el escape de los mayorales del rebaño. 36¡Voz de la gritería de los pastores, y aullido de los mayorales del rebaño! porque Jehová asoló sus pastos. 37Y los pastos delicados serán destruidos por el ardor de la ira de Jehová. 38Dejó cual leoncillo su guarida; pues asolada fue la tierra de ellos por la ira del opresor, y por el furor de su saña.
Jeremías es amenazado de muerte
26
1En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra de Jehová, diciendo: 2Así ha dicho Jehová: Ponte en el atrio de la casa de Jehová, y habla a todas las ciudades de Judá, que vienen para adorar en la casa de Jehová, todas las palabras que yo te mandé hablarles; no retengas palabra. 3Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal camino, y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras. 4Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová: Si no me oyereis para andar en mi ley, la cual puse ante vosotros, 5para atender a las palabras de mis siervos los profetas, que yo os envío desde temprano y sin cesar, a los cuales no habéis oído, 6yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.
7Y los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías hablar estas palabras en la casa de Jehová. 8Y cuando terminó de hablar Jeremías todo lo que Jehová le había mandado que hablase a todo el pueblo, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le echaron mano, diciendo: De cierto morirás. 9¿Por qué has profetizado en nombre de Jehová, diciendo: Esta casa será como Silo, y esta ciudad será asolada hasta no quedar morador? Y todo el pueblo se juntó contra Jeremías en la casa de Jehová.
10Y los príncipes de Judá oyeron estas cosas, y subieron de la casa del rey a la casa de Jehová, y se sentaron en la entrada de la puerta nueva de la casa de Jehová. 11Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído con vuestros oídos. 12Y habló Jeremías a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: Jehová me envió a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad, todas las palabras que habéis oído. 13Mejorad ahora vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios, y se arrepentirá Jehová del mal que ha hablado contra vosotros. 14En lo que a mí toca, he aquí estoy en vuestras manos; haced de mí como mejor y más recto os parezca. 15Mas sabed de cierto que si me matáis, sangre inocente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad y sobre sus moradores; porque en verdad Jehová me envió a vosotros para que dijese todas estas palabras en vuestros oídos.
16Y dijeron los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado. 17Entonces se levantaron algunos de los ancianos de la tierra y hablaron a toda la reunión del pueblo, diciendo: 18Miqueas de Moreset profetizó en tiempo de Ezequías rey de Judá, y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque. 19¿Acaso lo mataron Ezequías rey de Judá y todo Judá? ¿No temió a Jehová, y oró en presencia de Jehová, y Jehová se arrepintió del mal que había hablado contra ellos? ¿Haremos, pues, nosotros tan gran mal contra nuestras almas?
20Hubo también un hombre que profetizaba en nombre de Jehová, Urías hijo de Semaías, de Quiriat-jearim, el cual profetizó contra esta ciudad y contra esta tierra, conforme a todas las palabras de Jeremías; 21y oyeron sus palabras el rey Joacim y todos sus grandes, y todos sus príncipes, y el rey procuró matarle; entendiendo lo cual Urías, tuvo temor, y huyó a Egipto. 22Y el rey Joacim envió hombres a Egipto, a Elnatán hijo de Acbor y otros hombres con él, a Egipto; 23los cuales sacaron a Urías de Egipto y lo trajeron al rey Joacim, el cual lo mató a espada, y echó su cuerpo en los sepulcros del vulgo.
24Pero la mano de Ahicam hijo de Safán estaba a favor de Jeremías, para que no lo entregasen en las manos del pueblo para matarlo.
LECTURA DE LA PALABRA PARA HOY 29 DE OCTUBRE 2Timoteo 3
Carácter de los hombres en los postreros días
3
1También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. 6Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. 7Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. 8Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. 9Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.
10Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, 11persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. 12Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; 13mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. 14Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; 15y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 29 DE OCTUBRE. JEREMIAS 25, 26
Capítulo 25
25.1ss Jeremías dio este mensaje en 605 a.C., año en el que Nabucodonosor subió al poder. Desde el versículo 3 aprendemos que el comienzo del ministerio de Jeremías fue en 627 a.C. Predijo los setenta años de cautiverio veinte años antes de que comenzara.
25.2-6 ¡Imagínese predicar el mismo mensaje durante veintitrés años y ser siempre rechazado! Jeremías se enfrentó a esto, pero debido a que entregó su vida a Dios, continuó proclamando el mensaje: «Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestra obras». A pesar de la respuesta del pueblo, Jeremías no se rindió. Dios nunca deja de amarnos, aun cuando lo rechazamos. Podemos agradecer a Dios que no nos ha dejado y, al igual que Jeremías, comprometernos a nunca renunciar a Él. No importa cómo la gente responda cuando le hable de Dios, permanezca fiel a su gran llamado y continúe testificando para Él.
25.12 Este suceso se describe más adelante en Daniel 5. Las tropas de Ciro el Grande entraron a Babilonia en 539 a.C. y mataron a Belsasar, el último gobernante de Babilonia.
25.15-38 Judá no sería la única nación que bebería la copa de la ira de Dios. Jeremías enumeró otras naciones malvadas que lo experimentarían a manos de Babilonia. Finalmente, la misma Babilonia sería destruida por sus pecados.
Capítulo 26
26.1ss Los hechos descritos en este capítulo ocurrieron en 609–608 a.C., antes que los narrados en el capítulo 25. Joacim era un rey materialista y egocéntrico que persiguió y asesinó a gente inocente (36.22–32; 2 Reyes 23.36–24.6). El capítulo 26 describe cómo y por qué iban a juzgar a Jeremías y corría peligro su vida.
26.2 Dios le recordó a Jeremías que quería que se diera su mensaje completo: «No retengas palabra». Jeremías puedo haberse visto tentado a dejar fuera las partes del mensaje que hubieran puesto a la audiencia en su contra, que sonaran demasiado duras o lo hubieran hecho parecer como un traidor. Pero por orden de Dios, no debía borrar ninguna parte del mensaje para acomodarse a él, a su audiencia ni a las circunstancias en las que se encontraba. Al igual que Jeremías, nunca debemos pasar por alto las partes importantes de la Palabra de Dios para complacer a alguien.
26.2–9 Silo era el lugar donde se levantó el tabernáculo después de la conquista de Canaán (Josué 18.1). Los filisteos lo destruyeron en 1050. «Yo pondré esta casa como Silo» significa que Jerusalén y su templo serían destruidos. Cuando Jeremías dijo que Jerusalén, la ciudad de Dios, sería puesta por maldición y el templo sería destruido (26.6), los sacerdotes y los falsos profetas se enfurecieron. El templo era importante para ellos porque la reverencia que el pueblo le rendía le confería poder. Al decir que el templo sería destruido, Jeremías socavó su autoridad. Jesús también se enfureció con los líderes religiosos de su tiempo, al anticipar la destrucción de Jerusalén y el templo (Mateo 24.2).
26.11 A Jeremías lo señalaron como traidor porque profetizó la destrucción de la ciudad y del templo. Pero el «valiente» pueblo abogaba por una alianza para pelear contra Babilonia y mantener su independencia.
26.17–19 Los ancianos recordaron las palabras del profeta Miqueas (Miqueas 3.12), muy similares a las que dijo Jeremías. Cuando Miqueas hizo un llamado para que el pueblo se arrepintiera, no lo mataron sino que echaron a un lado su maldad. Si bien el pueblo no mató a Jeremías debido a esta historia, perdieron de vista el punto principal: la aplicación de la historia era para ellos. Le perdonaron la vida, pero no salvaron las suyas por no arrepentirse de sus pecados. Cuando recuerde una gran historia de la Biblia, pregúntese cómo puede aplicarla a su vida.
26.20-23 Urías era más bien un profeta desconocido que lo ejecutaron por proclamar fielmente la Palabra de Dios. Esto nos muestra que Dios ha tenido otros profetas cuyas palabras no se han incluido en la Biblia.
COMENTARIO DE LA PALABRA PARA HOY 29 DE OCTUBRE 2Timoteo 3
Capítulo 3
3.1 La alusión de Pablo a los «postreros días» revela su urgencia. Los postreros días empezaron después de la resurrección de Jesús, cuando el Espíritu Santo vino sobre los creyentes en Pentecostés y continuarán hasta su Segunda Venida. Esto significa que estamos en los últimos días. Por esto hagamos lo más que podamos en el tiempo que Dios nos de (Efesios 5.16; Colosenses 4.5).
3.1ss En muchas partes del mundo, hoy no parece difícil ser cristiano. La gente no es apresado por leer la Biblia o ejecutada por predicar a Cristo. Pero la descriptiva lista de conducta en los últimos días que da Pablo describe a nuestra sociedad, e incluso, desafortunadamente, la conducta de muchos cristianos. Compare su vida con la lista de Pablo. No ceda a las presiones de la sociedad. No busque la comodidad sin compromiso. Enfrente la maldad viviendo como Dios quiere que su pueblo lo haga.
3.5 La «apariencia» de piedad incluye ir a la iglesia, conocer la doctrina cristiana, usar imágenes cristianas y seguir las tradiciones cristianas de la comunidad. Dichas prácticas pueden hacer aparecer bien a una persona pero si no hay actitudes internas de creer, amar y adorar, la apariencia externa no tendrá sentido. Pablo nos previene para que no seamos engañados por personas que sólo tienen la apariencia de cristianos. Al principio, puede ser difícil distinguirlos de los verdaderos cristianos, pero sus conductas diarias los denunciarán. Las características descritas en 3.2–4 son inconfundibles.
3.6,7 Debido a su trasfondo cultural, las mujeres en la iglesia de Éfeso no habían tenido un entrenamiento religioso formal. Ellas disfrutaban de su nueva libertad para estudiar las verdades cristianas, pero sus ansias por aprender las convirtió en blanco de los falsos maestros. Pablo advirtió a Timoteo para que estuviera alerta de los hombres que quisieran sacar ventaja de estas mujeres. Los nuevos creyentes necesitan crecer en su conocimiento de la Palabra, porque la ignorancia los puede convertir en vulnerables al engaño.
3.7 Este versículo no se opone al estudio y aprendizaje, sino que nos alerta contra la enseñanza inefectiva. Es posible ser un estudiante perpetuo y nunca graduarse para poner la teoría en práctica. Pero los que escudriñan con honestidad y los verdaderos estudiantes buscan respuestas. Recuerde esto cuando estudie la Palabra de Dios. Busque hasta encontrar la verdad y voluntad de Dios para su vida.
3.8, 9 Según la tradición, Janes y Jambres fueron dos de los magos que imitaron los milagros de Moisés ante Faraón (Éxodo 7.11, 12). Pablo explica que así como Moisés los enfrentó y los derrotó (Éxodo 8.18, 19), Dios derrotaría a los falsos maestros que plagaban la iglesia de Éfeso.
3.9 El pecado trae sus consecuencias y nadie podrá evitarlas. Viva cada día como si lo que hace algún día será conocido por todos. Ahora es el momento para cambiar lo que usted no quisiera que se revelara después.
3.11 En Listra, la ciudad de Timoteo, Pablo fue apedreado y dejado por muerto (Hechos 14.19), y este fue sólo un incidente de varios. En 2 Corintios 11.23–33 él resume su vida de sufrimiento por causa del evangelio. Menciona su sufrimiento aquí para contrastar su experiencia con la de aquellos falsos maestros buscadores de placer.
3.12 Aquí Pablo le dice a Timoteo que quienes obedecen a Dios y viven para Cristo serán perseguidos. No se sorprenda cuando la gente lo malentienda, lo critique y aún trate de causarle daño por su fe y su forma de vida. No se rinda. Viva como usted sabe que debe vivir. Dios es el único a quien usted debe agradar.
3.13 No espere que los falsos maestros y la gente mala se reforme y cambie por sus propios medios. Si los dejamos solos, irán de mal en peor. Si tiene la oportunidad, corríjalos para traerlos a creer en Cristo. Pelee por la verdad, en especial para proteger a los nuevos creyentes.
3.14 Asediado por los falsos maestros y las presiones inevitables de un ministerio en crecimiento, Timoteo pudo fácilmente abandonar su fe o modificar su doctrina. Una vez más Pablo le aconseja que mire su pasado y se aferre a las enseñanzas básicas acerca de Jesús que son verdades eternas. Como Timoteo, nosotros también estamos rodeados por falsas enseñanzas, pero no debemos permitir que nuestra sociedad distorsione o aplaste la verdad eterna de Dios. Cada día dedique tiempo a pensar en los fundamentos de su fe cristiana que se encuentran en la Palabra de Dios, las grandes verdades que edifican su vida.
3.15 Timoteo fue uno de los primeros en la segunda generación de cristianos: llegó a ser cristiano no por medio de la predicación de un evangelista que hubiera predicado un tremendo sermón, sino debido a que su madre y su abuela le enseñaron las Sagradas Escrituras desde que era un niño (1.5). La labor de los padres es de una importancia vital. Tanto en casa como en la iglesia es necesario entender que enseñar a los niños es tanto una oportunidad como una responsabilidad. Jesús quería que los niños vinieran a Él (Mateo 19.13–15). A semejanza de la madre y abuela de Timoteo, Eunice y Loida, haga su parte en guiar a sus hijos a Cristo.
3.16 La Biblia no es una colección de historias, fábulas, mitos o simplemente ideas humanas acerca de Dios. No es un libro humano. Por medio del Espíritu Santo, Dios reveló su persona y su plan a ciertos creyentes que escribieron su mensaje para su pueblo (2 Pedro 1.20, 21). Este proceso es conocido como inspiración. Los escritores escribieron desde su contexto personal, histórico y cultural. Aunque usaron sus propias mentes, talentos, idioma, y estilo, escribieron lo que Dios quería que escribieran. La Escritura es absolutamente confiable porque Dios controló sus escritos. Sus palabras son completamente autoritativas para nuestra fe y vidas. La Biblia es inspirada por Dios. Léala y use su enseñanza para que guíe su conducta.
3.16, 17 Toda la Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Porque es inspirada y confiable, debemos leerla y aplicarla a nuestras vidas. La Biblia es la norma para probar todo aquello que pretende ser verdad. Es nuestra protectora de las enseñanzas falsas y nuestra fuente de dirección para saber cómo vivir. Es nuestra única fuente de conocimiento acerca de cómo podemos ser salvos. Dios quiere mostrarle lo que es verdadero y equiparlo para vivir para Él. ¿Cuánto tiempo emplea usted en la Palabra de Dios? Léala regularmente para descubrir la verdad de Dios y llegar a tener seguridad en su vida y en su fe. Desarrolle un plan para leer toda la Biblia y no sólo los pasajes conocidos.
3.17 En nuestro celo por la verdad de las Escrituras, nunca debemos olvidar su propósito: capacitarnos para hacer bien. No deberíamos estudiar la Palabra de Dios sólo para incrementar nuestro conocimiento o prepararnos para ganar argumentos. Deberíamos estudiar la Biblia para saber cómo llevar a cabo la obra de Cristo en el mundo. Nuestro conocimiento de la Palabra de Dios no será útil a menos que fortalezca nuestra fe y nos lleve a hacer bien. Comentarios de la Biblia del diario vivir. Rv 1960.
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